Afrodita
Traducido por Daniela
Traducido por Daniela
“Si, las luces están encendidas pero definitivamente no hay nadie en casa.” Afrodita agitó su mano en frente de los abiertos pero ciegos ojos de Stark. Entonces tubo que quitar su mano del camino mientras Seoras, ignorando que había estado cerca de cortarla también, hizo otra herida de cuchillo en el ya ensangrentado costado de Stark.
“Él ya se ve como una hamburguesa. ¿Tienes que seguir haciendo eso?” preguntó Afrodita al Guardián. No había un amor perdido entre ella y Stark, pero eso no significaba que estuviera de acuerdo con observar mientras él era cortado en pedacitos.
Seoras pareció no oírla. Él estaba completamente centrado en el chico que yacía frente a él.
“Ellos están unidos por esta búsqueda,” dijo Sgiach. Ella había dejado su trono para pararse al lado de Afrodita.
“Pero tu Guardián está consciente y presente en su propio cuerpo,” dijo Darius, estudiando a Seoras.
“Si. Su consciencia está aquí. También está tan completamente en sintonía con el chico que puede oír el latido de su corazón – sentir su respiración. Seoras sabe exactamente que tan cerca esta Stark de su muerte física. Es en la cúspide entre la vida y la muerte en la que mi Guardián debe mantenerlo. Demasiado hacia un lado, y su alma regresará a su cuerpo y se despertará. Demasiado hacia el otro lado, su alma nunca regresará.”
“¿Cuándo sabrá cuando terminar esto?” preguntó Afrodita, encogiéndose involuntariamente mientras la daga de Seoras cortaba la carne de Stark otra vez.
“Stark se despertará, o morirá. De cualquier forma será voluntad de Stark y no de mi Guardián. Lo que hace Seoras ahora permite al chico tomar sus propias decisiones.” Sgiach le habló a Afrodita, pero sus ojos nunca dejaron a Seoras. “Tu deberías hacer lo mismo.”
“¿Cortarlo?” Afrodita le frunció el ceño a la reina, quien sonrió, pero continuó observando a su Guardián.
“Dijiste que eras la Profetisa de Nyx, ¿o no?”
“Soy su Profetisa.”
“Entonces considera manejar tu don para ayudar al muchacho también.”
“Lo haría si tuviera una maldita idea de cómo hacerlo.”
“Afrodita, tal vez deberías—” comenzó Darius, tomando el brazo de Afrodita y alejándola de Sgiach, obviamente preocupado de que ella hubiera molestado a la reina demasiado.
“No, Guerrero. No necesitas alejarla. Una cosa que aprenderás al estar unido a una mujer fuerte es que a menudo sus palabras la meterán en problemas de los que no puedes protegerla. Porque son sus propias palabras, y por lo tanto sus propias consecuencias:” Sgiach finalmente miró a Afrodita. “Usa algo de la fuerza que convierten tus palabras en dagas y busca tus propias respuestas. Una verdadera Profetisa consigue muy poca orientación en este mundo, excepto a través de su don; pero la fuerza, mediada por la sabiduría y la paciencia, te enseñarán a usarlo adecuadamente.”
La reina alzó su mano y gesticuló elegantemente hacia uno de los vampiros en las sombras. “Muéstrenle a la Profetisa y a su Guardián su cámara. Denles descanso y privacidad.” Sin una palabra más, Sgiach regresó a su trono, su mirada enfocada una vez más solamente en su Guardián.
Afrodita apretó sus labios y siguió al gigante pelirrojo cuyos tatuajes eran una serie de intrincadas espirales que parecían estar hechos de pequeños puntos de zafiros. Volvieron sobre sus pasos al camino de regreso a la escalera doble y subieron hacia un vestíbulo donde las paredes estaban adornadas con espadas enjoyadas que brillaron a la luz de las antorchas. Una escalera más pequeña los guió finalmente hacia una puerta de madera en arco, la cual el guerrero abrió y gesticuló para que entraran a la habitación.
“¿Se asegurará de que alguien me llame inmediatamente si Stark cambia de algún modo?” preguntó Afrodita antes de que él cerrara la puerta.
“Si,” dijo el guerrero en una sorprendentemente gentil voz antes de dejarlos solos.
Afrodita se giró hacia Darius. “¿Piensas que mi boca me mete en problemas?”.
Las cejas se su Guerrero subieron. “Por su puesto que lo pienso.”
Ella le frunció el ceño. ”Ok, mira, no estoy bromeando.”
“Yo tampoco”
“¿Por qué? ¿Porque digo lo que pienso?”
“No, mi belleza, porque tu usas tus palabras como una daga, y una daga exhausta a menudo causa problemas:”
Ella resopló y se sentó en la enorme cama imperial. “Si sueno como una daga, entonces ¿por qué rayos te gusto?”
Darius se sentó al lado de ella y le tomó la mano. “¿Has olvidado que lanzar dagas es mi arma favorita?”
Afrodita encontró sus ojos, sintiéndose súbitamente vulnerable a pesar de su tono gentil. “En serio, soy una perra. No debería gustarte. No creo que le guste a mucha gente.”
“Le gustas a las personas que te conocen. La verdadera tu. Y lo que yo siento por ti va mucho más allá de gustarme. Te amo, Afrodita. Amo tu fortaleza, tu sentido del humor, la profundidad del cuidado que le muestras a tus amigos. Y amo eso que estaba roto en tu interior y que hasta ahora está empezando a sanar.”
Afrodita continuó encontrándose con su mirada aunque estaba parpadeando fuertemente para luchar en contra de las lágrimas. “Todo lo que me convierte en una terrible perra.”
“Todo lo que te hace ser lo que eres.” Él levantó la mano de ella hacia sus labios, la beso suavemente, y después dijo, “También te hace lo suficientemente fuerte para ayudar a Stark.”
“¡Pero no se cómo!”
“Usaste tu don para sentir la ausencia de Zoey, al igual que la de Kalona. ¿No podrías usar el mismo camino que seguiste antes para sentir a Stark?”
“Todo lo que hice antes fue ver si sus almas seguían dentro de sus cuerpos o no. Nosotros ya sabemos que Stark no está.”
“Entonces no deberías tener que tocarlo igual que con los otros dos.”
Afrodita suspiró. “El mismo camino, ¿eh?”
“Si.”
Ella subió su mirada hacia él, apretando su mano fuertemente. “¿De verdad piensas que puedo hacerlo?”
“Creo que hay muy poco que no puedas hacer una vez que pones tu mente en ello, mi belleza.”
Afrodita asintió, apretando su mano antes de soltarlo. Ella bajó la cremallera de sus botas negras de cuero con tacón de aguja y se recosto hacia atrás en la cama, descansando contra el montón de almohadas apiladas.
“¿Me protegerás mientras no estoy?” le preguntó a su Guerrero.
“Siempre,” dijo Darius.
Él se movió para pararse al lado de la cama, lo que le hizo recordar mucho a Afrodita la forma en que Seoras se paró al lado del trono de su reina. Sacando fuerza de saber que su corazón y su cuerpo siempre estarían a salvo con Darius, ella cerró sus ojos y se dispuso a relajarse. Después tomó tres profundas y limpias respiraciones y enfocó sus pensamientos en su diosa.
Nyx, soy yo. Afrodita. Tu Profetisa. Casi añade ‘por lo menos así es como todos me están llamando,’ pero se contuvo. Aspirando otra vez profundamente, Afrodita continuó: Estoy pidiendo tu ayuda. Ya sabes que no estoy muy segura de cómo funciona este asunto de la Profetisa, entonces no te sorprenderá oír que no se cómo usar el don que me has dado para ayudar a Stark- pero él realmente necesita mi ayuda. Digo, el chico está siendo rebanado y guiado hacia tu mundo, por ahí tratando de usar poesía y las palabras confusas de un viejo para ayudar a Z, en otro. Solo entre nosotras, a veces pienso que Stark es más músculos y obviamente un buen cabello que cerebro. Claramente, necesita ayuda, y por el bien de Zoey, quiero dársela. Entonces, por favor, Nyx, muéstrame cómo ayudar.
Entrégate a mí, hija.
La voz de Nix en su mente fue como el agitar de una diáfana cortina de seda, transparente, etérea y hermosa más allá de lo creíble.
“¡Si!” La respuesta de Afrodita fue instantánea. Se abrió en corazón, alma y mente a su Diosa.
Contempla mi reino.
El espíritu de Afrodita voló sobre el Otro mundo de Nyx. Era casi indescriptiblemente adorable, con infinitas variaciones de verdes y brillantes flores que se sacudían como si fueran música, y lagos chispeantes. Afrodita pensó alcanzar a ver caballos salvajes y un flash multicolor de pavos reales en vuelo.
Y a través de todo el reino, espíritus oscilaban dentro y fuera de la vista, bailando, riendo y amando.
“¿Aquí es a donde vamos cuando morimos?” preguntó Afrodita, alucinada.
A veces.
“¿Cómo que a veces? ¿Te refieres a que si somos buenos?” Afrodita tenía una ahogante sensación de que si ser bueno era el criterio para llegar a este sitio, ella probablemente nunca lo lograría.
La risa de la diosa fue como magia. Soy tu Diosa, hija, no tu juez. El bien es un ideal multifacético. Por un instante, observa una faceta del bien.
El viaje del alma de Afrodita se hizo más lento, llevándola a lo alto sobre una asombrosa arboleda. Parpadeó con sorpresa mientras la estudiaba y se daba cuenta de que le recordaba a la arboleda cerca al castillo de Sgiach. Mientras hacía la comparación, Afrodita se hundió suavemente a través del pabellón de hojas muy unidas para apenas reclinarse sobre la gruesa alfombra de musgo que cubría la tierra.
“¡Escúchame, Zo! Tu puedes hacerlo.”
Al sonido de la voz de Heath, Afrodita se giró para ver a Zoey, tan pálida que estaba casi traslúcida, y a Heath. Z estaba caminando y caminando en un círculo, viéndose totalmente espeluznante, mientras Heath se quedaba quieto, observándola con una expresión increíblemente triste.
“¡Zoey! ¡Al fin! Ok, escúchame. Tienes que reagruparte y regresar a tu cuerpo.”
Ignorándola por completo, Zoey reventó en lágrimas, aunque no dejó de caminar. “No puedo, Heath. Ha pasado mucho tiempo. No puedo reunir mi alma. No puedo recordar cosas, no puedo concentrarme. Lo único de lo que estoy segura es que me merezco esto.”
“Oh, pura mierda. ¡ZOEY! ¡Para de berrear y pon atención!”
“¡No te mereces esto!” Heath se paró cerca de Zoey y puso sus manos en sus hombros, forzándola a quedarse quieta. “Y puedes hacerlo, Zo. Tienes que hacerlo. Si lo haces, podremos estar juntos.”
“Genial. Soy como el fantasma de Chrismas Carol-ing[1] y los malditos fantasmas de la navidad pasada, presente y lo que sea. ¡No pueden oír ni una sola palabra de lo que estoy diciendo!”
Entonces tal vez, hija, deberías escuchar para variar.
Afrodita sofocó su suspiro de frustración e hizo lo que le aconsejó su Diosa, aunque se sentía como una enredadera mirando estúpidamente a través de la ventana de la habitación de alguien.
“¿Lo dices en serio, Heath?” Zoey miró fijamente a Heath, viéndose como ella misma por un instante en vez de esa cosa fantasmal espeluznante que no podía quedarse quieta. “¿Realmente querrías quedarte aquí?” ella le sonrío tentativamente a Heath, mientras su cuerpo se retorcía incansablemente bajo sus manos.
Él la besó, y después dijo, “Nena, donde quiera que estés es donde yo quiero estar, para siempre.”
Con un gemido de dolor, Zoey se separó de los brazos de Heath. “Lo siento, los siento,” dijo, caminando y llorando otra vez. “No puedo quedarme quieta. No puedo descansar.”
“Por eso es que tienes que reunir tu alma de nuevo. No puedes estar conmigo si no lo haces, Zo, no puedes ser nada si no lo haces. Seguirás moviéndote y moviéndote y perdiendo partes de ti misma hasta que te desvanezcas por completo.”
“Fue mi culpa que tu murieras; es mi culpa que tu estés aquí donde no perteneces. ¿Cómo puedes amarme todavía?” Ella retiró su delgado cabello de su cara mientras comenzaba a circular alrededor y alrededor de Heath, nunca quieta, nunca descansando.
“¡No es tu culpa! Kalona me mató. No hay nada más que eso. De cualquier forma, ¿que hace la diferencia el lugar donde estemos, hasta si estamos vivos o muertos, mientras estemos juntos?”
“¿Lo dices en serio? ¿De verdad?”
“Te amo, Zoey. Lo he hecho desde el primer día que te conocí, y te amaré por siempre. Lo prometo. Si estás completa otra vez, estaremos juntos por siempre.”
“Por siempre,” Zoey susurró la palabra. “¿Y tu realmente me perdonas?”
“Bebe, no hay nada que perdonar.”
Con lo que obviamente fue un gran esfuerzo, Zoey paró de moverse, y dijo, “Entonces, por ti, trataré de hacerlo.” Extendió sus brazos y dejó caer su cabeza hacia atrás.
Su pálido cuerpo empezó a brillar, primero con una pequeña, tentativa luz desde dentro. Zoey empezó a llamar nombres, y…
Afrodita fue sacada de la visión y levantada fuera de la arboleda tan rápidamente que su estómago dio una sacudida nauseabunda. “¡Oh, ugh! Demasiado lejos, demasiado rápido. Podría vomitar.”
Un cálido viento pasó sobre ella, calmando su mareo. Cuando comenzó a moverse otra vez, su nausea se había ido, pero no su confusión.
“Ok, no entiendo. ¿Z se reúne nuevamente, pero se queda aquí con Heath en vez de regresar a su cuerpo?”
En esta versión del futuro, si.
Afrodita dudó y entonces, renuentemente, pregunto, “¿Pero ella es feliz?”
Si. Zoey y Heath son felices juntos en el Otro mundo por toda la eternidad.
Afrodita sintió su tristeza, pesada y gruesa, pero tenía que continuar, “Entonces tal vez Z deba quedarse donde está. La extrañaremos. Yo la extrañaré.” Afrodita dudó, calmando un inesperado impulso de llorar antes de continuar. “Definitivamente todo eso apestaría para Stark, pero si aquí es donde ella debe estar, entonces Zoey debería quedarse.”
El destino de cada persona cambia con sus decisiones. Esta es solo una versión del futuro de Zoey, y como muchas de las decisiones que son hechas en el Otro mundo, las de ella tienen hilos que cambian la tapicería del futuro en la tierra. Si Zoey escoge quedarse, observa el nuevo futuro de la tierra.
Afrodita fue absorbida hacia una escena que era toda muy familiar. Ella estaba en el medio del campo en el que había estado durante su última visión. Justo como antes, ella era uno con las personas que se estaban quemando- humanos, vampiros, y novatos. Ella reexperimentó el dolor del fuego, junto con la agonía abstracta que la había envuelto durante la visión original. Como durante la visión anterior, Afrodita miró hacia arriba para ver a Kalona parado frente a todos ellos, solo que esta vez, Zoey no estaba con él, besándose o diciéndole lo que fuera que le había dicho en la segunda parte de la visión que lo había destruido. En vez de eso, Neferet entró en la escena. Ella se acerco a Kalona, observando a las personas en llamas. Entonces, comenzó a trazar intrincados patrones en el aire a su alrededor, y mientras lo hacía, la Oscuridad floreció a su alrededor. Propagándose desde ella, manchó el campo, extinguiendo el fuego, pero sin quitar el dolor.
“¡No, no los mataré!” gesticuló con un dedo, y un racimo de enredaderas se envolvió alrededor del cuerpo de Kalona. “Ayúdame a hacerlos míos.”
Kalona los absorbió. Afrodita se concentró en él y, como un espejismo materializándose, las enredaderas de Oscuridad que encarcelaban el cuerpo del inmortal se hicieron visibles. Se retorcieron, causando que la piel del inmortal caído se crispara y estremeciera. Kalona jadeó, y Afrodita no pudo decir si él sentía placer o dolor, pero él sonrió gravemente a Neferet, extendió ampliamente sus brazos para aceptar la Oscuridad, y dijo, “Como desees, mi Diosa.”
Cubierto en enredaderas, Kalona se movió de forma que quedó en frente de ella, y entonces el inmortal caído, se dejó caer en sus rodillas y descubrió su cuello.
Afrodita observó a Neferet inclinarse, lamer la piel de Kalona, y con una ferocidad codiciosa que era espantosa, ella hundió sus dientes en Kalona y se alimentó de él.
Las enredaderas de Oscuridad temblaron, palpitaron y se multiplicaron.
Completamente asqueada, Afrodita desvió la mirada para ver a Stevie Rae entrar al campo.
¿Stevie Rae?
Una cosa oscura se movió a su lado, y Afrodita se dio cuenta de que Stevie Rae estaba parada al lado de un Cuervo Mocker, justo a su lado- tan cerca que parecían ‘juntos’.
¿QUÉ MIERDA?
El ala del Cuervo Mocker se extendió, y después se enroscó alrededor de Stevie Rae, como si estuviera sosteniéndola en un abrazo. Stevie Rae suspiró y se movió todavía más cerca de la criatura, de forma que su ala la envolvía totalmente. Afrodita estaba tan impresionada por la visión que no vio de donde vino ese chico Hindú – él estaba ahí de repente, justo en frente del Cuervo Mocker.
A pesar del dolor y la sorpresa causados por su visión, Afrodita pudo apreciar lo increíblemente maravilloso que este chico nuevo era. Su cuerpo era asombroso, y estaba mayormente desnudo, entonces había mucho a la vista. Su pelo era grueso y largo, y tan negro como las plumas de cuervo que estaban trenzadas en toda su longitud. Era alto y musculoso y simplemente súper caliente en general.
Él ignoró al Cuervo Mocker y sostuvo sus manos hacia Stevie Rae, diciendo, “Acéptame, y él se irá.”
Stevie Rae dio un paso fuera del abrazo alado de la criatura, pero no tomo la mano del chico. En vez de eso ella dijo, “No es tan simple.”
Todavía de rodillas en frente de Neferet, Kalona gritó, “¡Rephaim! ¡No me traiciones otra vez, hijo mío!”
Las palabras del inmortal sirvieron como un pinchazo al Cuervo Mocker. Atacó al chico Hindú. Los dos empezaron a batallar entre ellos brutalmente, mientras Stevie Rae se quedó ahí parada, sin hacer nada excepto mirar fijamente al Cuervo Mocker y llorar quebradamente. A través de sus sollozos, Afrodita podía oírla decir, “No me dejes, Rephaim. Por favor, por favor no me dejes.”
En el horizonte distante detrás de todos ellos, Afrodita vio lo que ella pensó que era un ardiente sol naciente, pero mientras bizqueaba por el brillo, se dio cuenta de que no era el sol en absoluto, sino un enorme toro blanco escalando sobre el cuerpo asesinado de un toro negro mientras trataba de proteger, y fallaba, los restos de lo que una vez fue el mundo moderno.
Afrodita fue sacada de su visión. Nyx la sostuvo en una brisa acariciadora mientras su alma temblaba. “Oh, Diosa,” ella susurró. “No, por favor no. ¿Una elección hecha por una adolescente es capaz de dañar el equilibrio entre la Luz y Oscuridad en todo el mundo? ¿Cómo puede ser eso posible?”
Considera que tu elección abrió un camino para que existiera una completamente nueva casta de vampiros.
“¿Los novatos rojos? Pero ellos ya existían antes de que yo hiciera algo.”
Si, pero el camino para reencontrar su humanidad estaba cerrado hasta tu sacrificio-tu elección- lo abrió. ¿Y no eres tú una simple adolescente?
“Oh, mierda. Zoey tiene que regresar.”
Y después Heath tiene que continuar de mi reino del Otro mundo. Esa es la única forma en la que Zoey escogerá regresar a su cuerpo si su alma se completa de nuevo.
“¿Cómo me aseguro de que eso pase?”
Todo lo que puedes hacer es darles el conocimiento, hija. La elección debe estar en Heath, Zoey y Stark.
Con una sacudida, Afrodita fue tirada hacia atrás. Jadeando, ella abrió los ojos y parpadeó a través del dolor y la neblina de lágrimas rojas, para ver a Darius inclinarse sobre ella.
“¿Has regresado a mí?”
Afrodita se sentó. Estaba mareada, y su cabeza latía detrás de sus ojos con un dolor que ella conocía muy bien. Peinó su cabello para quitarlo de su cara, sorprendida de que tan horriblemente estaba temblando.
“Toma esto, mi belleza. Debes asentarte después de un viaje espiritual.” Él le entregó un cáliz y le ayudo a llevárselo a sus labios.
Afrodita tragó el vino, y entonces dijo, “Ayúdame a llegar a Stark.”
“Pero tus ojos… ¡debes descansar!”
“Si descanso, corro el riesgo de que todo el maldito mundo se vaya al infierno. Literalmente.”
“Entonces te llevaré a donde Stark.”
Sintiéndose débil y fuera de su cabeza, Afrodita se apoyó en su Guerrero mientras regresaban al Fianna Foil, donde muy poco había cambiado. Sgiach todavía estaba mirando a su Guardián mientras él lenta y metódicamente continuaba cortando a Stark.
Afrodita no perdió tiempo. Fue directamente a Sgiach.
“Tengo que hablar con Stark. Ahora.”
Sgiach la miró, notando su cuerpo tembloroso y sus ojos llenos de sangre. “¿Has usado tu don?”
“Si, y tengo que decirle algo a Stark, o será algo malo. Para todos. Muy malo.”
La reina asintió le indicó a Afrodita con un gesto que la siguiera hacia el Seol ne Gigh.
“Solo tendrás un momento. Háblale rápida y claramente a Stark. Si lo retienes aquí mucho tiempo, él no será capaz de regresar sobre sus pasos en su camino al Otro mundo hasta que se haya recuperado del viaje de hoy, y debes entender que esa recuperación podría tardarle semanas.”
“Lo entiendo. Tengo una sola oportunidad en esto. Estoy lista,” dijo Afrodita.
Sgiach tocó el antebrazo de su Guardián. Fue la más suave de las caricias, pero causó una onda de reacción a través del cuerpo de Seoras. Él paró en medio de una estocada vertical hacia otro corte. Su mirada se mantuvo sobre Stark, pero con una voz como gravilla, dijo, “¿Mo bann ri? ¿Mi reina?”
“Llámalo de regreso. La Profetisa debe hablar con él.”
Los ojos de Seoras se cerraron como si sus palabras lo hirieran, pero cuando los abrió, él replicó con un gruñido bajo, y solamente dijo, “Si, mujer…como desees.” Él puso la mano que no estaba sosteniendo su daga en la frente de Stark. “Escúchame, chico. Debes regresar.”
[1] Cristmas Carol: Los fantasmas de Carol, se le presentan tres fantasmas: Pasado, presente y futuro. El ve todo y habla, pero no puede hacer que los demás le escuchen.
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