ZOEY
Era la misma azotea del castillo; no había duda. Los árboles de naranjas llenos de fruta que perfumaban el viento fresco. En medio estaba la misma fuente con la forma de una mujer desnuda con el agua cayendo en cascada de sus manos levantadas. Viéndola dos veces, me di cuenta por qué se me hacia tan familiar. Ella me recordaba a Nyx, o al menos a una de las caras que había visto de la Diosa.
Y en ese instante recordé lo que había aprendido acerca de este lugar – que era el antiguo lugar del Alto Concejo Vampírico original, entonces tuvo sentido que la imagen de la fuente se pareciese a nuestra Diosa.
Quise sentarme al lado de la estatua y respirar profundamente el olor cítrico y la brisa marina. No quise voltear hacia donde mis intestinos decían que voltease – y ver a quien yo sabía que vería. Pero, como una bola de nieve que baja por la montaña, no pude controlar la avalancha de lo que me ocurría, así que me gire hacia la dirección que mi alma me conducía.
Kalona se arrodillaba en el borde del tejado que se asemejaba a un diente. Me daba la espalda y estaba de rodillas. Estaba vestido, mejor dicho, desvestido, como lo había estado la última vez que habíamos estado aquí – él llevaba puestos jeans y eso era todo. Sus alas oscuras se esparcieron extendidas a su alrededor, dejando sólo visibles sus hombros bronceados. Su cabeza estaba inclinada en una reverencia, y no pareció notar que yo estaba allí. Como si no los pudiese detener, mis pies se movieron hacia él, y mientras me acerqué, me di cuenta de que él se encontraba arrodillado exactamente donde había estado yo de pie cuándo me había arrojado a mi misma desde el tejado.
No estaba muy lejos de él cuando vi que sus hombros se tensaron. Sus alas crujieron, levantó la cabeza y miró por encima de su hombro.
Él lloraba. Las lágrimas caían por su cara. Lucia deshecho, arruinado, completamente derrotado. Pero en el mismo instante que me vio su expresión cambió totalmente. Su cara fue transformada con tal alegría increíble que mi aliento literalmente fue atrapado en su incomparable belleza. Se puso de pie, y con un grito de felicidad caminó a grandes pasos hacia mí.
Pensé que él me jalaría a sus brazos, pero a último segundo se refrenó de manera que sólo alzó una mano como si fuera a tocar mi mejilla, pero sus dedos se detuvieron repentinamente en mi piel, temblaron allí por un instante, y luego, sin tocarme, bajo su mano a su lado.
“Regresaste”.
“Los sueños no son reales. No morí” le expliqué, aunque fue duro hablar.
“El reino de los sueños es parte del Otro Mundo; nunca menosprecies el poder de lo que ocurre aquí”. Se limpió el rostro con el dorso de la mano y, asombrándome otra vez, me dio una pequeña risa ahogada de vergüenza. “Debo parecerte un tonto. Sabía que no estabas muerta, por supuesto. Pero de todos modos se sintió real, tan horrendamente familiar”.
Evite mirarle, no sabía qué decir. No sabía cómo reaccionar a esta versión de Kalona – la versión que se veía y actuaba más como un ángel que un demonio. Él me recordó al Kalona que se había rendido a A-Ya, voluntariamente entregándose a la trampa de su abrazo con una vulnerabilidad que todavía me perseguía. Fue tal el contraste desde la última vez que le había visto, cuándo él había estado en modo de superseducción, tentándome, y…
Le frunci el ceño. “Exactamente ¿cómo es que estoy aquí otra vez? No estoy durmiendo a solas, y no me refiero a que esté con una de mis amigas. Mejor dicho, amigos que son ‘chicas’ corregí precipitadamente. Estoy durmiendo con un humano con quien he impreso. Él y yo somos definitivamente más que amigos. No deberías poder estar aquí adentro”. Señalé mi cabeza.
“No estoy dentro de su cabeza. Nunca me han invitado a entrar a tus sueños. Traigo tu esencia hasta mí. La invasión es mía, y no es porque tu me invites”.
“Eso no es lo que me dijiste antes.”
“Te mentí antes. Ahora te digo la verdad.”
“¿Por qué?”
“Por la misma razón que pude traerte aquí a través de tu sueño, si bien estás en brazos de otro. Esta vez– por primera vez– mis motivos son puros. No trato de manipularte. No tratare de seducirte. Y sólo te diré la verdad.”
“¿Cómo puedes esperar que yo te crea?”
“Si lo crees o no, no cambia la naturaleza de la verdad. Estás aquí, Zoey, cuando no deberías estarlo. ¿Esa no es prueba suficiente para ti?”
Mordisquie mi labio. “No lo sé. No sé las reglas de aquí.”
“Sin embargo, tú conoces el poder de la verdad. Me mostraste eso durante tu última visita. ¿No puedes usar tu poder para juzgar la veracidad de lo que estoy diciendo?”
Gracias a Damien, supe en verdad lo que significaba veracidad, así que no estaba allí mordisqueándome el labio con un gran signo de interrogación en mi cara porque no entendía lo que él queria decir. Pero no sabia que responderle... Kalona me desconcertaba completamente. Finalmente abrí mi boca para decirle que, no, que no podía usar mi poder para saber si me decía la verdad cuando no sabia si podía estarme mintiendo, pero él sostuvo en alto una mano y detuvo mis palabras.
“Me preguntaste una vez que si siempre he sido como soy ahora, y sólo te di evasivas y mentiras. Hoy me gustaría darte la verdad. ¿Me dejarás, Zoey?”
¡Otra vez, él me llamó Zoey! no me había llamado A-Ya, como le gustaba hacerlo. Y el no estaba tocandome. Del todo.
“Yo-yo no se” tartamudeé como una retrasada mental y retrocedí un pequeño paso, esperando que su actuación de chico bueno desapareciera y reaparezca el seductor inmortal. “¿Qué es lo que quieres mostrarme?”
Sus bellos ojos ámbar se oscurecieron con tristeza. Negó con la cabeza.
“No, Zoey. No necesitas temerme, no intentare seducirte. Si intento cambiar la verdad por la seducción, el sueño se hara pedazos y te encontrarías despertando en los brazos de otro hombre. Para mostrarte lo que quiero que veas solo necesitas tomar mi mano.”
Me extendió su mano viéndose fuerte y normal.
Vacilé.
“Te doy mi juramento de que mi piel no te quemará con el poder frío de la lujuria. Sé que no tienes razón de confiar en mí, así que te pido sólo que confíes en la verdad. Tócame, y verás que no te miento.”
Es simplemente un sueño. Me recordé a mí misma. No importa lo que él diga sobre el Otro mundo, un sueño es un sueño. Esto no es real. Pero la verdad era real, ya sea en los sueños o en el mundo al despertar, y la triste verdad era que yo queria tomar su mano. Queria ver que era lo que necesitaba mostrarme.
Así que levanté mi mano y presioné mi palma contra la suya.
Él había estado diciendo la verdad. Por primera vez, su piel no me congeló con una pasión y un poder que no podía aceptar, aún cuando no podía rechazarla completamente.
“Quiero mostrarte mi pasado.” La mano contraría a la mía barrió por delante de nosotros como si él pasara un paño sobre una ventana invisible una vez, dos veces, tres veces. Entonces el aire fluctuó y con un horrible sonido algo se abrió por delante de nosotros, como si se hubiera desgarrado una pieza del universo de los sueños. “¡Ahora contempla la verdad!”
A su orden el cielo se estremeció y entonces, como una gran TV de pantalla plana que repentinamente se había encendido, comencé a observar retazos del pasado de Kalona.
La primera escena que vi me hizo jadear por su belleza. ¡Kalona estaba allí, medio desnudo como siempre, pero esta vez él sostenía una larga espada, que se veía peligrosa mientras tenía una vaina de un sable curvo Oriental atado con una faja a través de su espalda, y sus alas eran de un color blanco puro! Estaba de pie fuera de una puerta magnífica de un templo de mármol. Se veía peligroso y noble – como un verdadero Guerrero. Mientras observé, su expresión severa cambió a algo más suave, y mientras la mujer subía por las escaleras del templo, él le sonrió con adoración obvia.
Que bueno verte, Kalona, mi Guerrero.
Su voz hizo eco misteriosamente en el pasado y yo me quedé sin aliento. No necesité verle la cara a mujer. Instantáneamente reconocí su voz. ― ¡Nyx!_ grité.
“Ciertamente” respondió Kalona. ”Yo fui el guerrero que le dio su juramento a Nyx”.
Kalona en la visión siguió a su Diosa hacia su templo. La escena cambió, y repentinamente Kalona usaba ambas espadas para luchar en contra de algo en lo que realmente no pude enfocarme. La cosa era negra y se mantuvo cambiando de forma. Un instante era una enorme serpiente, en otra era una boca abierta llena de dientes que relucian, en aún otro parecía ser una horrenda araña, una criatura con garras y colmillos.
“¿Qué es eso?”
“Solo una forma del mal,” Kalona me habló lentamente, como si las palabras fuesen difíciles de decir.
”¿Pero ese no es el reino de Nyx? ¿Cómo podría llegar la maldad allí?”
“La maldad está en todo lugar, igual que el bien está en todo lugar. Es la forma en que el mundo y el Otro Mundo fueron hechos. Debe haber balance, aun en el reino de Nyx.”
“¿Por eso es que ella necesitaba a un guerrero?” le pregunté, observando la escena cambiar de lugar otra vez y mostrar a Kalona, sus alas blancas resplandeciendo, caminando detrás de Nyx mientras ella se paseaba a través de un prado exuberante. Sus ojos nunca se apartaban de ella, pero constantemente escudriñaba el área alrededor y atrás con la espada en su mano, la otra estaba lista en su vaina del sable curvo.
“Sí, por esto es que ella necesita a un guerrero,” me dijo.
“Necesita.” Probé la palabra, y entonces logré mirar las escenas del pasado de Kalona, al Kalona del presente. “Si ella todavía necesita a un guerrero, ¿entonces por qué estás aquí en lugar de allí?”
Apretó la mandíbula apretada y sus ojos se llenaron de dolor. Su voz estaba quebrada cuando me contestó. “Mira allí, y verás la verdad.”
Le dirigí mi mirada fija de regreso en las escenas cambiantes para ver a Nyx delante de Kalona. Él estaba de rodillas frente a ella, y tal como él había sido cuando me moví gradualmente hacia este sueño, él lloraba. Esta encarnación de Nyx tenía la apariencia de la estatua de María en la gruta de las monjas benedictinas, lo que asimilé con una pequeña sacudida. Pero mientras seguí observando, noté algo en Nyx. A diferencia de la belleza serena de Maria, la expresión de Nyx era dura y parecía extrañamente más pétrea que la estatua.
Por favor no haga esto, mi Diosa. La voz de Kalona se elevo. Sonó como si él implorara.
No hago nada, Kalona. Tienes opciones en esto. Les doy a mis Guerreros el libre albedrío, aunque no requiero que ellos lo usen sabiamente. Me escandalicé por cómo sonaba la fría Nyx. Por un segundo ella en verdad me recordó a cómo solía ser Afrodita.
No puedo ayudarme a mí mismo. Fui creado para sentir esto. No es libre albedrío. Es preordenación.
Aún como tu Diosa te digo que lo que sientes no esta predeterminado. Tu voluntad te ha modelado.
¡No puedo evitar lo que siento! ¡No puedo evitar lo que soy!
Tú, mi Guerrero, estás equivocado; por consiguiente, debes pagar las consecuencias de tu error.
Nyx alzó un brazo perfecto y le dio un golpecito con sus dedos hacia Kalona. El Guerrero fue alzado y arrojado hasta el final de la habitación, fue lanzado fuera del lugar.
Kalona cayó.
Lo observé.
Lo observé gritar y contorsionarse en agonía mientras caía, y caía y caía. Cuándo él finalmente aterrizó, arrugado, roto, ensangrentado, en un campo exuberante que me recordó a la Pradera de la Alta Hierba, sus alas cambiaron de blanco a un negro azabache como lo eran hasta hoy.
Con un grito constreñido de dolor, Kalona levantó su mano y limpió la visión del pasado. El aire delante de nosotros brilló tenuemente y entonces se convirtió en el huerto del castillo otra vez, me soltó la mano y se alejó de mí para sentarse en un banco debajo de un árbol de naranjas. Él no dijo nada. Solo se sentó allí mirando hacia el azul brillante del Mediterráneo.
Entendí, pero no me senté a su lado. En lugar de eso, estuve frente a él, estudiándolo como si realmente pudiera juzgar la verdad con mis ojos.
“¿Por qué te expulsó a patadas? ¿Qué fue lo que hiciste?”
Sus ojos se encontraron con los míos. “Le amé demasiado.” Su voz estaba hueca, sin emoción; sonó como un fantasma.
“¿Cómo puedes amar en demasía a tu Diosa?” le pregunté automáticamente, del mismo modo que la respuesta obvia llegó a mí. Hay diferentes formas de amor – estaba súper conciente – de eso. El amor de Kalona a Nyx obviamente era del tipo equivocado.
“Estaba celoso. Odié a Erebus.”
Parpadeé en estado de shock. Erebus era el consorte de Nyx, su amante eterno.
“Mi amor por ella me hizo quebrantar mi juramento. Estaba tan obsesionado con ella, que no la podría proteger más ya. Fallé como su Guerrero.”
“Eso es terrible” dije, pensando en Stark. Solo había juramentado por mí unos pocos días y ya sabía que sería como desgarrar una parte de su alma si él fracasase en protegerme. ¿Y cuánto tiempo había sido Kalona el Guerrero de Nyx? ¿Siglos? ¿Cuánto tiempo fue un pedazo de eternidad?
Incrédula, me di cuenta de que sentía lástima por Kalona. ¡No puedo sentir lástima por él! Seguro, a él le habían roto el corazón y fue expulsado del reino de su Diosa, pero luego se había convertido en un tipo ruin. Él se había convertido en la maldad que solía combatir.
Él afirmó con la cabeza, como si pudiese oír mis pensamientos, y dijo, “Hice terribles cosas. He continuado haciéndolas. El caer me cambió. Luego, por muchísimo tiempo estuve entumecido en mi interior. Busqué y busqué siglo tras siglo, tratando de encontrar algo, alguien para llenar la herida sangrienta que Nyx había dejado en mi alma, dentro de mi corazón. Cuando la encontré, no supe que ella no era real, que ella era simplemente una ilusión creada para atraparme. Entré voluntariamente en sus brazos. Sabes que mientras ella retonraba a la arcilla de la cual había sido hecha, ¿lloró?”
Mi cuerpo se sobresaltó. Supe de lo que él hablaba. Lo había experimentado con ella.
“Sí”. Mi voz fue un susurro áspero. “Lo recuerdo”.
Sus ojos se ampliaron en estado de shock. “¿Lo recuerdas? ¿Tienes las memorias de A-ya?”
No quise admitir la magnitud de las memorias de A-ya, pero supe que no podía mentir. Así que tomé un pedacito de la verdad y le di un resumen, con palabras concisas. “Sólo uno. Sólo recuerdo disolverme. Y recuerdo el llanto”.
“Me alegro de que no recuerdes otras cosas, porque su espíritu se quedó conmigo, atrapada en la oscuridad, por mucho tiempo. No la podía tocar, pero podía sentir su presencia. Pienso que fue la única cosa que me mantuvo cuerdo.” Un temblor corrió por su cuerpo y yo vi que comenzó a levantar sus manos como si literalmente intentase apartar a la fuerza los recuerdos. Él guardó silencio por mucho tiempo. Pensé que él podría haber terminado de hablar de su pasado, y estaba tratando de tamizar el shock de la incredulidad en mi mente para hallar una pregunta que hacerle cuando él comenzó a hablar de nuevo. “Cuando A-ya se fue. Es cuando me comenzaron a llamar. Susurré mi necesidad de ser libre por el mundo, y el mundo finalmente me oyó”.
“¿No querras decir que Neferet te oyó?”
“Es cierto, ella me oyó, pero no fue sólo la Tsi Sgili la que contestó mi llamada.”
Negué con la cabeza. “No me llamaste a la Casa de la Noche. Nyx me marcó. Por eso es que estoy allí.”
“¿Es así? Debo decir sólo verdad o nuestro sueño desaparecera, así que no intentaré persuadirte fingiendo que conozco que más de lo que hago. Sólo te diré lo que creo, y yo creo que me oíste, también. O al menos la parte de ti que una vez fue A-ya reconoció mi voz”. Él vaciló, y entonces añadió. “Quizás la mano de Nyx a guiado tu reencarnación. ¡Quizás la Diosa te envio a…!”
“¡No!” No podría escuchar más. Mi corazón palpitaba tan fuerte que pensé que explotaría en mi pecho. “Nyx no me envió a ti, así como no soy en realidad A-ya. No importa si tengo alguna memoria al azar de ella. En el curso de esta vida soy una auténtica chica, con libre albedrío y una mente propia”.
Su expresión cambió otra vez. Sus ojos se suavizaron y me sonrió tiernamente. “Lo sé, Zoey, y por eso es que he tenido tal lucha con mis sentimientos por ti. Me desperté de la tierra queriendo a la damisela que me había encarcelado, para encontrarme con una chica con libre albedrío peleando contra mí.”
“¿Por qué estás haciéndome esto? ¿Por qué suenas como esto? ¡Tu no eres en realidad este tipo!” Le grité, intentando gritar por la terrible y, maravillosa manera que sus palabras me hacian sentir.
“Ocurrió cuando caíste. Me vi a mi mismo cayendo nuevamente, y en esa visión también vi a mi corazón quebrándose otra vez. No lo podía soportar. Me juré que si lograba traerte aqui una vez más te mostraría la verdad.”
“Si esto es realmente cierto, entonces tienes que saber que te has convertido en la maldad que solías combatir.”
Él apartó la vista de mí, pero no antes de que viese la vergüenza en sus ojos. “Sí. Lo sé.”
“He escogido un camino diferente. No puedo amar la maldad. Y esa es la verdad” le dije.
Sus ojos buscaron los míos instantáneamente. “¿Y si elijo rechazar el mal? ¿Entonces que?”
Sus preguntas me tomaron totalmente fuera de guardia, así que le contesté la primera cosa que llegó a mi mente. “No puedes rechazar la maldad, no mientras estes con Neferet”.
“¿Qué ocurre si solo tengo el mal cuando estoy con Neferet? Quiero estar contigo, ¿tengo que escoger el bien?”
“Imposible”. Negue con la cabeza de acá para allá, de un lado para el otro.
“¿Por qué lo llamas imposible? Ha ocurrido antes. Lo sabes porque has causado la elección para el bien. El guerrero que está obligado a ti es prueba de eso”.
“No. Esta versión de ti no es real. No eres Stark. Eres un inmortal caido, el amante de Neferet. Has violado mujeres – convertiste en esclavos a la gente – asesinaste personas. Tus hijos casi mataron a mi abuelita. ¡Uno de ellos mató a la Profesora Anastasia!” Tomé todos los aspectos negativos que pude y se los lancé. “Los novatos y los profesores en casa de la Noche comenzaron a cuestionar a Nyx por ti. Todavía actúan de forma errada. ¡Ya se trate de su elección o no, están llenos de miedo, odio y celos, al igual que lo estuviste con Nyx!”
Él actuó como si yo no estuviese allí gritándole. Simplemente dijo,”Salvaste a Stark. ¿No me puedes salvar a mi también?”
“¡No!” grité.
Y me senté en mi cama.
“Zo, estás bien. Te tengo.” Heath estaba allí, borrando sueño de sus ojos con una mano y frotando mi espalda con la otra.
“Oh, Diosa”, exclamé, dando un largo y tembloroso aliento.
“¿Qué te pasa? ¿Pesadillas?”
“Sí, sí. El sueño extraño, malo”. Busqué con la mirada la otra cama en el cuarto. Stevie Rae no se había movido. Nala estaba rizada en su hombro. Mi gata estornudó hacia mí. “traidora” le susurré, intentando obligarme a sonar normal otra vez.
“Bien, entonces, vuelve a dormir. Este cambio de día en noche y viceversa ha funcionado por fin en mí y quiero quedarme en la práctica” me dijo Heath, manteniendo abiertos sus brazos para que yo me acurrucase en ellos.
“Bueno, sí, lo siento”. Me recoste, rizandome como una pelota muy similar a una posición fetal.
“Vuelve a dormir” Heath repitió dando un enorme bostezo. “Todo está bien”.
Me quede despierta por mucho tiempo deseando desesperadamente de que fuera verdad.
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