jueves, 26 de noviembre de 2009

CAPITULO 27 - Tempted (TENTADA)

ZOEY

-¿Quieres una coca-cola, también? – Le grite a Stark sobre mi hombro, que estaba esperándome impacientemente en la silenciosa y extraña sala de los dormitorios. Digo extraña porque estaba muda, aunque había un grupo de novatos, chicos y chicas, sentados en grupos mirando a las tv de pantalla plana. En serio. Sólo se sentaban y miraban. No hablaban. No se reían. Nada. Levantaron la mirada cuando Stark y yo entramos en la habitación. De hecho, estaba medio segura de que algunos de los niños nos enviaron miradas de odio, pero seguían sin decir nada.
-No, estoy bien. Sólo coge el tuyo y vamos arriba – dijo, andando ya hacia las escaleras.

-Vale, vale. Voy. Sólo… – y choqué con una niña llamada Becca – ¡Jeesh, lo siento! – dije retrocediendo. – No te vi porque estaba…

-Sí, sé qué estabas haciendo. Lo que siempre estás haciendo. Estás con un tío – fruncí el ceño. No conocía muy bien a Becca. Excepto que tenía un gran encaprichamiento por Erik. Oh, y pillé a Stark mordiéndola y prácticamente violándola, antes de que él eligiera el bien y jurara ser mi Guerero. Por supuesto, Becca no había recordado la parte de la violación. Sólo recordaba la parte del placer del mordisco, otra vez gracias al estúpido que solía ser Stark.

De todas formas, eso no le daba derecho a tener esa actitud conmigo. Pero no tenía tiempo para poner las cosas en su sitio con ella y, honestamente no me importaba que fuera un asqueroso montón de estoy-celosa-de-Zoey. Así que sólo hice uno de los poco atractivos bufidos de Afrodita y pasé alrededor de ella hacia una nevera, la abrí y empecé mi búsqueda de una coca-cola.
-¿Tú hiciste esto, no? Lo estropeaste todo.
Suspiré. Encontré mi lata de coca-cola y me di la vuelta. - Si quieres decir que me ocupé de Kalona, quien no es Erebus que vino a la tierra, sino que es un malvado inmortal caído, y que ahuyenté a Neferet, quien ya no es una Alta Sacerdotisa de Nyx sino una malvada Tsi Sgili que quiere dirigir el mundo, sí. Sí, hice eso con la ayuda de mis amigos.
-¿Por qué crees que lo sabes todo?

-Definitivamente no lo sé todo. Si lo hiciera, sabría por qué todavía no puedes ver que Kalona, Neferet y los Cuevos Mocker son malvados, incluso después de haber matado a la Profesora Anastasia.

-El Cuervo Mocker sólo la mató porque les cabreaste escapando y después luchando con Kalona, quien un grupo de nosotros piensa que es Erebus.

-No seas tonta, Becca. Kalona no es Erebus. Es el padre de los Cuevos Mocker. Los creó violando mujeres Cherokee. Erebus no haría eso. ¿Se os ha ocurrido eso a alguno de vosotros?

Ella actuó como si no hubiera oído ni una palabra de lo que dije. - Todo estaba bien cuando te fuiste. Ahora has vuelto y todo se ha fastidiado otra vez. Ojalá te hubieras ido definitivamente y dejaras al resto de nosotros hacer lo que queramos.

-¿El resto de vosotros? ¿Quieres decir, los chicos de la enfermería que casi fueron asesinados por vuestros amigos alados? ¿O Dragón, que está ahí llorando la muerte de su esposa?

-Eso pasó por tu culpa. Nadie fue atacado antes de que te largaras.

-¿En serio no estás oyendo ni una palabra de lo que digo?

-Hey, Becca – Stark estaba en la puerta de la cocina, detrás de Becca. Ella volvió su cabeza, se arregló el pelo y le dedicó una sonrisa coqueta.

-Hola, Stark.
-Erik es carne libre – dijo sin rodeos. Ella parpadeó y pareció un poco confundida. – Él y Zoey rompieron – añadió.
-Oh, ¿de verdad? – intentó sonar indiferente, pero su lenguaje corporal revelaba su satisfacción. Me miró.
-Ya era hora de que rompiera contigo.

-Fue al revés, ¡tú… tú… puta! – solté. Becca dio un paso hacia mí, alzando su mano como si fuera a pegarme, lo que me sorprendió tanto que ni siquiera pensé en llamar a uno de los elementos para derribarla. Gracias a Dios, Stark no estaba tan shockeado, y rápidamente se puso entre nosotras.

-Becca, ya te he hecho suficiente mal. No me hagas echarte de aquí. Sólo vete – dijo, pareciendo guerrero y peligroso. Becca retrocedió instantáneamente.

-Oh, lo que sea. Como si ella me preocupara suficiente como para estropearme las uñas – se dio la vuelta y se fue enfurruñada.

-Sí, debo de estar perdiéndome. El verdadero yo nunca habría detenido una buena pelea de chicas – le rodé los ojos.

-Eres tan niño. Vamos arriba donde no haya tanta locura – salimos de la cocina y fuimos de la habitación principal del dormitorio hacia las escaleras, lo que significaba volver hacia el grupo de locos.

Becca estaba susurrando con el grupo más grande de niños, aunque paró de hablar para dedicarme una mirada de odio, la misma que los demás. Seguí andando y prácticamente salté por las escaleras.
-Vale, eso es raro – dijo Stark cuando llegamos a mi dormitorio. Yo sólo asentí. Era difícil encontrar las palabras para describir cómo se sentía que casi todos los de mi escuela, mi hogar, obviamente me odiaban. Al abrir la puerta de mi dormitorio, fui instantáneamente asaltada por una bola de pelo naranja que se lanzó a mis brazos “mee-uf-owando” como una mujer vieja contrariada.

-¡Nala! – Ignoré su molestia y la besé en la nariz, lo que la hizo estornudar en mi cara. Me reí e hice malabarismos con mi coca-cola para cogerlo en la otra mano y así no derramarlo en mi gata. – Te he echado de menos, pequeña chica – presioné mi cara contra su suave piel, lo que detuvo sus quejas e hizo que empezara a ronronear.
-Cuando termines de hacerlo con tu gato, tenemos cosas que discutir, cosas importantes – dijo Afrodita.

-Oh, no seas tan odiosa – le dijo Damien.

-Toma esto, Damien – Afrodita le hizo un gesto maleducado.

-¡Parad! – Lenobia habló antes de que les pudiera decir que se callaran – El cuerpo de mi buena amiga sigue ardiendo ahí fuera y no me apetece escuchar peleas de adolescentes – Afrodita y Damien murmuraron disculpas y parecieron incómodos, por lo que decidí que era el momento justo para empezar a hablar.

-Vale, todos y cada uno de los chicos de abajo me odian.

-¿De verdad? Cuando llegamos sólo estaban siendo unos robots – dijo Damien.

-De verdad – dijo Stark. Casi tuve que quitar a Becca de encima de Zoey. – Podía ver por las miradas en las caras de Afrodita y Damien que estaban recordando el no-tan-buen pasado de Stark. Ninguno de ellos dijo nada.

-Eso no me sorprende – dijo Lenobia. Y yo fije mi mirada en la Dama de de los Caballos.

-¿Qué está pasando? Kalona se ha ido. No creo que esté en el campo. ¿Cómo puede seguir afectando a los novatos?

-Y a los vampiros – añadió Damien rápidamente.

-Ningún otro profesor excepto Dragon y Lenobia parecen normales. Eso quiere decir que el resto de todos los demás, aún están bajo la influencia de Kalona, también.

-O simplemente se están dejando vencer por el miedo – dijo Lenobia. – Es difícil decir si tienen miedo o si el demonio les hizo algo que sigue funcionando, aunque él no esté presente.
-No es un demonio – me oí decir.

Lenobia me mandó una mirada cortante. - ¿Por qué dices eso, Zoey?

Me moví incómoda bajo su escrutinio y me senté en mi cama, haciendo un ovillo a Nala en mi regazo. - Es sólo que sé cosas sobre él, y una de las cosas que sé es que no es un demonio.

-¿Qué diferencia hace cómo le llamemos? – preguntó Erin.

-Bueno, los nombres verdaderos son poderosos – dijo Damien. – Tradicionalmente, usar el nombre verdadero de alguien en un encantamiento o en un ritual puede ser más efectivo que enviar la energía generalmente, o usar sólo su primer nombre.

-Tienes un buen punto, Damien. Así que no llamaremos demonio a Kalona – dijo Lenobia.

-Y también no olvidemos que es malvado, al igual que sus hijos; y los chicos de ahí abajo – dijo Erin.

-No todos – dije.- Esos niños de la enfermería no estaban bajo el influjo de Kalona, tampoco Lenobia ni Dragón

–Ni Anastasia. ¿Pero por qué? ¿Qué tenéis que los demás no tienen?

-Hemos decidido que Lenobia, Dragón y Anastasia tenían afinidades de Nyx – dijo Damien.

-Vale, y, ¿qué es especial en los niños que estuvieron contra los Cuervos Mocker? – dijo Afrodita.

-Hanna Honeyyeager puede hacer que las flores florezcan. – dijo Damien. Le miré.

-¿Las flores? ¿En serio?

-Sí – Damien se encogió de hombros. – Tiene los dedos verdes – suspiré.
-¿Qué más sabemos sobre los niños de la enfermería?

-T.J. es un maldito buen boxeador – habló Erin.

-Y Drew es un excelente luchador – dije.

-Pero, ¿alguna de esas habilidades son verdaderas afinidades? – dijo Lenobia. – Los vampiros tienen talento. Esa es la norma y no es del todo inusual.

-¿Alguien sabe algo sobre Bowser? – pregunté. – Sólo le conozco un poco de la clase de teatro. Solía estar muy encaprichado con la Profesora Nolan.

-Le conozco – dijo Erin. – Es realmente dulce.

-Vale, es dulce – dije, sintiéndome abrumada por la falta de esperanza de nuestra tarea. Los niños eran amables y buenos en las cosas, pero ser bueno en algo no es igual que ser dotado por Nyx.

-¿Y qué sabéis sobre la chica nueva, Red?

-Ninguno de nosotros la conoce del todo – Damien miró a Lenobia. - ¿Y tú? – Lenobia sacudió la cabeza.

-No, sólo sé que su mentora era Anastasia, y se había vuelto muy cercana a ella en pocos días así que puso su vida en peligro para salvar a su profesora.

-Lo que no significa que tenga nada especial excepto que hizo la elección correcta y… – mis palabras se detuvieron cuando me di cuenta de qué estaba diciendo. De repente me estaba riendo. - ¡Eso es! – todos me miraron.

-Lo ha perdido – dijo Afrodita- Iba a pasar tarde o temprano.

-¡No! No lo he perdido. Lo he encontado. Encontré la respuesta. ¡Diosa, es tan obvio! Esos niños no tienen dones. Sólo son niños que eligieron el bien. – Nadie dijo nada por varios segundos, y entonces Damien me leyó la mente.

-Como en la vida. Nyx nos da elecciones – le miré. – Y algunos de nosotros escogimos sabiamente.

-Otros lo fastidiaron. Dijo Stark.

-¡Diosa! Sí que es obvio – dijo Lenobia.

-No hay ningún misterio sobre el hechizo de Kalona.

-Todo gira alrededor de las decisiones – dijo Afrodita.

-Y de la verdad – añadí.

-Tiene sentido – se metió Damien. – No podía entender por qué sólo tres de nuestros profesores eran capaces de ver a través de Kalona. Siempre he pensado que todos los vampiros eran especiales y tenían dones entregados por la Diosa.

-Y la mayoría lo son – dijo Lenobia.

-Pero con don o sin él, encontrar la verdad y seguir el camino correcto siempre es una decisión – Stark habló suavemente y su mirada atrapó la mía. – Eso es algo que ninguno de nosotros debería olvidar.

-Lo que podría ser por qué Nyx nos ha llevado hasta aquí. Para recordarnos que todos sus niños tienen libre elección – dijo Lenobia.

Y ese era mi punto con A-ya. Tengo la opción de no seguir su camino. Pero, ¿no significaría eso que Kalona también tiene libre elección y puede elegir el bien sobre el mal? Los pensamientos dieron vueltas por mi mente. Los dejé a un lado y dije: - Entonces, ¿alguna idea sobre dónde ir desde ahora?

-Absolutamente. Seguirás a Kalona. Vamos contigo – dijo Afrodita. Cuando todos la miramos, continuó – Mirad, Kalona ha probado que es malvado, así que hagamos la decisión de destruirle. – Antes de que pudiera decir decir nada, Aphrodite añadió – no es imposible. Una de mis visiones mostraba a Zoey echándolo.

-¿Visiones? – dijo Lenobia.
Afrodita le resumió las dos visiones que había tenido, sin incluir la parte no-tan-buena en la que yo me unía a él. Así que cuando terminó, aclaré mi garganta, me puse mis bragas de niña grande (en sentido figurado) y dije: - En la visión mala yo estaba con Kalona. Con él. Éramos amantes.
-Pero en la otra visión hiciste algo para vencerle – dijo Lenobia.

-Eso estaba claro, aunque lo demás era un lío – dijo Afrodita

-Así que, como estaba diciendo antes, ella tiene que ir a él.

-No me gusta – dijo Stark.

-A mí tampoco – dijo Lenobia. – Ojalá supiéramos más, si tuviéramos más detalles sobre qué causó que la visión pasara.

-¡Diosa! Soy una tonta. – dije, pescando en el trozo de papel que puse en mi bolsillo. – Me olvidé del poema de Kramisha.

-Ugh, yo también – dijo Afrodita. – Odio la poesía
-Algo que me sorprende, mi hermosura – djo Darius entrando en mi habitación con Stevie Rae y Shaunee detrás de él.
-Me gusta, pero solo si me la leyeras, pero otra vez, me gusta cualquier cosa que me leas.

-Asqueroso – dijo Shaunee, sentándose con Erin.

-Totalmente – Erin estuvo de acuerdo, mirando a su gemela.

-Bien, no nos perdimos la parte del poema – dijo Stevie Rae, colapsando cerca de mí y acariciando a Nala. – Me estaba preguntando con qué había salido Kramisha.

-Vale, lo leeré en voz alta – dije, y empecé.


Una espada de doble filo
Un lado es la destruccion
El otro la liberación
Soy tu Nudo Gordiano
¿Me liberarás o me destruirás?
Sigue la verdad y:
Me encontrarás en el agua
Y me purificarás a través del fuego
Nunca más me atraparás en la tierra
El aire te susurrará
Lo que el espíritu ya sabe:
Que incluso destrozado
Cualquier cosa es posible
Si crees
Entonces ambos seremos libres

-Odio decirlo, pero incluso yo podría decir que ese poema es de Kalona dirigido a tí – Afrodita habló en el largo silencio que sucedió a mi lectura.
-Sí, a mí también me lo parece – dijo Stevie Rae.

-¡Ah, mierda! – murmuré.

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