miércoles, 4 de noviembre de 2009

CAPITULO 6 - Tempted (TENTADA)

Zoey
- Gracias, Heath - Suprimí un suspiro cuando Heath se acercó a mí y, sonriéndome, me ofreció Doritos de queso nacho y una lata de coca cola.
- Z, si realmente ya estas bien, me gustaría encontrarme con Jack y estar seguro de que Duquesa está bien, entonces me iré a dormir un poco - Damien dijo.
- No hay problema - dije rápidamente, no quería que Damien mencione algo acerca de los recuerdos que tenia de A-ya en presencia de Heath.
– ¿Donde esta Erik? - Stevie Rae le preguntó a Heath, mientras yo tomaba la lata de coca cola.
- El está todavía fuera, comportándose como el rey del castillo.
- ¿Encontraron algo después de que me fui? - La voz de Stevie Rae, de repente se puso tan aguda que varias de los novatos rojos levantaron su mirada de María y los Von Trapp cantando – Algo que me gustaba.
- Nah, él sólo es muy terco y esta revisando lo que Dallas y yo ya hemos revisado. - Dallas levanto la mirada de la TV ante el sonido de su nombre.
– Todo esta estupendamente bien allí afuera, Stevie Rae.
Stevie Rae hizo una seña que indicaba ven aquí a Dallas, y el se apresuró a unirse a nosotros. Ella hablo en voz baja y dijo:- Infórmame lo que paso allá
- Ya te lo dije afuera, antes de que vinieras aquí - Dallas dijo, sus ojos vagando de regreso a la pantalla del televisor y los ponies-cremas … Strudel de manzana crujiente…
Stevie Rae golpeo su brazo.
- ¿Estas escuchándome? Ya no estoy afuera. Ahora estoy aquí. Así que infórmame de nuevo.
Dallas suspiró, se giro hacia ella, demostrando que ahora tenía toda su atención y le dio una linda sonrisa indulgente.
- Ok, ok. Pero sólo porque me lo has preguntado tan amablemente.
Stevie Rae le frunció el ceño y continuó.
- Erik, Johnny B, y Heath - Se detuvo y asintió con la cabeza hacia Heath - y yo, hemos buscado como nos dijiste, lo cual no fue divertido porque el hielo es muy resbaladizo y esta muy frío allí fuera - Hizo una pausa. Stevie Rae le miró en silencio hasta que él continuó. - De todos modos, como ya sabes, nosotros hicimos eso, mientras que tú buscabas por la vigésimo primera calle. Después de un tiempo, todos nos reunimos en la gruta. Ahí fue cuando te dijimos que nos encontramos los tres cadáveres en el Lewis y en la esquina de la Vigésimo primera. Y nos dijiste que nos hiciéramos cargo de ellos. Luego te fuiste. Así que hicimos lo que dijiste, y luego yo, Heath y Johnny B entramos aquí, para secarnos, comer y ver televisión. Supongo que Erik todavía esta por ahí mirando los alrededores.
-¿Por qué? – la voz de Stevie Rae fue aguda.
Dallas se encogió de hombros - Podría ser como dijo Heath. Ese chico es muy terco, un dolor en el culo.
- ¿Cuerpos? , Dijo la hermana María Ángela.
Dallas asintió. - Sí, hemos encontrado tres cuerpos de cuervos Mockers. A los que Daríus disparo y cayeron del cielo, ya que tenían agujeros de bala.
Sor María Ángela hablo en voz baja. -Y ¿qué hiciste con las criaturas muertas?
-Ponerlos en los contenedores de basura, que están detrás de la abadía como nos dijo Stevie Rae. Esta helando ahí fuera. Se van a mantener. Y no hay camiones de basura que los recoja pronto, por el hielo y demás. Pensamos que podían permanecer allí hasta que hayamos decidido qué hacer con ellos.
- ¡Oh! ¡Oh mi Dios! - El rostro de la monja se había puesto pálido.
- ¿Los pusieron en los contenedores de basura? ¡Yo no les dije que los pusieran en los contenedores de basura! - Stevie Rae casi gritó.
-¡Shhh! - Kramisha le dijo, mientras que los demás que también miraba la televisión nos dieron una mirada roja de molestia. Sor María Ángela nos indicó que la siguiéramos, y los cinco salimos rápidamente del sótano, hasta la escalera, y en la sala de la abadía.
- Dallas, ¡no puedo creer que colocarlos en los contenedores de basura! - Stevie Rae se volvió hacia él tan pronto como nos encontramos fuera del alcance de los demás.
-¿Qué esperabas que hiciéramos con ellos?, ¿cavar una fosa y decir misa? - Dallas, dijo, y luego miró a la hermana María Ángela. - Lo siento, no quise blasfemar, hermana. Mis padres son católicos.
- Usted dijo eso sin ánimo de ofender, estoy segura de eso, hijo – dijo temblorosa la monja, sonando un poco inestable. - Cuerpos. . . Yo-yo no había pensado en los cuerpos.
- No se preocupe de eso, hermana. - Heath le dio unas palmaditas en el brazo con torpeza. - Usted no tuvo tiempo de pensar. Puedo saber como esta sintiéndose. Por todo esto: el hombre alado, Neferet, la Cuervos Mockers, bueno, es difícil-
- ¡No pueden permanecer en los contenedores de basura! ¡diablos! - Stevie Rae habló por encima de Heath como si no estuviera escuchándole. - Eso no es correcto.
-¿Por qué no? - pregunte con calma. Ya que había estado callada hasta entonces, porque había estado estudiando a Stevie Rae, observando de cerca como estaba alterándose cada vez más.
Stevie Rae de repente no parecía tener ningún problema en mirarme directamente -Porque no es correcto, por eso - repitió.
- Eran monstruos que en parte eran inmortales, y ellos no hubieran dudado en matarnos a todos en una fracción de segundo si Kalona se los hubiera ordenado - le dije.
- ¿Parte inmortal y parte qué? - Stevie Rae, me preguntó.
La mire frunciendo el ceño, pero Heath respondió antes de que yo pudiera hacerlo. – ¿Parte pajaro?
-No. - Stevie Rae ni siquiera le miro. Ella se mantuvo clavando los ojos en mí. -No esa parte pájaro, esa es su parte inmortal. En su sangre son inmortales pero también tiene una parte humana. Humanos, Zoey. Siento lastima por la parte humana, y creo que merecen más que ser puestos en los contenedores de basura.-
Había algo en su mirada, y en el sonido de su voz que realmente me molestó. Le contesté con lo primero que me vino a la mente. - Se necesita algo más que el conocimiento de lo que lleva su sangre para hacerme sentir pena por alguien. –
Los ojos de Stevie Rae brillaron y su cuerpo se estremeció, casi como si le hubiera abofeteado. - Supongo que es una diferencia entre tú y yo.
De repente me di cuenta de por qué Stevie Rae era capaz de sentir lastima por los cuervos mockers.
De una manera extraña, ella debe verse en ellos. Ella había muerto y, a continuación, debido a lo que yo suponía que podía llamarse un accidente había resucitado, sin la mayor parte de su humanidad. Luego, debido a otro accidente, había conseguido su humanidad de nuevo. Mirándolo de esa manera, creo que ella sintió compasión de ellos, porque sabía lo que era ser parte monstruo, y parte humana.
- Hey - dije en voz baja, deseando que ella y yo estuviéramos de vuelta en la Casa de la Noche y así poder hablar tan fácilmente como antes.- Hay una gran diferencia entre, algo con lo que naciste, y no puedes hacer nada en contra de eso, y algo que sucedió después de nacer. Por un lado esta tú forma de ser, por el otro, algo que trata de cambiarte en alguien que no eres.
-¿Huh? - Dijo Heath.
- Creo que lo que Zoey está tratando de decir es que ella entiende por qué Stevie Rae podría identificarse con los cuervos mockers muertos , incluso cuando ella no tiene nada en común con ellos - dijo la hermana María Ángela. - Y Zoey esta en lo correcto. Esas criaturas son seres oscuros, y aunque yo también estoy desconcertada por la muerte, tengo entendido que tenían que morir.
La mirada de Stevie Rae dejo la mía. – Ambas están equivocados. Eso no es lo que estoy pensando, pero no voy a hablar más de esto.- Ella empezó a irse por el pasillo, caminando rápidamente lejos de nosotros.
- ¿Stevie-Rae? - La llamé.
Ella ni siquiera se giro a mirarme. - Voy a buscar Erik, asegurarme de que todo está realmente bien allí, y luego le enviare aquí adentro. Hablare contigo más tarde.- Dio la vuelta y desapareció por una puerta, que debo de asumir llevaba al exterior, y la cerró de un golpe detrás de ella.
- Esa no suele ser la forma en la que actúa - dijo Dallas.
– Rezare por ella - Sor María Angela susurró.
- No te preocupes - dijo Heath. - Ella estará de regreso muy pronto. El sol está a punto de surgir.
Me pase mi mano por la cara. Lo que tendría que haber hecho era seguir Stevie Rae afuera, arrinconarla, y hacer que me diga exactamente lo que estaba pasando. Pero yo no podía hacer frente a un problema más en ese momento. Yo ni siquiera había tratado con que yo era la reencarnación de A-ya. Podía sentirle allí, asentada en el fondo de mi mente como un secreto culpable.

-Zo, ¿estás bien? Luces como si necesitaras dormir un poco. Todos lo necesitamos - dijo Heath, bostezando.
Yo parpadee y le di una sonrisa cansada. - Sí, eso es cierto. Me voy a la cama. Primero quiero revisar como esta Stark, y lo hare muy rápidamente, pero...
- Muy rápidamente – dijo Sor María Ángela. Yo asentí.
Sin mirar a Heath, le dije - bueno, bueno, eh. Chicos, los veré dentro de de ocho horas o menos.
- Buenas noches, hija - Sor María Ángela me abrazó y me susurró,- y que Nuestra Señora te bendiga y te cuide.
- Gracias, hermana - le susurré, abrazándola con fuerza.
Cuando la solté, Heath me sorprendió tomando mi mano. Le mire interrogativamente.
- Te acompañare hasta el cuarto de Stark - dijo.
Al sentirme derrotada, me encogí de hombros, y él y yo empezamos a ir por el pasillo, tomados de la mano. No dijimos nada, simplemente caminamos. El toque de Heath era cálido y familiar, y fácilmente pude cogerle el paso. Yo estaba empezando relajarme cuando Heath se aclaró la garganta.
- Oye, uh, yo…quiero decir que lo siento acerca de la mierda que paso allí fuera con Erik y yo. Fue estúpido. No debí dejar que me afectara -dijo Heath.
-Tienes razón_no debiste, pero el puede ser a veces, muy molesto - dije.
Heath sonrió abiertamente. – Háblame sobre eso. Vas a deshacerte de el, muy pronto ¿cierto?
- Heath, yo no hablare de Erik contigo.
Su sonrisa se ensancho mucho más. Puse mis ojos en blanco.
- No me puedes engañar. Te conozco demasiado bien. Tu no te iras con algún chico mandón.
- Simplemente cállate y camina, - dije, oprimiendo su mano, y él oprimió la mía de regreso. Él estaba en lo correcto_no me gustaban los chicos mandones, y él me conocía muy, muy bien.
Habíamos llegado a la esquina del pasillo. Había una gran ventana que mostraba una vista agradable, con una banca cómoda que parecía perfecta para la lectura. En el alféizar de la ventana había una estatua de porcelana, muy hermosa de María con varias velas encendidas a ambos lados de ella. Heath y yo bajamos nuestro paso, haciendo una pausa por la ventana.
- Es realmente bonita - dije en voz baja.
-Sí, yo nunca le he prestado mucha atención a María. Pero todas estas estatuas iluminadas por las velas, son muy lindas. ¿Crees que la monja esta en lo correcto? ¿Podría ser María Nyx, y Nyx ser María?
- No tengo idea.
- ¿Nyx no habla contigo?
- Sí, a veces, pero el tema de que sea la madre de Jesús no ha salido en la conversación - dije.
- Bueno, creo que debes de preguntarle la próxima vez.
- Tal vez lo haga – le dije.
Y aun seguíamos ahí, tomados de la mano y observando las formas amarillas y naranjas que bailaba frente a la estatua. Estaba pensando en lo agradable que sería si mi Diosa me visitaba durante un tiempo en la que mi vida no estuviera tan llena de muerte, cuando Heath barbulló -Así que he oído que Stark juró estar bajo tu servicio, como guerrero.
Le estudie cuidadosamente, buscando señales de que estuviera enojado o celoso, pero todo lo que vi en sus ojos azules era curiosidad.
- Sí, lo hizo.
- Tu guerrero, ese es un vínculo especial.
- Sí, lo es – le dije.
- Él es el chico que no puede fallar al apuntar con una flecha, ¿no?
- Correcto.
- Así que ¿tenerle a su lado es un poco como estar protegido por un Terminator?
Eso me hizo sonreír. -Bien, el no es tan grande como Arnold, pero supongo que es una comparación bastante buena.
-¿Él también te ama?
Su pregunta me tomó por sorpresa, y no sabía qué decir. Tal como había estado haciendo desde que estábamos en la escuela primaria, Heath parecía saber exactamente lo que debía de decir. – Sólo dime la verdad, eso es todo.
- Sí, creo que me ama.
- ¿Y tu a él?
- Tal vez, dije a regañadientes. - Pero eso no cambia lo que siento por ti.
- Pero ¿qué significa eso en lo nuestro? - pregunto
Era extraño que sus palabras hicieran eco de la pregunta de Afrodita y muy cerca a los recuerdos de lo que había pasado con A-ya y Kalona. Me sentí abrumado porque no tenia una respuesta para alguna de ellas, me frote la cabeza, debido al dolor que estaba empezando a golpear a través de mi sien derecha. - Supongo que nos deja con la imprimación, y el enojo.
Heath no dijo nada. Él sólo me miraba con esa dulce, mirada triste, familiar, que dijo mucho más, de lo mal que todo esto le dolía, que una docena de gritos entre nosotros hubiera hecho.
Estaba rompiendo mi corazón.
- Heath, lo siento mucho. Yo sólo. . . Yo sólo. . . Mi voz se quebró y lo intentó de nuevo. -Yo no sé qué hacer con un montón de cosas ahora mismo.
- Lo se - Heath se sentó en el banco y extendió sus brazos para mí. -Zo, ven aquí.
Negué con la cabeza. -Heath, no puedo-
- No estoy pidiéndote nada - me interrumpió con firmeza. - Te voy a dar algo. Ven aquí.
Cuando le mire con confusión, él suspiró, y se estiro para alcanzarme, tomó mis manos, y suavemente atrajo mi cuerpo rígido, pero sin resistencia a su regazo y entre sus brazos. Él me abrazó, apoyando su mejilla en la parte superior de mi cabeza, como lo había estado haciendo desde que se había hecho más grande que yo, en algún momento del octavo grado. Yo tenía la cara apretada contra el hueco de su cuello y aspiré su olor. Era el perfume de mi infancia, de largas noches de verano sentados en el patio trasero mientras escuchábamos música y hablábamos de los partidos de juego, donde me sentía muy cómoda dentro de su abrazo, como muchas chicas (y chicos, para el caso) también hablábamos de aquellos muy-buenos besos, que eran capaces de descubrir el amor.
Y de repente me di cuenta de que mientras yo había estado respirando en la familiaridad y la seguridad de su abrazo, también me había relajado. Con un suspiro, me acurruqué en él.
- ¿Mejor? - Heath murmuró.
- Mejor -dije - Heath, yo realmente no sé…
- ¡No!, ¡No lo hagas! - Sus brazos me presionaron fuertemente y luego se suavizaron de nuevo. - Ahora no te preocupes por mí o Erik o ese chico nuevo. Ahora mismo sólo recuerda. Recuerda lo que ha habido entre nosotros por años. Estoy aquí para ti, Zo. A través de toda esta mierda que realmente no puedo entender, yo estoy aquí. Y nos pertenecemos el uno al otro. Mi sangre, lo dice.
- ¿Por qué? - Le pregunté, aún entre sus brazos. -¿Por qué sigues aquí, todavía dispuesto a estar conmigo, incluso cuando sabes acerca de Erik y Stark?
- Porque te amo - dijo simplemente. – Te he amado durante tanto tiempo que no puedo recordar, y voy a amarte por el resto de mi vida.
Lagrimas picaron mis ojos y parpadee con fuerza, tratando de no llorar.- Pero Heath, Stark no va a desaparecer. Y yo no sé lo que voy a hacer con Erik.
- Lo sé.
Respire profundamente y al exhalar dije: - Y dentro de mí hay una conexión con Kalona que no puedo entender.
- Pero le has dicho que no a él y lo alejaste.
- Lo hice, pero yo… aun tengo recuerdos que están atascados en mi alma, y que tienen que ver con otra vida diferente, y durante esta vida yo estuve con Kalona.
En lugar de hacerme una serie de preguntas, o alejarme, el presiono sus brazos suavemente a mi alrededor. – Todo estará bien - el dijo, sonando como si estuviera hablando en serio. -Tú vas a arreglar todo esto.
- No veo cómo. Yo no sé que debo de hacer contigo.
- No hay nada que hacer por mí. Estoy contigo. Eso es todo - Hizo una pausa y luego añadió rápidamente, como si quisiera sacar las palabras de su boca,- Si tengo que compartirte con el Vampiro, lo haré.
Aún en sus brazos, me recline hacia atrás para poder encontrar su mirada. - Heath, tu eres muy celoso como para permitirme estar con alguien más
-Yo no he dicho que eso me guste. Definitivamente no me va a gustar, pero yo no quiero estar sin ti, Zoey.
-Eso es demasiado raro - dije.
El sujeto mi barbilla con su mano cuando intente apartar la mirada de él. - Sí, es raro. Pero la verdad es que, mientras que estemos imprimados sé que tengo algo contigo, que nadie más tiene. Yo puedo darte algo, que ninguno de esos malos aspirantes a Dráculas nunca podrán darte. Yo puedo darte algo, que aun ni siquiera un inmortal podrá darte.
Le mire fijamente. Los ojos de Heath brillaban con algunas lágrimas. Parecía mucho mayor de dieciocho años, que casi me asustó. - Yo no quiero ponerte triste - dije. - No quiero echar a perder tu vida.
- Entonces, deja de tratar de alejarme de ti. Nosotros nos pertenecemos.
Ok, ahí me di cuenta de que algo estaba mal en mí, pero en lugar de contestarle con algún argumento de porque no debemos de estar juntos, simplemente deje de pensar y me acurruqué en sus brazos y deje que me sostuviera. Sí, era egoísta de mí parte, pero me perdí en Heath y el tacto de mi pasado.
La forma en la que me sujetaba era perfecta. El no intento besarme. Él no intento tocarme ni acariciarme, ni ponerse contra mi. El no intento tocarme sexualmente. Ni siquiera ofreció cortarse y dejarme beber de su sangre, lo que habría hecho que automáticamente se diera rienda suelta a una pasión entre nosotros que nos quemaría y nos dejara fuera de control.
Heath me abrazó y murmuró suavemente lo mucho que me amaba. Me dijo que todo saldría bien. Podía sentir su corazón contra el mío. Podía sentir la rica y atractiva sangre allí, tan cálida y tan cerca, pero en ese momento lo que yo más necesitaba, incluso más que su sangre era su familiaridad, la unión de nuestro pasado, y la fuerza de su entendimiento.
Y ese es el momento Heath Luck, mi novio de la secundaria, realmente se convirtió en mi consorte.

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