miércoles, 18 de noviembre de 2009

CAPITULO 17 - Tempted (TENTADA)

STEVIE RAE


Las palabras de Rephaim fueron a la deriva hacia ella en medio de la oscuridad. Sin ver el monstruo que él era, su voz tenía un tono que le hacia sonar obsesiva y desgarradoramente humano. Eso fue, después de todo, lo que le había salvado el día anterior. Su humanidad había llegado a Stevie Rae, y ella no había sido capaz de matarle.
Pero hoy él sonaba diferente, más fuerte de lo que había sido antes.
Aliviada y preocupada al mismo tiempo. Ella se quito de encima la preocupación. Ella no era una chica indefensa que huía hacia las colinas a la primera señal de peligro. Ella definitivamente podía patear el trasero del pájaro. Stevie Rae se puso recta y firme. Había tomado la decisión de ayudarle a escapar, y ¡maldita sea!, eso iba a hacer.
-¿Y a quien esperabas? ¿John Wayne y su caballería? – dijo Stevie Rae imitando a su madre, cuando uno de sus hermanos enfermaba y se ponía molesto. La forma que había sido una mancha oscura agazapada en el suelo entró en el enfoque y ella le dio su mejor mirada de no-digas-tonterías. -Bien, ya veo que no estas muerto y que ya estas sentado. Así que ya debes de sentirte mejor.
El inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado. ¿Quién es John Wayne y la caballería?
-La caballería. Significa que un grupo de chicos buenos vienen al rescate. Sin embargo, no te emociones. No hay un ejército ‘viniendo'. Todo lo que tienes soy yo.
-¿No te consideras uno de los buenos?
Él la sorprendió con su capacidad para sostener una conversación real con ella, y pensó que si cerraba los ojos o si apartaría la vista de él, casi podría engañarse a sí misma, pensando que sólo era un chico normal. Por supuesto, ella tenía mejor criterio. Nunca cerraría los ojos a su alrededor o miraría hacia otro lado, y él definitivamente no era algo normal.
-Bueno, sí, yo soy buena, pero no soy exactamente un ejército. Stevie Rae hizo el ademan de examinarle. Y noto que el aun lucia como la mierda, definitivamente maltratado, ensangrentado y roto, pero él ya no se encogía dolorosamente. Estaba sentado, apoyado, sobre todo en el lado izquierdo lesionado, contra la parte posterior del ala. Había arreglado las toallas que ella había dejado con él sobre su cuerpo como las piezas de una manta. Sus ojos eran brillantes y alertas, y nunca se apartaron de su rostro.
-Entonces ¿te sientes mejor?
-Como tu misma lo has dicho, no estoy muerto. ¿Dónde están los demás?
-Ya te lo dije antes, el resto de los Cuervos Mockers se fueron con Kalona y Neferet.
-No, me refiero a los hijos e hijas de los hombres.
-Oh, mis amigos. Están durmiendo en su mayoría. Así que no tenemos mucho tiempo. Esto no va a ser fácil, pero creo que he encontrado la manera de sacarte de aquí en una sola pieza. - Hizo una pausa, y se contuvo de picarse las uñas. -Puedes caminar, ¿verdad?
-Haré lo que tenga que hacer.
-Ahora, ¿qué diablos significa eso? Sólo dame un simple sí o no. Es algo importante.
-Siiii.- Stevie Rae tragó saliva ante el sonido de esa palabra entre dientes y decidió que se había equivocado acerca de “todo lo que tengo que hacer es no mirarlo y me parecerá normal”.
-Bueno, bien, entonces vámonos.
-¿A dónde me llevas?
-Todo lo que puedo pensar es que necesito llevarte a algún lugar donde puedas estar a salvo y puedas sanarte. No puedes quedarte aquí. Ellos seguramente van a encontrarte. Hey, ¿tu no tienes el mismo problema de tu padre con estar bajo tierra, ¿verdad?
-Yo prefiero el ciiiiiiiielo a la tierra.- Su tono era molesto, prácticamente estaba mordiendo las palabras y agregándole un énfasis especial a la palabra ‘cielo’.
Stevie Rae se puso las manos en las caderas. -Entonces, ¿significa que no puedes estar bajo tierra?
-Preferiría que no.
-Bueno, ¿prefieres permanecer vivo y esconderte bajo tierra, o permanecer aquí y en tan solo un minuto ser encontrado y morir? - O peor, pensó, pero no lo dijo en voz alta.
No habló durante bastante tiempo y Stevie Rae comenzó a preguntarse si tal vez Rephaim realmente no quería vivir, que era un pensamiento que no había considerado. Sin embargo, supuso que podía tener sentido. Su propia gente lo había dado por muerto y el mundo moderno era como un millón de veces muy diferente a la tierra en la que el había vivido antes y había aterrorizado la tierra Cherokee. ¿Qué había de mal en ella que no le dejaba morir?
-Yo prefiero vivir.- Por la mirada en su rostro, Stevie Rae pensó que tal vez el anuncio fue tanto una sorpresa para él como lo había sido para ella.
-Muy bien. Estupendo. Entonces necesito sacarte de aquí. - Dio un paso hacia él, pero se detuvo.
-¿Tendré que prometerte que seré bueno, de nuevo?, Estoy demasiado débil para ser un peligro para ti, - dijo simplemente.
-Está bien, entonces espero que tu promesa anterior tenga valides. Solo no intentes nada estúpido y podremos salir de esto.- Stevie Rae se acercó a él y se puso de cuclillas. -Será mejor que le eche un vistazo a tus vendajes. Puede que necesite cambiarlos o presionarlos antes de irnos. – Ella le toco de forma metódica, al mismo tiempo continuo hablando de lo que estaba haciendo. -Bien, el musgo, parece trabajar muy bien. No veo mucha sangre, tu tobillo está muy hinchado, pero no creo que esté roto. No puedo sentir las fracturas, de todos modos. - Ella reenvolvió el tobillo y ajusto las otras vendas, dejando el ala rota para el final. Stevie Rae se puso a sus espaldas y empezó a estirar los vendajes que se había soltado y Rephaim, quien había permanecido en silencio y totalmente inmóvil durante su examen, se sobresaltó y emitió un gemido de dolor.
-Ah, ¡diablos! Perdón. Sé que el ala esta muy mal.
-Presiona las vendas alrededor. Atalo con más fuerza contra mi cuerpo. No voy a ser capaz de caminar, si no esta completamente inmovilizado- Stevie Rae asintió.
-Voy a hacer lo que pueda.- Desgarro más toallas y luego se inclinó hacia adelante para tener un mejor acceso a su espalda. Ella apretó los dientes y trabajó de forma rápida y tan suavemente como pudo, odiando la forma en la que él se estremecía y seguía ahogando gemidos de dolor. Cuando terminó con el ala, coló un poco de agua y le ayudó a beber. Después de que él dejó de temblar, ella se puso de pie y le tendió la mano. -Bueno, ¡vamos vaquero arriba! - El la observo, e incluso en su extraña cara se podía leer la confusión. Ella sonrió. -Sólo significa que debes levantarte y que hagas lo que debes de hacer, aun cuando sea infernalmente difícil.
El asintió, y luego, lentamente se acercó y estrechó sus manos.
Preparándose psicológicamente, ella tiro de el, dándole tiempo para sujetar su peso y ponerse recta. Con un doloroso suspiro, él logró ponerse de pie, a pesar de que trato de apoyarse menos en su tobillo lastimado y eso lo hacia lucir no tan estable.
Stevie Rae le sujeto fuertemente de las manos, dándole la oportunidad de acostumbrarse a estar de pie, y si bien le preocupaba que él pudiera desmayarse, ella pensó en lo extraño que era que sus manos se sintieran tan calientes y tan humanas. Siempre había pensado en las aves siendo frías y volátiles. En realidad, a ella no le gustaban mucho las aves, nunca le habían gustado. Los pollos de su madre tendían a asustarla. Debido a su histérico aleteo y sus graznidos estúpidos.
Ella tuvo una breve retrospectiva de cuando ella recogía los huevos, y como una gallina mal humorada la picoteaba, mientras ella solo se cubría los ojos. Stevie Rae se estremeció, y Rephaim soltó sus manos.
-¿Estás bien?- Le preguntó para cubrir el incómodo silencio que se había abierto entre ellos. Con un gruñido, él asintió. Ella asintió de regreso, también. -Espera. Antes de que intentes caminar, vamos a ver qué puedo encontrar para ayudarte. - Stevie Rae busco a través de las herramientas de jardinería, fijándose en una gran pala, con una agarradera de madera resistente. Se giro hacia Rephaim, y la midió contra él, y en un rápido movimiento, rompió el mango de la pala y se la entregó a él. -Utiliza esto como un bastón. Ya sabes, para quitarle algo de peso a tu tobillo lesionado. Puedes apoyarte en mí por un tiempo, pero una vez que estemos en el túnel vas a tener que ir por ti mismo, por eso le necesitamos.
Rephaim tomó el mango de madera de ella. - Tu fuerza es impresionante. -
Stevie Rae encogió de hombros. -Es muy útil.
Rephaim dio un paso tentativo hacia adelante, utilizando el asa de madera como apoyo para su peso, y realmente él pudo caminar, aunque Stevie Rae pudo ver que le causaba mucho dolor. Aún así, el cojeo por sí mismo hacia la puerta del cobertizo. Allí se detuvo y miró expectante hacia ella.
-En primer lugar, voy a poner esto alrededor de ti. Estoy contando con que nadie nos vea, pero cabe la remota posibilidad de que una monja se asome por una ventana, ella sólo me vería ayudando alguien envuelto en una manta. O al menos eso es lo que espero. - Rephaim asintió, y Stevie Rae envolvió la manta alrededor de él, colocándola sobre su cabeza y por un costado ella le coloco una venda sobre su pecho para mantenerlo cerrado. -Así que aquí es mi plan: Tú conoces los túneles en los que hemos estado quedándonos en el centro de la ciudad en el marco del depósito, ¿verdad?
-Sí.
-Bueno, yo los he agrandado.
-No lo entiendo.
-Mi afinidad es el elemento tierra. Puedo controlarle, más o menos. Bueno, solo en algunos aspectos. Una de las cosas que hace poco averigüe es que puedo hacer que se mueva, y es así como yo hice un túnel a través de ella, e hice eso, para conectar los túneles con los depósitos de la Abadía.
-Este es el tipo de poder que mi padre menciono cuando habló de ti. Stevie Rae definitivamente no quería discutir sobre su horrible padre con Rephaim, y ella no quería ni pensar en qué podría haber estado hablando de ella y de sus poderes.
-Sí, bueno, de todos modos, abrí una parte de ese túnel para que yo pudiera salir de el y venir aquí. No está lejos de esta vertiente. Voy a ayudarte a llegar hasta allí. Una vez que estés en el túnel quiero que regreses a los túneles debajo del depósito. Ahí podrás refugiarte, y también alimentarte. En realidad, es bastante agradable. Podrás mejorarte allí.


-¿Y por qué el resto de tus aliados, no van a poder encontrarme en esos túneles?
-En primer lugar, voy a cerrar el túnel que conecta el depósito con la abadía. Entonces les diré algo a mis amigos, que los hará mantenerse lejos de los túneles, y así voy a asegurarme de que no puedan acercarse a los túneles por un tiempo. Y espero que ese tiempo sea suficiente para que te pongas bien y consigas salir de aquí antes de que empiecen a acercarse de nuevo.
-¿Qué vas a decirles que les impedirá entrar en los túneles? - Stevie Rae suspiró y se paso la mano por su cara.
-Voy a decirles la verdad. Que ahí hay más novatos rojos y que están escondidos en los túneles del depósito y que son peligrosos porque no han tomado la decisión del bien sobre el mal.
Rephaim quedó en silencio durante varios segundos. Por último, dijo,-Neferet tenía razón.
-¡Neferet! ¿Qué quieres decir?
-Ella le decía a mi padre que tenía aliados entre los novatos rojos que podrían ser soldados de su causa. Estos novatos rojos son de los que ella hablaba.
-Deben ser - Stevie Rae murmuró miserablemente. -Yo no quería creerlo. Quería creer que finalmente harían lo correcto, elegir la humanidad sobre la oscuridad. Y que solo necesitaba un tiempo para aclarar las cosas en su cabeza, eso es todo. Creo que me equivoqué.
-¿Son estos novatos los que mantendrán a sus amigos lejos de los túneles?
-Supongo. La verdad, es que yo me asegurare de que se mantengan lejos. Solo estoy comprando un poco de tiempo para ti y para ellos. - Ella lo miró a los ojos.-Incluso si estoy equivocada.
Sin decir nada, abrió la puerta, y fue a su lado, él levantó su brazo, y lo pasó alrededor de los hombros de ella, y los dos salieron a la helada oscuridad. Stevie Rae sabía que Rephaim tenía que tener en un terrible dolor al caminar ya que vio la dificultad con la que iba hacia la abertura en el suelo que había creado para el túnel. Sin embargo, el único sonido que él hizo fue su respiración jadeante. Él apoyo gran parte de su peso en ella, y Stevie Rae volvió a sorprenderse debido a su calidez y la sensación familiar del brazo de un chico sobre sus hombros, mezclado con el cuerpo emplumado que estaba ayudando a mantenerse.
Ella se mantuvo mirando a su alrededor, casi conteniendo la respiración por miedo a que alguien, como: tengo-que-demostrar-lo-molesto-y-machista-que-soy, Erik, hubiera salido fuera. El sol se estaba poniendo.
Stevie Rae podía sentir como el cielo-hielo iba desvaneciéndose. Era sólo cuestión de tiempo antes de que los novatos, los vampiros, y las monjas comenzaran a moverse.
-Vamos, lo estás haciendo bien. Tú puedes hacerlo. Tenemos que apresuramos. - Siguió murmurando hacia él, animando a Rephaim y tratando de calmar sus propios miedos culpables. Pero nadie gritó a sus espaldas. Nadie corrió hacia ellos, y en menos tiempo del que Stevie Rae había previsto, la apertura del túnel se abría a sus pies.
-Baja por ahí, con las manos y los pies. No está lejos. Voy a tratar de sujetarte, y así mantenerte estabilizado.
Rephaim no perdió tiempo ni energía en las palabras. Él asintió, se giro, arrojó la manta, y entonces, mientras Stevie Rae le sujetaba del brazo –se sintió feliz de que aunque el era grande y parecía fuerte y sólido, en realidad pesaba menos que ella misma, con su ayuda, él lenta y dolorosamente desapareció bajo la tierra.
Stevie Rae le siguió. En el túnel, Rephaim se apoyó contra la pared de tierra, tratando de recuperar el aliento. Stevie Rae deseaba poder dejarlo descansar allí, pero la sensación de hormigueo en la parte posterior de su cuello gritando que los otros se despertarían e irían a buscarla, y que iban a encontrarla junto al Cuervo Mocker! Estaba allí.
-Tienes que seguir adelante. Ahora. ¡Largo de aquí. Ve por ese camino. - Señaló hacia la oscuridad frente a ellos.- Esto va a ser muy oscuro. Lo siento, pero no tuve tiempo para conseguirte una lámpara. ¿Estás bien en la oscuridad?
El asintió. -Durante mucho tiempo he preferido la noche.
-Bueno. Sige este túnel hasta llegar al lugar donde la tierra cambia a paredes de cemento. Luego gire a la derecha. Va a ser confuso porque mientras más te acerques al deposito, más túneles habrá. Pero trata de permanecer en el túnel principal. Este estará iluminado, o al menos espero que siga iluminada. De cualquier manera, si sigues por ahí, encontraras linternas y alimentos y habitaciones con camas y todo.
-Y también a los novatos oscuros. – Él no lo dijo como una pregunta, pero Stevie Rae le respondió.
-Sí, ahí están. Mientras que los otros novatos rojos y yo estábamos viviendo allí, se quedaron lejos de los túneles principales y de las habitaciones y tal. No sé lo que están haciendo ahora que no estamos allí y yo honestamente no sé lo que te harán. No creo que vayan a querer comerte no hueles bien. Pero no puedo decirlo con certeza. Ellos son - hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. - son diferentes a mi, y al resto de nosotros.
-Son de la oscuridad. Como he dicho, estoy muy familiarizado con eso.
-Está bien. Bueno, sólo quiero creer que todo irá bien. - Stevie Rae se detuvo, por no saber qué decir y, finalmente, impulsivamente dijo:-Entonces, espero volver a verte en algún momento, de nuevo. - El clavo su mirada en ella sin decir nada. Stevie Rae se movió nerviosamente. -Rephaim. Tienes que ir. Ahora. No es seguro aquí. Tan pronto como tú estés en el túnel, voy a hacer que esta parte del túnel colapse para que no te puedan seguir desde aquí, por eso, tienes que ser rápido.
-No entiendo por qué ibas a traicionar a tu gente para salvarme,- él dijo.
-No estoy traicionando a nadie, ¡Simplemente no te he matado! – ella gritó, y luego bajó la voz y continuó. - ¿Por qué estoy dejándote decir que he traicionado a mis amigos? ¿Simplemente no puedes decir que yo elijo la vida sobre la muerte? Mira, he elegido el bien sobre el mal. ¿Dejarte vivir, no lo demuestra?
-¿No consideras que la elección de salvarme fue hacer una elección de lo que tu llamas el mal?
Stevie Rae lo miró por un largo tiempo antes de contestar.
-Entonces lo dejo a tu conciencia. Tu vida es lo que quieres que sea. Tu padre se ha ido. El resto de los cuervos Mockers se han ido, también. Mi madre solía cantarme una canción un poco tonta cuando era una niña que hablaba sobre los momentos malos. Solía empezar con que, tenía que levantarme, sacudirme el polvo, y empezar todo de nuevo, cuando hubiera una dificultad. Y eso es lo que tienes que hacer. Y yo solo te estoy dando la oportunidad de hacerlo. - Stevie Rae estiro su mano. –Entonces, espero que la próxima vez que nos encontremos, no seamos enemigos.
Rephaim miro la mano extendida luego su cara, y de vuelta a la mano. Luego, lentamente, casi a regañadientes, él la cogió. No en un apretón de manos moderno, pero fue como el saludo tradicional de vampiro juntando los antebrazos. -Te debo la vida, Sacerdotisa. - Stevie Rae sintió sus mejillas calentarse.
–Solo llámame Stevie Rae. No me siento como una Sacerdotisa en este momento. – Él inclino la cabeza.
-Entonces, es a Stevie Rae a quien le debo la vida.
-Haz lo correcto con la tuya y considerare que me has pagado - dijo. –me alegro de conocerte, cuídate y espero verte de nuevo, Rephaim. - Ella trató de sacar su brazo de su mano, pero él no la dejó ir.
-¿Son todos como tú? ¿Todos tus aliados? - Preguntó. Ella sonrió.
-No, yo soy la más rara que la mayoría, de los otros. Soy un vampiro rojo en primer lugar, y a veces pienso que eso me da un poco más de experiencia.
Todavía aferrada a su brazo, él dijo,-Yo fui el primero de los hijos de mi padre.
Aunque él sostuvo la mirada constante, ella no podía leer su expresión. Todo lo que veía en la penumbra del túnel era la forma humana de sus ojos y su brillo rojo sobrenatural, el mismo resplandor rojo que rondaba sus sueños, a veces arrollada su propia visión, contaminando todo con escarlata, ira y oscuridad. Ella sacudió la cabeza, y más para sí misma que para él dijo:-Ser el primero puede ser difícil.
Él asintió y, finalmente soltó su brazo. Sin una palabra, se giro y se fue cojeando hacia la oscuridad. Stevie Rae conto lentamente hasta cien, y luego levantó los brazos.
-Tierra, te necesito otra vez.- Al instante su elemento respondió, llenando el túnel con el aroma de un prado en primavera. Ella aspiro profundamente antes de continuar.-Colapse el techo. Llena esta parte del túnel. Cierra el agujero que has hecho por mí; derrúmbalo; hazle sólido de nuevo, de modo que nadie pueda pasar por aquí. - Dio un paso atrás, mientras la tierra frente a ella y por encima de ella comenzó a moverse, y luego cayo como lluvia, cambiando de posición y solidificándose hasta que no había nada más que un sólido muro de tierra frente a ella.
-Stevie Rae, ¿qué diablos haces? - Stevie Rae se dio la vuelta, apretando su mano sobre su corazón.
-¡Dallas! ¿no tienes miedo de salir a la luz del día? Diablos, creo que me dio un ataque al corazón.
-Lo siento. Eres tan difícil de sorprender, pensé que sabías que estaba aquí. - Con el corazón golpeando fuertemente, Stevie Rae busco en la cara de Dallas, tratando de encontrar una señal incluso un indicio de que el supiera de que ella no había estado a solas, pero no parecía sospechoso o disgustado o traicionado, él sólo parecía curioso y un poco triste. Sus siguientes palabras reforzaron que no había estado allí el tiempo suficiente para haber capturado ni un atisbo de Rephaim.
-Tú lo cerraste para mantener al resto de ellos lejos y evitar lleguen a la abadía, ¿verdad?- Stevie Rae asintió y trató de no dejar que la ola de alivio que sentía, se notara en su voz.
-Sí. No creo que fuera inteligente dejarles un acceso tan fácil hacia las monjas.
-Sería un poco como un bufé-de ancianas para ellos. - Los ojos de Dallas brillaron con picardía.
-No seas bruto. - Pero no podía dejar de sonreírle. Dallas era realmente adorable. No sólo era su novio no-oficial, el era también un genio con todo lo que tenía que ver con la electricidad o plomería o básicamente lo que encontraría en el Home Depot. Sonriendo de nuevo hacia ella, él se acercó y tiró de uno de sus rizos rubios.
-No estoy siendo bruto. Estoy siendo real. Y no puedes decirme que no has pensado en lo fácil que sería comerte a estas monjas.
-¡Dallas! - Ella entrecerró los ojos en él, realmente horrorizada por lo que había dicho. -Hey ¡yo no he pensado en comer monjas! De hecho eso ni siquiera suena bien. Y como te dije ya antes, no es inteligente pensar mucho sobre comer a las personas. No es bueno para ti.
-Hey, relájate, linda. Sólo estoy jugando contigo. - Él miró a sus espaldas, hacia la pared de tierra. -Entonces, ¿cómo vas a explicar esto a Zoey y al resto de ellos?
-Voy a hacer lo que probablemente debí de haber hecho hace mucho. Voy a decirles la verdad.
-Pensé que querías guardar silencio sobre el resto de los novatos, y que pensabas que podrían llegar a ser más como nosotros.
-Sí, bueno, yo estoy comenzando a pensar he arruinado todo, con algunas de mis decisiones.
-Bueno, se que lo lograras. Eres nuestra Alta Sacerdotisa. Díle a Zoey y a los demás lo que quieras. En realidad, puedes hacerlo ahora mismo. Zoey acaba de llamar a una reunión en la cafetería. Vine a buscarte para informarte sobre ello.
-¿Cómo supiste dónde encontrarme? – Él le sonrió de nuevo y le pasó el brazo por los hombros.
-Te conozco, linda. No era muy difícil averiguar dónde estarías. – comenzaron a salir del túnel juntos. Stevie Rae pasó su brazo alrededor de la cintura de Dallas. Y se apoyo en él, contenta porque el se sentía total y completamente como un chico normal junto a ella. Era un alivio tener su mundo de regreso a lo que ella sabía que era correcto. Se había sacado a Rephaim de su mente. Ella había ayudado a alguien que había sido herido, eso es todo. Y ahora todo había terminado. El solo era un cuervo mocker herido de gravedad. ¿Cuánto problema podría causar?
-Me conoces, ¿eh?, - Ella le embistió con su cadera. Apretó de regreso en su contra.
-No tan bien como yo quiero, conocerte, linda. - Stevie Rae rió nerviosamente, ignorando el hecho de que sonaba un poco maníaca en su esfuerzo por ser normal. También ignoro el hecho de que todavía podía oler el olor oscuro de Rephaim en su piel.

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