lunes, 24 de mayo de 2010

Capítulo 23 - BURNED (Quemada)

Rephaim
Traducido por Elena & Erick


Rephaim sintió su ira y se preguntó si sería capaz de decir si estaba o no dirigida a él. A propósito centró sus reflexiones en Stevie Rae, permitiendo que el hilo de sangre que los unía se fortaleciera. Más rabia. Se vertía a través de su enlace, y la fuerza de su ira lo sorprendió a pesar de que sentía que ella estaba tratando de mantenerse bajo control.
No. Su furia no estaba dirigida a él. Otra persona la despertaba, otra persona era el foco de su agresividad.
Se compadeció del pobre tonto. Si hubiera sido un ser inferior, se habría reído sarcásticamente y deseado suerte al desdichado personaje.
Era hora de expulsar a Stevie Rae de su mente.
Rephaim se mantuvo volando hacia el este, disfrutando de la noche con sus poderosas alas, gozando de su libertad.
No la necesitaba ahora. Estaba sano y salvo. Estaba fuerte. Era él nuevamente.
Rephaim no necesitaba a la Roja. Era solamente el recipiente por el cual él se había salvado. Ella había reaccionado al verle entero nuevamente, demostrándole que el lazo que mantenian debía de ser cortado.
Rephaim desaceleró, sintiéndose repentinamente agobiado por sus pensamientos. Se posó sobre una suave elevación de terreno cubierto de robles viejos y pinos. De pie sobre la loma, miró de nuevo por donde había venido, pensando…
¿Por qué me rechaza?
¿La había asustado? Eso no parecía posible. Ella lo había visto todo cuando entró en el círculo. Había sido sanado por completo cuando se enfrentó a la Oscuridad.
¡Por ella él había enfrentado la Oscuridad!
Distraídamente, Rephaim se estiró y se frotó la base de sus alas. Su piel se sentía suave bajo sus dedos. No había ninguna herida física. Stevie Rae le había sanado por completo de la ira de la Oscuridad.
Y luego ella le volvió la espalda como si repentinamente lo viera como un monstruo y no como un hombre.
¡Pero no soy un hombre! Los pensamientos estallaban por la mente de Rephaim. ¡Ella sabía lo que era! ¿Por qué me daba la espalda después de todo lo que hemos pasado?
Su comportamiento le desconcertaba por completo. Ella lo había llamado cuando estaba aterrada por su vida – asustada más allá de lo imaginable, Stevie Rae le había llamado.
Había respondido a su llamada y fue con ella, la salvó.
La reclamé como de mi propiedad.
Y entonces, llorando, había huido de él. Sí, había visto sus lágrimas, pero él no sabía que lo había causado.
Con un grito profundo de frustración, lanzó sus manos al aire, como si quisiera librarse de los pensamientos de ella, y la luna se reflejo en sus manos. Rephaim se tranquilizó. Manteniendo en alto sus brazos, los miró como si les viera por primera vez. Tenía los brazos de un hombre. Ella le había sujetado las manos. Lo había acunado en sus brazos, aunque sólo había sido brevemente como si se hubieran escapado de la inmolación en la azotea. Su piel no era tan diferente como la suya. La suya era morena, tal vez, pero sólo un poco. Y sus brazos eran fuertes… bien hechos…
¿Por todos los dioses, que estaba mal en él? No importaba lo que sus brazos parecían. Nunca sería realmente suya. ¿Cómo podía siquiera imaginarlo? Estaba más allá de todo pensamiento—más allá incluso de lo más salvaje de sus sueños.
Espontáneamente, las palabras de la Oscuridad hicieron eco en su mente: Eres el hijo de tu padre. Al igual que él, has sido elegido defender a un ser que nunca te podrá dar más de lo que pretendes.
“Mi Padre defendió a Nyx”, Rephaim le habló a la noche. “Ella lo rechazó. Y ahora, también, he defendido a alguien que me rechaza”.
Rephaim se lanzó hacia el cielo. Sus alas se batían incansablemente. Quería tocar la luna, esa media luna que simbolizaba a la Diosa que había roto el corazón de su padre y se dedicó a la secuencia de eventos que lo habían creado. Tal vez si alcanzara a la luna, su Diosa le daría una explicación con sentido, lo que sería un bálsamo para su corazón, porque la Oscuridad estaba en lo cierto. Lo que más busco, Stevie Rae nunca me lo podrá dar.
Lo que más buscaba era amor…
Rephaim no podía hablar en voz alta, pero los pensamientos le quemaban. Él había sido concebido en la violencia a través de una mezcla de lujuria, miedo y odio. Por encima de todo el odio, siempre el odio.
Sus alas acariciaban el cielo, elevándolo cada vez más.
El amor no podría ser posible para él. Ni siquiera debería desearlo—ni siquiera pensar en ello.
Pero lo hizo. Desde que Stevie Rae había tocado su vida, Rephaim había empezado a pensar en el amor.
Ella le había mostrado la bondad, y él nunca antes había conocido la bondad.
Había sido amable con él, vendando sus heridas y cuidando de su cuerpo. Él nunca había sido bien atendido antes de la noche en que lo había ayudado a salir de la gélida y sangrienta oscuridad. Compasión… ella había introducido la compasión en su vida.
Y él nunca había sonriedo antes de conocerla.
Miraba fijamente a la luna, el viento jugueteaba con sus alas, pensó en su incesante parloteo y la forma en que sus ojos centellaban con humor, aun cuando él no sabía lo que había hecho para divertirla, y tuvo que contener de nuevo la risa inesperada que nacia en él.
Stevie Rae le hacía reír.
A ella no parecía importarle que él fuera el poderoso hijo de un inmortal indestructible. Stevie Rae le había mangoneado como si él fuera cualquier otra persona en su vida, alguien que era normal, mortal, capaz de amar, de reír y tener emociones reales.
¡Pero sí tenía emociones verdaderas! Debido a lo que Stevie Rae le hizo sentir.
¿Habría sido ese su plan desde el principio? Cuando ella le liberó de la Abadía, había dicho que debía tomar una decisión. ¿Era esto lo que quería decir, que él podría elegir una vida donde la risa, la compasión y tal vez incluso el amor realmente existen?
Entonces, ¿qué pasaría con su padre? ¿Qué pasaría si Rephaim eligiera una nueva vida, y Kalona volviese a este mundo?
Tal vez eso era algo de lo que preocuparse cuando sucediese. Si ocurriera.
Antes que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, Rephaim desaceleró. No podía tocar la luna, era tan imposible como sería que una criatura como él fuera amado. Y entonces Rephaim se dio cuenta que ya no estaba volando hacia el este. Había dado vuelta y volvía a trazar su ruta. Rephaim volvía a Tulsa.
Trató de no pensar como volaba. Trató de mantener su mente totalmente clara. Sólo quería sentir la noche debajo de sus alas, para que el aire fresco y dulce cepillara su cuerpo.
Pero Stevie Rae le invadió de nuevo.
Su tristeza le llegó. Rephaim sabía que ella estaba llorando. Podía sentir su llanto como si estuviera en su propio cuerpo.
Voló más rápido. ¿Qué la había hecho llorar? ¿Estaba llorando por él otra vez?
Rephaim voló pasando Gilcrease sin vacilar. Ella no estaba allí. Sentía que estaba lejos, más hacia el sur.
A medida que sus alas batían el aire de la noche, fue que la tristeza de Stevie Rae cambió, pasando a algo que al principio le confundió, y luego, cuando Rephaim se dio cuenta de lo que era, su sangre hiervió.
¡Deseo!
¡Stevie Rae estaba en los brazos de otra persona!
Rephaim no se detuvo a pensar como una criatura de dos mundos que no era ni hombre ni bestia. No recordó que había nacido de la violación y condenado a saber nada más que de oscuridad, violencia y servicio a su padre impulsado por el odio. Rephaim no pensaba en nada. Sólo sentía. Si Stevie Rae se entregaba a otro, la perdería para siempre.
Y si la perdía para siempre, su mundo volvería a ser el mismo que era antes de conocerla, oscuridad, soledad y sin alegría.
Rephaim no podría soportarlo.
Él no invocó a la sangre de su padre para llevarle a Stevie Rae. Rephaim hizo lo contrario. Desde lo más profundo de su ser, evocaba una imagen de una joven Cherokee de cara dulce que no merecía morir en un mar de sangre y dolor. Manteniendo a la chica que él la soñaba como su madre en su mente, voló instintivamente, siguiendo su corazón.
El corazó de Rephaim lo llevó al depósito.
La visión de aquel lugar le enfermó. No sólo porque se acordó de la azotea y lo cerca que Stevie Rae había estado de la muerte. Detestaba el lugar por como se sentía allí-en el interior-bajo de la tierra, y él sabía que ella estaba en brazos de otro.
Rephaim arrancó la reja de la entrada. Sin dudarlo, se dirigió por el sótano. Siguiendo el vínculo que le unía a ella, entró en los familiares túneles. Su respiración era fuerte y rápida. Su sangre latía a través de su cuerpo, alimentando su ira y desesperación.
Cuando finalmente la encontró, el chico estaba encima de ella, bramando sobre Stevie Rae, indiferente a todo lo demás en el mundo. ¡Qué tonto era! Rephaim debería haberle arrebatado de ella. Él quería. El Cuervo Mocker en él quería estampar contra la pared al novato una y otra vez hasta que quedara destrozado y ensangrentado y ya no fuera una amenaza.
El hombre dentro de él tenía ganas de llorar.
Inundado con sentimientos que no podía entender ni controlar, se encontró congelado en el lugar, mirando con horror y odio, así como también deseo y desesperación. Mientras observaba, Stevie Rae se disponía a beber la sangre del chico, y Rephaim con certeza absoluta sabía dos cosas: en primer lugar, lo que estaba haciendo rompería su imprenta. En segundo lugar, no quería que su imprenta se rompiera.
Sin pensamiento consciente, gritó, “¡No nos hagas esto, Stevie Rae!”
La respuesta del muchacho fue más rápida que Stevie Rae. Se levantó de un salto, empujando su cuerpo desnudo tras él.
“¡Vete de este maldito lugar, monstruo!” El muchacho se mantuvo entre Rephaim y Stevie Rae.
La mirada del novato escudando y protegiendo a su Stevie Rae de él, envió una oleada de posesiva furia a través de Rephaim.
“¡Vete, muchacho! ¡No eres necesario aquí!” Rephaim se agachó a la defensiva y comenzó a moverse lentamente hacia él.
“¿Qué demonios—?” Dijo Stevie Rae, moviendo la cabeza como si tratara de aclararse mientras agarraba la camisa de Dallas desde el suelo y se apresuró a cubrirse.
“Quédate detrás de mí, Stevie Rae. No lo dejaré llegar a tí”.
Rephaim acechaba al muchacho, que le seguía mientras retrocedía, empujando a Stevie Rae con él. Rephaim advirtió que sus ojos se ensanchan a medida ella miraba con atención alrededor del chico y finalmente verdaderamente le vio.
“¡No!” Exclamó. “¡No, no puedes estar aquí!”
Sus palabras le apuñalaron.
“¡Pero estoy aquí!” Su ira se encontraba en el punto de ebullición. El chico siguió retrocediendo, manteniendo a Stevie Rae detrás de él. Siguiéndolos, Rephaim entró en la cocina. Mientras lo hacía, un movimiento vacilante le llamó la atención, y miró hacia arriba.
La oscuridad se retorcía en un enfermizo charco negro que se aferraba al techo.
Rephaim quitó su atención de Stevie Rae y el novato. Él no pensaba en la Oscuridad ahora. Ni siquiera podía considerar en la posibilidad de que el toro blanco volvía a reclamar el resto de su deuda.
“¡Atrás!” Exclamó el chico. Increíblemente, el joven hizo un movimiento espantando a Rephaim, como si fuera un molesto pájaro que había revoloteado en la casa de alguien.
“¡Aaapartete! ¡Me estás alejando de lo que es mío!” Rephaim odiaba oír el bestial silbido de su voz, pero no podía evitarlo. El maldito niño le empujaba hacia el borde de su paciencia.
“Rephaim, sólo tienes que irte. Estoy bien. Dallas no me está haciendo nada malo”
“¿Irme? ¿Dejarte?”, las palabras de Rephaim estallaron. “¿Cómo puedo?”
“¡Se supone que no debes estar aquí!” gritó Stevie Rae, mirando como si estuviera al borde de las lágrimas.
“¿Cómo no voy a estar? ¿Cómo puedes creer que no sabría lo que estabas a punto de hacer?”
“¡Vete de aquí!”
“¿Quieres decir que huya? ¿Así como lo hiciste tú de mí? No. Yo no haré eso, Stevie Rae. Opto por no hacerlo”
El muchacho había llegado a la pared. Mientras él miraba de Rephaim a Stevie Rae, trataba de tocar unos cables que asomaban de un agujero que había sido cincelado allí detrás de él.
“Ustedes se conocen. De verdad”, dijo el chico.
“¡Por sssupuesto que sí, tonto!” Siseó nuevamente Rephaim, odiando la ingobernable bestia en su voz.
“¿Cómo?” El novato lanzó la pregunta a Stevie Rae.
“Dallas, puedo explicarlo”
“Bueno” gritó Rephaim como si ella hablara con él y no con el novato. “Estoy deseando que me expliques lo que pasó hoy”.
“Rephaim” Stevie Rae miró de Dallas a él y le negó con la cabeza como si estuviera más allá de la frustración. “Este no es el momento oportuno”
“Ustedes se conocen”
Rephaim notó el cambio en la voz del chico antes que Stevie Rae lo hiciera. El tono del joven se había endurecido—se había vuelto frío y cruel. La Oscuridad por encima de ellos se estremeció con jubilosa anticipación.
“Sííí, está bien, nos conocemos. Pero puedo explicarlo. Veras, él—”
“Has estado con él todo este tiempo”
Stevie Rae frunció el ceño. “¿Todo este tiempo? No. Sólo me lo encontré cuando estaba gravemente herido; yo no sabía qué—”
“Todo este tiempo que he estado tratándote como una especie de reina o algo así, como si fueras una verdadera Alta Sacerdotisa”, interrumpió a Stevie Rae nuevamente.
Stevie Rae parecía conmocionada y herida. “Yo soy una verdadera sacerdotisa. Pero como estaba tratando de decirte, me encontré a Rephaim cuando estaba mal herido, y no podía dejarlo morir”.
Aprovechando la circunstancia que la atención del joven se centró por completo en Stevie Rae, Rephaim se acercó un poco más.
La Oscuridad por encima de ellos se espesaba.
“¡Él era parte de lo que casi te mató en el círculo!”
“¡Era lo que me salvó en el círculo!” Stevie Rae le gritó a Dallas. “Si no hubiera aparecido, ese toro blanco me habría drenado completamente la energía”
Sus palabras no perturbaron al muchacho. “¡Has estado guardando esto en secreto! ¡Nos has estado mintiendo a todos!”
“¡Bueno, diablos, Dallas! ¡No sabía qué más hacer!”
“¡Me mentiste, puta!”
“¡No te atrevas a hablarme así!” Stevie Rae le dio una dura bofetada.
Dallas se tambaleó hacia atrás medio paso. “¿Qué mierda te ha hecho?”
“¿Quieres decir que además de salvarme dos veces la vida? ¡Nada!” gritó ella.
“¡El te ha perturbado completamente!” Gritó Dallas. La Oscuridad por encima de ellos caía desde el techo, como si hubiese encontrado de pronto un punto débil en una presa. Se acicaló alrededor de Dallas, para cubrir su cabeza y hombros, girando alrededor de la cintura con una familiaridad repugnante que le recordó a Rephaim una serpiente afilada. Pero la oscuridad no cortó a Dallas. En cambio, parecía indiferente a la brillante negrura que ahora lo recubría.
“Yo controlo mi propia mente. Él no me ha hecho nada”, dijo Stevie Rae. Sus ojos se ensancharon, como si finalmente notara a la Oscuridad. Ella dio un paso atrás del muchacho, como si ella no quisiera ser manchada por lo que lo cubría. “Dallas, escúchame. Piensa. Tú me conoces. Esto no es lo que parece”
Rephaim podía ver venir el cambio en Dallas. Era esa retirada de él y junto con la influencia de la Oscuridad que lo envolvía. Totalmente encolerizado, el joven gritó: “¡Ha hecho de ti una puta maldita y mentirosa! ¡Necesitas que te golpeen para que entres en razón, chica!” Dallas levantó la mano como si fuera a golpear a Stevie Rae.
Rephaim no vaciló. Saltó, cerrando el espacio entre él y el chico, alejándolo de Stevie Rae y tomando su lugar.
“¡No le hagas daño!” dijo Stevie Rae mientras agarraba el brazo de Rephaim impidiéndole que golpeara al muchacho. “No está en sus cabales. En realidad no me haría daño”.
Rephaim permitió que ella lo jalara. Volviéndose a ella, dijo, “Creo que subestimas al chico”
“¡Con mil demonios! seguro que lo hace”, dijo desagradablemente Dallas.
Rephaim no supo de dónde provenía el dolor. Sólo supo del calor blanco brillante de la misma. Su cuerpo se convulsionó. Su espalda se inclinó en agonía. Vagamente, a través de un velo gris, podía ver a Dallas, sus ojos resplandecían con un color escarlata que era imposiblemente brillante, sujetando uno de los alambres que sobresalían de la pared.
“Rephaim” exclamó Stevie Rae.
Ella trató de acercarse a él, pero Rephaim la vio retroceder. Y en su lugar, correr hacia Dallas.
“¡Ya basta! ¡Déjalo ir!”, le dijo al chico, tirando de su brazo.
Sus ojos rojos ensangrentados la atravesaron. “Voy a freírlo. Y entonces ese extraño control que tiene sobre ti va a desaparecer. Tú y yo podremos estar juntos, y no le voy a decir una mierda a nadie de lo que pasó aquí, siempre y cuando tú seas mi chica”
Con un sentido abstraído de comprensión, Rephaim notó que la oscuridad ya no estaba presente en el cuerpo del muchacho. Se había empapado en él—le había reclamado. Aumentó no importa qué fuerza que el novato ejerció.
Rephaim estaba seguro que Dallas iba a matarlo.
“Tierra, ven a mí. Te necesito”.
Él oyó las palabras de Stevie Rae a través de un parpadeo de conciencia, como si fuera luz de las velas tratando de llegar a él a través de un vendaval. Con un gran esfuerzo, Rephaim centró su vista en ella. Sus ojos se encontraron, y sus palabras le llegaron, repentinamente claras, fuertes y seguras.
“Protégelo de Dallas porque Rephaim me pertenece”
Ella hizo un movimiento hacia Rephaim, como si estuviera lanzándole algo—y así fue. Una luz verde se estrelló contra su cuerpo, arrojándolo hacia atrás y rompiendo lo que fuera que Dallas había estado canalizando sobre él. Jadeando, se tendió en el suelo, encogido como un ovillo, absorbiendo lo que se estaba convirtiendo en el familiar y amable toque de la tierra sanándolo.
Dallas enfrentó a Stevie Rae.
“Acabas de decir que esa cosa te pertenece”
La voz del joven era como de muerte. Rephaim se presionó contra el suelo, abriendo su conmocionado cuerpo a la tierra, dispuesto a entrar en ella—para que lo sanara lo suficiente y así pudiera llegar a Stevie Rae.
“Sí. Lo es. Es difícil de explicar, y me da que estés enojado. Pero Rephaim me pertenece”. Sus ojos evitaron los de Dallas y se reunieron con los de él nuevamente. “Y supongo que le perteneces a él, suena extraño”
“No suena raro. Suena malditamente enfermizo”
Antes que Rephaim pudiera ponerse de pie, Dallas le señaló con el dedo. Se oyó un chasquido ensordecedor, y Stevie Rae estaba súbitamente de pie en medio de un círculo verde brillante. Frunció el ceño, y sacudió la cabeza lentamente hacia adelante y hacia atrás. “¿Trataste de darme una descarga eléctrica? ¿De verdad querías hacerme daño, Dallas?”
“¡Escogiste a esa cosa por sobre mí!”, le gritó a ella.
“¡Hice lo que pensé era lo correcto!”
“¿Sabes qué?, ¡si eso es lo correcto, no quiero tener nada que ver con eso! ¡Yo quiero lo contrario!”
Tan pronto como Dallas dijo estas palabras, exclamó y, dejando caer el cable que había estado apretando en su puño, el joven cayó de rodillas y se desplomó boca abajo.
“¿Dallas? ¿Estás bien?” Stevie Rae hizo un movimiento vacilante hacia él.
“Mantente alejado de él”, jadeó Rephaim a medida que se ponía de pie laboriosamente.
Stevie Rae hizo una pausa, y entonces en vez de ir donde Dallas, se apresuró sobre Rephaim, jalándole el brazo por sobre sus hombros. “¿Estás bien? Te ves un poco frito”.
“¿Frito?” A pesar de todo, ella le producía ganas de reír. “¿Qué quieres decir con eso?”
“Esto”. Stevie Rae tocó una de las plumas del pecho. Se sorprendió al ver que parecía chamuscada. “Tienes los bordes un poco crujiente”
“Lo tocas. ¡Probablemente también jodes con él! Mierda, me alegro de que me detuviera antes de terminar haciéndolo. ¡No voy a ser jamás el segundón de un monstruo!”
“Dallas, eso es sólo una carga para—” comenzó Stevie Rae, pero cuando miró a Dallas, sus palabras se detuvieron en seco.
“Sí, es cierto. No soy más un estúpido novato”, dijo.
Tatuajes de color rojo completamente nuevos con la forma de golpes de látigo enmarcaban la cara de Dallas. Rephaim pensó que se parecían inquietantemente a las tijeras de la Oscuridad que le habían atrapado a él y a Stevie Rae dentro del círculo. Sus ojos resplandecían de un rojo aún más brillante, y su cuerpo parecía hacerse más grande, recargado por el nuevo poder.
“¡Oh mi Santa Diosa!”, dijo Stevie Rae, “¡Has cambiado!”
“¡En un montón de formas diferentes!”
“Dallas, tienes que escucharme. ¿Recuerdas la Oscuridad? La vi rodeandote. Por favor, trata de razonar. Por favor, no dejes que te atrape”
“¿Me atrapó? ¿Quieres decir que cuando estás de pie junto a esa cosa? ¡Ah, demonios, no! ¡Nunca voy a escuchar tus mentiras de nuevo! ¡Y voy a asegurarme de que nadie más lo haga, también!” Le dijo con desprecio esas palabras a ella, su voz llena de ira y odio.
A medida que se ponía de pie y trataba de alcanzar los cables que había utilizado antes para canalizar el poder, Stevie Rae se movió. Jalando a Rephaim con ella, Stevie Rae retrocediendo de la cocina. Dando un paso fuera de la entrada, levantó su mano, respiró profundo y dijo: “Tierra, cierra esto por mí, por favor”
“¡No!” Gritó Dallas.
Rephaim lo vislumbró brevemente agarrando el alambre y apuntándoles, y luego con un ruido del viento susurrante entre las ramas de otoño, la tierra hizo llover en frente de ellos, cerrando la entrada del túnel a la cocina y protegiéndolos de la ira de la Oscuridad.
“¿Puedes caminar?”, Preguntó Stevie Rae.
“Sí. No estoy mal herido. O al menos ya no. Tu tierra se encargó de eso”, dijo él, mirándola hacia abajo donde estaba, pequeña, pero orgullosa y poderosa en el círculo de su brazo.
“Muy bien, entonces. Tenemos que salir de aquí”. Stevie Rae dio un paso de su lado y comenzó a apresurarse por el túnel. “Hay otra manera de escapar de la cocina. Él estará fuera en cualquier momento, y necesitamos irnos de aquí para entonces”
“¿Por qué no sellas la otra salida, también?”, Preguntó él, siguiéndola.
La mirada que le dio le molestó visiblemente. “¿Qué?, ¿Y matarlo? Uh, no. En realidad él no es tan malo, Rephaim. Simplemente perdió la chaveta porque la Oscuridad se entrometió con él, y se enteró de tú y yo”
“Tú y yo…”
Rephaim deseaba agarrarse de las palabras que los ligaban entre sí, pero no podía. No había tiempo para tales cosas. Rephaim sacudió la cabeza. “No, Stevie Rae. La oscuridad no sólo estaba jugando con él. Dallas eligió abrazarla”
Pensó que ella discutiría con él. En cambio, la vio bajar los hombros. Ella no le devolvió la mirada, en cambio dijo: “Sí, te escuché”
Subieron la escalera en silencio y se dirigían por el sótano, cuando un sonido flotó suavemente hacia Rephaim por la torcida puerta abierta. Estaba pensando que le parecía familiar cuando Stevie Rae se quedó sin aliento, “¡Él tomó el Escarabajo!” Y ella corrió hacia afuera con Rephaim pisándole los talones.
Salieron a tiempo de ver el pequeño auto azul saliendo de la playa de estacionamiento.
“Bueno, eso apesta como Roadkill”, dijo Stevie Rae.
Los penetrantes ojos de Rephaim se dirigieron al horizonte oriental, que empezaba a ir del negro a un gris amanecer.
“Tienes que volver a los túneles”, dijo.
“No se puede. Lenobia y los chicos vendrán aquí rápido y locos si no vuelvo al amanecer”
“Voy a salir”, dijo. “Volveré a Gilcrease. Entonces podrás estar en el subterraneo, y tus amigos te encontrarán. Estarás a salvo”
“¿Qué pasa si Dallas corrió de vuelta a la Casa de la Noche? Él les dirá acerca de nosotros”
Rephaim vaciló un momento. “Entonces, haz lo que debes. Sabes dónde estaré”. Se volvió para salir.
“Llévame contigo”.
Sus palabras hicieron que su cuerpo se congelara. No la miró. “Está próximo a amanecer”
“Estás curado, ¿no?”
“Lo estoy”
“¿Estas lo suficientemente fuerte como para volar y llevarme?”
-Sí, lo estoy”
“Entonces llévame de regreso a Gilcrease contigo. Apuesto a que esa vieja casona dispone de un sótano”
“¿Qué pasa con tus amigos—los otros novatos rojos?”, Dijo.
“Voy a llamar y decirle Kramisha que Dallas ha perdido la razón, y que estoy a salvo, pero no en los túneles, y que voy a explicarle las cosas mañana”
“Cuando se enteren de mí, van a pensar que me estás eligiendo sobre ellos”
“Lo que estoy eligiendo es tomar un tiempo para pensar antes de tener que hacer frente a la tormenta de mierda que Dallas está preparando”, dijo ella. Luego, con voz mucho más suave, añadió, “A menos que tú no quieras que yo vaya contigo. Podrías largarte de aquí, entonces no tendrás que lidiar con el desastre que está por venir”
“¿Soy o no soy tu consorte?”, Preguntó Rephaim antes de que poder detenerse.
“Sí. Eres mi consorte”
No sabía que estaba conteniendo la respiración hasta que la soltó con un largo suspiro, aliviado. Rephaim abrió los brazos hacia ella. “Entonces tienes que venir conmigo. Hoy te veré descansar tranquila”
“Gracias”, dijo, y entonces la Alta Sacerdotisa de Rephaim entró en sus brazos. Él la abrazó con fuerza mientras sus poderosas alas se elevaban hacia el cielo.
Stevie Rae tenía razón. Había un sótano en la vieja mansión. Tenía paredes de piedra y piso de tierra apisonada, y era sorprendentemente seco y cómodo. Con un suspiro de alivio, Stevie Rae se sentó, con las piernas cruzadas, apoyada contra la pared de cemento, y sacó su teléfono celular. Rephaim se quedó allí, sin saber qué debía hacer, mientras que llamó a la joven llamada Kramisha y comenzó un diálogo de explicaciones apresuradas y superficiales de por qué no iba a regresar a la escuela: Dallas ha perdido la maldita chaveta… la electricidad debe haber afectado su buen sentido… me pateó fuera del coche de Z camino de regreso a la Casa de la Noche… no, estoy bien… probablemente esté de vuelta mañana por la noche…
Sintiéndose como un intruso, Rephaim la dejó hablar con su novata en privado. Regresó a la buhardilla y se paseó delante de la puerta abierta del armario que había transformado en un nido.
Estaba cansado. A pesar de que había sido sanado totalmente, la carrera contra la salida del sol llevando a Stevie Rae le había agotado sus reservas de fuerza. Él debería retirarse al armario y descansar durante las horas diurnas. Stevie Rae no dejaría el sótano hasta el atardecer.
Stevie Rae no podía salir del sótano.
Ella podría ser herida durante el día. Es verdad que los novatos rojos eran vulnerables entre el amanecer y el atardecer, por lo que Dallas no era una amenaza hasta el anochecer. Pero ¿y si un ser humano tropezaba con ella?
Poco a poco, Rephaim reunió las mantas y alimentos de primera necesidad que había acumulado y comenzó a llevarlos a la planta baja. Era completamente de día cuando hizo su último viaje por las escaleras. Ella había terminado la llamada telefónica y se acurrucó en un rincón. Stevie Rae apenas se movió cuando la cubrió con una manta. Y se acomodó a su lado. No tan cerca para tocarla, pero tampoco tan lejos para no verla de inmediato cuando se despertara. Y se aseguró de que estaba situado entre ella y la puerta. Si una persona trataba de entrar, tendría que pasar por encima de él antes de alcanzarla.
El último pensamiento de Rephaim antes de dormirse fue que por fin entendía la sensación de rabia y desasosiego siempre presente que rondaban a su padre. Si realmente Stevie Rae lo hubiese rechazado hoy y lo hubiese echado, su mundo se habría visto influido para siempre por la pérdida de ella. Y esa comprensión le infundió más terror que la posibilidad de tener que enfrentarse a la Oscuridad nuevamente.
No quiero vivir en un mundo sin ella. Completamente agotado por los sentimientos que apenas podía comprender, el Cuervo Mocker se durmió.

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