lunes, 23 de noviembre de 2009

CAPITULO 22 - Tempted (TENTADA)

ZOEY


Oí el jadeo horrorizado de Stevie rae que fue repetido por cada uno que le rodeábamos, pero Darius no vaciló. “¿Algún Cuervo Mocker se fue vivo de aquí?

“Ninguno. Pero espero que sus almas puedan descomponerse eternamente en las profundidades más profundas del más allá” dijo Lenobia amargamente.

“¿Alguien más murió?” Pregunté.

“No, sin embargo hay varios heridos. Han llenado la enfermería. Neferet era nuestra única y verdadera sanadora, y ahora que ella…” La voz de Lenobia se desvaneció.

“Entonces Zoey necesita ir donde los heridos” dijo Stark.

Lenobia y yo arrugamos nuestras frentes inquisitivamente hacia él.

“¿Yo? Pero yo...”

“Tu eres la cosa más cercana que tenemos a una Alta Sacerdotisa. Si hay vampiros y novatos heridos en la Casa de la Noche, ellos necesitan a su Alta Sacerdotisa”, dijo Stark simplemente.

“Especialmente si ella tiene una afinidad con el espíritu. Tu definitivamente podrías ayudar a calmar a los heridos” agrego Darius.

“Eso es cierto, por supuesto”, dijo Lenobia, cepillando su largo pelo rubio hacia atrás. “Lo siento. La muerte de Stasia me esta costando mucho. No estoy pensando claramente”. Ella me sonrió, pero en realidad eso fue más que una mueca de labios hacia arriba que una verdadera sonrisa. “Tu ayuda es bienvenida y necesaria, Zoey”.

“Hare lo que pueda”. Puse un tono de confianza fingida en mi voz, pero la verdad era, que el solo hecho de pensar en personas heridas hizo que mi estómago se sintiera enfermo.

“Todos ayudaremos”. Stevie Rae habló más fuerte. “Si una afinidad puede ayudar, tal vez los cincos pueden ayudar cinco veces más”.

“Quizás” dijo Lenobia, aun luciendo derrotada y triste.

“Eso devolverá la esperanza”

Me gire para ver con sorpresa como Afrodita se ponia junto a Darius y le abrazaba. Lenobia le dio a ella una mirada escéptica. “Pienso que veras que algunas cosas han cambiado en la Casa de la Noche, Afrodita”.

“Y eso esta bien. Los cambios son buenos” dijo Afrodita.

“Sí, el cambio somos nosotros mismos”, dijo Kramisha. Varios de los otros chicos hicieron sonidos de afirmación.

Estaba tan orgullosa de ellos que casi me echo a llorar.

“Y pienso que todos estamos listos para estar en casa” dije.

“Casa”. Lenobia repitió la palabra en un tono triste, y suave. “Entonces síganme a casa”. Ella se giro, e hizo un sonido de cloqueo, y, sin más, los tres caballos la siguieron sin que nosotros les dirigiéramos.

De la puerta principal de la escuela nos movimos a través del estacionamiento, que fue donde Darius le hizo señas a Heath para que estacionara el Hummer, y todos nos detuvimos para desmontar y reagruparnos. El borde del edificio de profesores y la enfermería bloqueaban nuestra vista del centro de la escuela, y misteriosamente, todo lo que podíamos ver eran las sombras danzantes hechas por las llamas.
Excepto por el chisporroteo de la madera que se consumía con el fuego, la escuela estaba absolutamente en silencio.

“Esto es malo” dijo Shaunee suavemente.

“¿Porque?” Pregunté.

“Puedo sentir la tristeza a través de las llamas. Esto es malo” ella repitió.

“Shaunee está en lo correcto” dijo Lenobia. “Yo llevare a los caballos al establo. Quieres venir conmigo, o prefieres. . .” Su voz se desvaneció mientras su mirada se fijo en las sombras oscilantes que la luz del fuego formaba sobre las ramas de los antiguos robles que habían crecido alrededor del centro de la escuela.
“Nosotros iremos allí” dije, señalando hacia el centro de la escuela. “Debemos de hacer frente a eso”.
“Yo volveré tan pronto como los caballos estén bien atendidos” dijo Lenobia. Ella desapareció en la oscuridad con los caballos a sus espaldas.
La mano de Stark fue cálida y constante sobre mi hombro. “Recuerda, Kalona se ha ido, y también Neferet. Eso deja a los novatos y vampiros bajo tu mando, lo cual debería ser simple para ti”, él dijo.
Heath se aproximó a flanquear mi otro costado. “Él tiene razón. Incluso el tratar con novatos heridos y vampiros mayores no es tan malo como con Neferet y Kalona”.
“Es nuestra casa, no importa lo que haya ocurrido”, dijo Darius.
“Sí, casa. Ya era tiempo de volver” dijo Afrodita.
“Dejenme ver que tipo de líos Neferet nos ha dejado” dije abruptamente.
Me aparté de Stark y Heath, conduciendo a todo el mundo hacia la acera que bordeaba el área de la hermosa fuente y del huerto que estaba fuera de la entrada del edificio de profesores frente a las puertas redondas de madera que parecían de un castillo, al lado de la torrecilla que era en realidad un laboratorio audiovisual. Finalmente, el área central de la escuela surgió ante nuestra vista.

“¡Oh, Diosa!” Afrodita se quedó sin aliento.
Mis pies se detuvieron sin ninguna orden mía, hacia ellos. La escena era simplemente horrible, tanto que no pude obligarme a avanzar. La pira funeraria era un enorme montículo de leña que había sido colocada alrededor de un banco de picnic de madera. Yo sabía que eso era un banco de picnic porque aun cuando esta ya estaba quemado, su estructura era completamente reconocible, así como el cuerpo que estaba encima de la mesa. La profesora Anastasia, la hermosa esposa del Profesor de Esgrima, Dragon Lankford, estaba vestida con algo largo y afluente, y también estaba cubierta por lino blanco. Horrendamente, aun así, su cuerpo aun era visible bajo todo eso. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y su pelo largo caía hacia el suelo, mientras el fuego crujía y se elevaba.
Un terrible ruido, como un grito quebrantado de algún niño, perforo la noche, y mi mirada fija, que había estado fija sobre la enorme pira, se desvió hacia una pequeña cabeza blanca. Dragon Lankford estaba allí de rodillas. Su cabeza estaba inclinada en una reverencia y su pelo largo completamente hacia adelante, aunque este no ocultaba el hecho de que él estaba llorando. Al lado de él vi a un enorme gato a quien reconocí como Shadowfax, su Maine Coon , apoyado contra él, mientras miraba hacia arriba, hacia la cara de Dragon. En sus brazos estaba un gato blanco delicado quien aullaba de dolor y luchaba por escaparse, al parecer estaba dispuesto a arrojarse hacia la hoguera, con su vampiresa.
“Guinevere” susurré. “Era el gato de Anastasia”. Presioné mi mano sobre mi boca, intentando refrenar el sollozo que allí se construía.
Shaunee se alejó rápidamente de nosotros, caminó hacia la hoguera, y se detuvo lo más cerca posible que pudo. Al mismo tiempo, Erin se movio al lado de Dragon. Mientras Shaunee levanto sus brazos y grito fuertemente, “¡Fuego! ¡Ven a mí!” Oí a Erin llamar suavemente al agua y le pidió que se uniese a ella.
Y mientras la hoguera y el cuerpo fueron repentinamente engullidos en un camuflaje de llamas, Dragon fue rodeado por una niebla fría que me recordó a lágrimas.
Damien se movió cerca de Erin. “Viento, ven a mí”, dijo. Le observé dirigir un viento suave y apacible que se llevo el olor de la carne quemada.
Stevie Rae se unió a Damien. “Tierra, ven a mí”, dijo. Instantáneamente la brisa que había estado llena del olor a muerte se llenó de la dulzura delicada de un prado, que nos trajo recuerdos de la primavera, flores floreciendo, y de prados verdes de nuestra Diosa.
Sabía que era mi turno. Llena de tristeza caminé hacia Dragon y amablemente puse una mano en su hombro, quien temblo debido a sus sollozos. Levante mi otra mano y dije, “Espiritu, ven a mí”. Cuando sentí el hermoso sentimiento que me lleno, sabia que mi elemento habia contestando mi llamada, entonces continué, “Dale a Dragon tu toque, Espíritu. Apacigüale a él, Guinevere y Shadowfax. Ayudales a que su pena sea tolerable”. Entonces me concentré en dirigir el espíritu a través de mí, hacia Dragon y a los dos desolados gatos. Guinevere dejó de aullar de dolor. Sentí un tirón del cuerpo de Dragon y lentamente su cabeza se levanto y sus ojos buscaron los mios. Su cara estaba terriblemente rasguñada, y habia una abertura profunda sobre su ojo izquierdo. Recordé que la última vez que le había visto, él había estado luchando en contra de tres Cuervos Mockers. “Bendito seas, Dragon”, dije suavemente.

“¿Cómo podrá ser esto alguna vez tolerable, Sacerdotisa?” Su voz fue áspera. Pero sono completamente quebrado.

Entonces sentí un instante de pánico _ un instante en el que yo recordé que ¡solo tengo diecisiete! ¡No se como ayudarle! Entonces, como un círculo perfecto, el espíritu subió vertiginosamente desde Dragon, a través de mí, y el fue de nuevo el Maestro de Esgrima, y entonces tome de regreso la fuerza de mi elemento. “Usted la verá otra vez. Ella está ahora con Nyx. Ella le esperará en los prados de la Diosa, o renacerá y su alma le encontrará otra vez durante esta vida. Usted podra soportar esto porque sabe que el espíritu nunca muere realmente _ que nosotros nunca fenecemos”.

Sus ojos buscaron los míos, y mantuve su mirada fija firmemente. “¿Los derrotó? ¿Se han ido las criaturas?”

“Kalona y Neferet se han ido. Asi como los Cuervos Mockers” le reconforté.

“Bien…Bien…” Dragón dobló su cabeza y le oí rezándole suavemente a Nyx, pidiéndole a la Diosa que cuide de su amada hasta que volvieran a reencontrarse.

Presione su hombro una vez más y entonces, sintiéndome una intrusa, me aparte para permitirle un poco de privacidad para el y su tristeza.

“Bendita seas, Sacerdotisa”, él dijo sin levantar su cabeza.

Probablemente debería haber de dicho algo adulto y sabio en respuesta, pero justo en ese momento estaba llena de muchas emociones que no podía hablar. Stevie Rae estaba repentinamente allí al lado de mí, Damien junto a ella. Erin se alejo de Dragon para ponerse de pie en mi otro costado, y Shaunee dio un paso junto a ella. Estuvimos de pie en silencio, respetuosamente, formando un semi-circulo observando las mágicas llamas que Shaunne había formado en despedida de Anastasia.

El silencio que nos rodeó estaba arruinado sólo por los sonidos de las llamas y las oraciones murmuradas de Dragon. Y ahí fue cuando un pensamiento nuevo me golpeó. Pase mi mirada alrededor de la hoguera. Dragon estaba en medio del pavimento frente al Templo de Nyx y de los edificios principales de la escuela. Era una buena elección, ya que había mucho espacio para el fuego. Habia también mucho espacio para los otros profesores y novatos que deberían de haber estado allí, de pie junto a Dragon y enviándole oraciones a Nyx por Anastasia, así como también para su consorte, sin entrometerse con su tristeza, pero siendo testigos silenciosos del amor que ellos se tenian.

“Nadie esta aquí, con él” dije en un susurro, no queriendo que Dragon oyera el disgusto en mi voz. “¿Dónde diablos esta todo el mundo?”

“Él no debería de estar aquí afuera, y solo” dijo Stevie Rae, limpiando las lágrimas de su cara. “No es justo, no hay derecho”.

“Estaba con él hasta que sentí a los caballos acercándose” dijo Lenobia, Quien se acercaba presurosamente hacia nosotros.

“¿Qué hay acerca de todos los demás?” Pregunté.

Ella negó con la cabeza, el disgusto que yo sentia estaba reflejado en su expresión. “Los novatos están en los dormitorios. Los profesores están en sus habitaciones. Todos los demas estan en la enfermería…todos los demás a los que les habría importado darle apoyo, es decir”.

“Eso no tiene ningún sentido”. No podía hacer que mi mente procesara eso. “¿Cómo no les podría importar a los estudiantes y los profesores darle apoyo?”

“Kalona y Neferet podran haberse ido, pero su veneno queda”, dijo Lenobia enigmáticamente.
“Necesitas ir a la enfermería” dijo Afrodita a nuestras espaldas. Noté que ella mantenía su mirada fija en la hoguera y en Dragon.
“Ve” dijo Lenobia. “Me quedaré aquí con él”.
“Tambien nosotros nos quedaremos” dijo Johnny B. “Él antes, era mi profesor favorito, ya sabes”. Y lo sabía. Johnny B se referia a antes de que el muriera y se convirtiera en un no-muerto.
“Todos nosotros nos quedaremos con él” dijo Kramisha. “No es correcto que el se quede solo aquí afuera, y tu y tu grupo, deberían de ir a ver que pasa alla adentro”. Ella giro sus ojos hacia la enfermeria que estaba a un lado de la escuela. “Vamos” ella grito, y el resto de novatos rojos salieron de las sombras para tomar lugares al lado de Dragon, creando un círculo alrededor de la hoguera
“Me quedare, también”, dijo Jack. Él lloraba firmemente, pero no dudó en tomar su lugar en el círculo que los novatos rojos hacían. Duquesa se quedó a su lado, su cola y sus orejas bajas, como si ella verdaderamente entendiese lo que estaba sucediendo. Sin decir cualquier cosa, Erik dio un paso al lado de Jack. Despues Heath me asombró llenando el espacio junto a Erik. Él asintió hacia mí solemnemente antes de doblar la cabeza.
No estaba segura de mi voz, así que simplemente di la vuelta y, con mi grupo siguiéndome, junto a Afrodita, Stark, y Darius, reingresamos en la Casa de la Noche.

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