miércoles, 18 de noviembre de 2009

CAPITULO 18 - Tempted (TENTADA)

ZOEY



Me encontraba en ese lugar mágico, aquel lugar brumoso entre la conciencia y el sueño cuando me atrajo a su cuerpo. Él era tan grande, fuerte y duro que el contraste entre su presencia y su aliento suave, dulce; cosquilleo a un lado de mi cuello, junto con los ligeros besos que allí colocaba, me tuvo temblando.
Estaba en su mayor parte dormida y no quise despertar completamente aún, pero suspiré felizmente y me desperecé de modo de que él pudiese llegar más allá de mi cuello. Sus brazos se sentían tan correctos a mí alrededor. Amaba el estar juntos y estaba pensando qué tan contenta estaba con que Stark fuera mi guerrero cuando me quejé con somnolencia, "realmente debes sentirte mejor”.
Su toque se volvió más erótico y menos suave.
Me estremecí otra vez.
Fue en ese instante que mi mente atontada registró dos cosas simultáneamente.
Primero: No temblaba solamente porque me gustaba lo que él estaba haciéndome, aún cuando definitivamente me gustara lo que me estaba haciendo. Temblaba porque su toque era frío.
Segundo: El cuerpo que se apretaba contra mí era demasiado grande para que fuese Stark.
En ese momento él susurró, “¿ves cómo tu alma me anhela? Vendrás a mí. Estás predestinada a hacer eso, y estoy predestinado a esperarte”.
Di una boqueada, despertándome completamente, y me senté.
Estaba completamente sola.
Cálmate. . . Cálmate. . . Cálmate. . . Kalona no está aquí. . Todo está bien. . Fue simplemente un sueño. . .
Sin pensar en eso, automáticamente comencé a tratar de controlar mi respiración y a estabilizar mis emociones, que estaban definitivamente sobrecargadas. Stark no estaba en la habitación, y lo último que quería era que llegara corriendo hasta mí porque podía sentir que yo había entrado en pánico, cuándo no estaba en verdadero peligro. Podría estar insegura sobre muchas cosas, pero estaba segurísima sobre esto: No quiero que Stark crea que no puede dejarme a solas.
Sí estaba loca por él, y contenta de que compartíamos una unión, pero eso no quería decir que él creyera que yo no podía funcionar sin él. Él era mi Guerrero, no mi nana o mi acosador, y si comenzaba a pensar que tenía que cuidarme constantemente… mirándome estúpidamente mientras yo dormía...
Suprimí un gemido de horror.
La puerta que conducía al aseo que compartía con el cuarto de huéspedes se abrió y Stark ingresó caminando a grandes pasos, su mirada fija en mí. Llevaba puesto pantalones jeans y una camiseta negra de la Organización Católica Benéfica de los ‘Gatos Callejeros’, y continuaba secando su pelo todavía mojado. Supongo que se había tranquilizado a si mismo y cambió la expresión de pánico en su cara tan pronto como me vio sentándome en la cama, a solas y sin ningún peligro, su mirada preocupada se transformó en una sonrisa.
"Hey, ya estas despierta. Me lo figuraba. ¿te encuentras bien?”
"Genial," contesté rápidamente. “Acabo de despertarme a punto de caerme de la cama. Eso me asustó un poco”.
Su sonrisa se volvió arrogante. "Probablemente rodabas extrañándome, a mí y a mi cuerpo caliente, y eso es lo que te llevó a casi caer de la cama”
Alcé una ceja hacia él. “Estoy segura de que no fue eso. La mención de su cuerpo (sí, era caliente, pero no iba a hacerle notar que babeaba por él) me hizo estudiarlo y me di cuenta que tenia buen aspecto – no sólo lindo y ardiente. Estaba menos pálido de lo que había estado cuando nos habíamos ido a dormir, y más firme sobre sus pies. "Parece que estás mejor”.
"Me siento mejor. Darius estaba en lo correcto – me curo rápidamente. Unas ocho horas de sueño sin interrupciones, y las tres bolsas de sangre que bebí mientras todavía roncabas, hicieron maravillas. Se acercó a la cama e inclinándose me besó suavemente. “Añade a eso, el saber que puedo mantenerte a salvo de las pesadillas de Kalona, y diría que estoy listo para enfrentarme a casi cualquier cosa”.
"No ronco," le dije firmemente, entonces suspiré y envolví mis brazos alrededor de su cintura, me apoye en él, dejando que su presencia aleje de mí lo que quedaba de la pesadilla de Kalona. "Me alegro que te sientas mejor”.
¿Debería de decirle de que Kalona todavía se colaba en mis sueños, aun con él vigilándome y tan enfocado en protegerme? Probablemente.
Tal vez si se lo hubiese contado hubiese hecho una diferencia en lo que ocurrió más tarde. En ese momento sólo estaba pensando en no malograr la energía positiva que él emanaba, así que descansé en sus brazos hasta que me acordé de que aun no me había peinado u hecho alguna otra cosa. Pasando mis dedos por mis desordenados cabellos, y desviando mi cara de la suya para abstenerme de darle un beso mañanero, me aparté de su abrazo y me dirigí al cuarto de aseo. Sobre mi hombro le dije, "Hey, ¿me harías un favor mientras me ducho?”
"Seguro". Me dio una gran sonrisa arrogante, la cual me indicó que tan bien él se sentía. ¿Quieres que te lave la espalda?”
"Uh, no. pero gracias. Creo”. ¡Jeesh, los chicos tiene una mente tan cerrada! “Quiero que reúnas a los novatos, los rojos y azules, y que busques a la hermana María Angela, Afrodita, Darius, mi abuelita, y a cualquier otro que pienses que necesite estar en el debate de cuándo y cómo debemos regresar a la escuela.
"Preferiría lavarte la espalda, pero no hay problema. Tu deseo, mi señora, es mi orden”. Él dobló su cabeza y me saludó con la mano sobre su corazón.
"Gracias". Expresé suavemente. Su expresión de respeto y confianza repentinamente me hizo querer llorar.
"Ey". Su sonrisa se desvaneció. “Te ves un poco triste. ¿Está bien todo?”
"Estoy solamente contenta de que seas mi Guerrero". Lo que dije era verdad, pero no del todo.
Su sonrisa regresó. "Eres una Suma Sacerdotisa afortunada".
Moví mi cabeza ante su arrogancia interminable y parpadeé las ridículas lágrimas de mis ojos. "Simplemente reúne a todo el mundo por mí, ¿ok?”

"Ok. ¿Quieres que los reúna en el sótano?” Hice una mueca.
“Definitivamente no. ¿Por qué no le preguntas a la Hermana María Ángela si podemos reunirnos en su comedor? Entonces podremos comer y charlar".
"Lo haré".
"Gracias".
"Te veré pronto, mi señora". Con sus ojos brillando, me saludó formalmente otra vez antes de abandonar la habitación.
Sin prisas, entré en el cuarto de baño. Mecánicamente, me cepillé los dientes y entré en la ducha. Estuve mucho tiempo debajo del aguacero con el agua caliente cayendo sobre mí. Y entonces, cuando supe que podía calmar mis emociones, pensé en Kalona.
Me había relajado en sus brazos. No había estado volviendo a revivir una de memorias de A-Ya, o estaba aún bajo su influencia, pero me había dejado ir cuando él me tocó, y el resultado había sido tan aterrador como revelador. ¡Lo había sentido correcto el estar con él – tan correcto que lo había confundido con mi Guerrero unida en juramento! Y no había sentido que fuese un sueño. Había estado demasiado despierta; Muy cerca de la conciencia plena. La última visita de Kalona me había sacudido internamente. "No importa lo duro que pelee contra él, mi alma, le reconoce," me murmuré a mi misma. Y entonces, como si mis ojos fuesen celosos del agua que discurría ya por mi cara, comencé a llorar.
Para encontrar el comedor seguí a mi olfato y a mis oídos. Caminando por el pasillo hacia ellos, podía oír voces familiares riéndose en medio del barullo de platos y la platería y me pregunté brevemente si las monjas estaban verdaderamente tranquilas con lo que equivalía a una invasión de vampiros adolescentes. Hice una pausa fuera de la amplia entrada abierta con forma de arco, verificando cómo las monjas se llevaban bien con los chicos. Había tres filas de largas mesas. Había esperado que las monjas se sentaran juntas, separadas de nosotros, pero no lo estaban haciendo. Claro, tendían a sentarse de dos o tres, pero estaban rodeadas de novatos – rojos y azules – y todo el mundo charlaba, lo cual echó a perder totalmente la típica imagen que tenia en mi cabeza de que el comedor era un lugar usado para las plegarias y la quieta reflexión.
“¿Vas a quedarte allí holgazaneando o de verdad vas a venir?” Di la vuelta para ver a Afrodita y Darius parados detrás de mí. Se tomaban de las manos y se veían resplandecientes y, como las Gemelas dirían, alocadas y tristemente-felices, todo a la vez.
"Me alegra verte, Zoey". Darius me saludó formalmente, pero su sonrisa le dio a su gesto respetuoso una percepción cálida, afectuosa y amical.
Le di a Afrodita una profunda mirada ‘ves-alguien-con–modales’ antes de sonreírle al guerrero. "Alegre de verte, Darius. Ustedes dos se ven muy complacidos. Han debido de haber encontrado un lugar para dormir un poco anoche”. Hice una pausa, recorrí con la mirada a Afrodita nuevamente, y añadí, "dormir o lo que sea”.
“Me aseguraron de que solo durmieron" la Hermana María Ángela enfatizó la palabra mientras se unía a nosotros en el portal.
Afrodita puso sus ojos en blanco, pero no dijo nada.
"Darius me explicó que el ángel caído ha estado visitándote en tus sueños, y que Stark parece tener el poder de detenerlo," dijo la monja en su forma usual de ir directamente al grano.
“¿Qué Stark hizo qué?” Heath dio un patinazo deteniéndose y me dio un abrazo gigante, plantando un beso directamente en mis labios. “¿Necesito patearle el culo?”
"No es probable que puedas," añadió Stark desde el interior del comedor.
A diferencia de Heath, él no me sujetó. Pero su mirada fue tan caliente e intima que pareció tocarme tanto como el abrazo de Heath.
Y repentinamente me sentía sumamente claustrofóbica. Digo, un comedor lleno de niños suena a una buena idea en teoría, pero rápidamente descubría que como los pantalones jeans rectos, es buena idea sólo en teoría. Como para reforzar mis pensamientos, Erik escogió ese instante para unírsenos. Venus, la novata roja que fue antigua compañera de habitación de Afrodita, estaba prácticamente soldada a su lado. Uff. Simplemente uff.
"Hola a todos. ¡Mierda, me muero de hambre!” exclamó Erik. Con su gran y afectuosa sonrisa de estrella de cine que me llegaba al corazón.
A través de mi visión periférica podía ver a Heath y a Stark mirando estúpidamente a Erik y a su sanguijuela de Venus, quien definitivamente estaba como una ventosa a su lado, lo cual fue cuando recordé que ningunos de ellos sabía de que había roto con Erik. Reprimí un suspiro de irritación pura y en lugar de ignorarle con la helada actitud que me habría gustado demostrarle, planté una sonrisa falsa en mi cara y resplandecí.
"Hola, Erik, Venus. Pues bien, definitivamente han venido al lugar correcto si están hambrientos. Todo huele bien”.
La sonrisa de Erik vaciló simplemente un instante, pero sus habilidades actorales estaban por lo alto en la tarea de tratar de demostrar que él había continuado con su vida, como unos quince segundos después de que habíamos terminado.
"Hola, Zoey. No te había visto por allí. Como de costumbre siempre estas rodeada de chicos. Mierda, siempre están alrededor tuyo". Con una risa ahogada sarcástica me empujó pasándome y chocando a Stark con su hombro.
"Si disparase una flecha y pensará en un culo, ¿les sorprendería que le atinara a Erik"? nos preguntó Stark con una voz agradable, indiferente.
"No me asombraría," respondió Heath.
"Les puedo decir chicos, por experiencia personal, que Erik tiene un culo agradable," añadió Venus mientras se movía para seguir a Erik al comedor.
"Oye, Venus, tengo dos palabras para ti," le dijo Afrodita.
Venus vaciló y miró por encima su hombro a su ex compañera de cuarto. Afrodita sonrió con su mejor mofa de perra burlona y le dijo, "Por. Despecho”. Ella hizo una pausa y le dio una sonrisa afectada maliciosa y entonces dijo, "buena suerte con eso".
Entonces me fijé que todas las miradas en el comedor estaban giradas hacia nosotros y todas las conversaciones habían cesado de improvisto.
Erik le hizo a un movimiento posesivo con la mano y Venus prácticamente trotó hasta él. Deslizó su brazo en de ella y Venus machacó su seno contra el codo de Erik. E instantemente comenzaron los susurros como si alguien los hubiese encendido con un fósforo.
“¡Erik y Zoey terminaron!”
“¡Erik está con Venus!”
“¡Zoey y Erik no están juntos!”Bien, ¡Diablos!

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