sábado, 15 de mayo de 2010

Capítulo 16 - BURNED (Quemada)

Zoey

Traducido por Glad




Heath se revolvio y musitó algo de saltarse la practica de fútbol y dormir hasta tarde. Le observé y contuve mi respiración, mientras caminaba de un lado hacia el otro formando un círculo alrededor de donde él dormia.

Quiero decir, ¿querrías tu despertarle y decirle que esta muerto y sucio, y que ya nunca jugaria fútbol otra vez?

Mierda, no.

Intenté estar tan tranquila como podía, pero no podía permanecer quieta. Esta vez, no había fingido recostarme junto a él. No podía ayudarle. No podía detenerme. Tenia que mantenerme en movimiento.

Estábamos en medio del denso bosque al que habíamos corrido. ¿Hace cuánto? Realmente no podía recordar, pero los pequeños arboles, sus ramas y las muchas antiguas rocas lucian muy frías. Y el pasto. Especialmente el pasto. Estaba en todo lugar–denso, suave y crujiente.

Repentinamente mis pies estaban desnudos, y distraídamente yo estaba hundiendo mis pies en el pasto y dejando que mis dedos jugaran sobre aquella verde alfombra viviente.

¿Viviente?

Suspiré.

No. Sospechaba que nada en este lugar estaba realmente vivo, pero inmediatamente quise olvidar eso.

Los árboles formaban un dosel de hojas y ramas, por lo tanto el calor del sol apenas le traspasaba causando que no hiciera demasiado calor, entonces una nube que pasaba por lo alto hizo que levantara mi mirada, y temblé.

Oscuridad. . .

Pestañeé sorprendida, recordando. Esa era la razón por la que Heath y yo nos habíamos adentrado en el bosque. Aquello había ido tras nosotros, pero no había entrado en el bosque.

Temblé otra vez.

No sabía lo que eso significaba. Sólo sentía a la oscuridad absoluta, un presentimiento impreciso de muerte, por un momento, cuernos, y alas. Heath y yo no habíamos esperado para ver más. Ambos habíamos estado sin respiración y con mucho miedo, y habíamos corrido y corrido. . . Razón por la cual ahora Heath dormía profundamente. Otra vez. Como debería de ser.

Pero yo no podía descansar. En lugar de eso me mantenía caminando.

Realmente mi memoria era un completo desorden. Y, lo que es peor, si bien podrías pensar que mi memoria estaba adormilada, tampoco podía saberlo, porque bueno, tampoco lo recordaba–yo estaba mal. Sabía que me faltaban trozos de algunas cosas en mi mente–algunas memorias de cosas nuevas, como lo de ahora, sobre aquella cosa espeluznante que supuestamente me asustaba, que persiguió a Heath y a mí hasta lograr que nos adentremos en este bosque. Sin embargo, tampoco recordaba cosas pasadas.

No podía recordar como lucia mi madre.

No podía recordar el color de mis ojos.

No podía recordar por qué ya no confiaba en Stevie Rae.

Lo que podía recordar y era muy preocupante. Recordaba cada instante de la muerte de Stevie Rae. Recordaba que mi padre nos había dejado cuando yo solo tenía dos años de edad y básicamente nunca regreso. Recordaba que había confiado en Kalona, y que entonces, me habia equivocado con respecto a él.

Mi estómago se sintió enfermo, y, mientras trataba de manejar aquel malestar, me mantuve caminando en círculos, dentro del bosque.

¿Cómo pude haber dejado que Kalona me engañara completamente? Había sido una idiota.

Y había causado la muerte de Heath.

Mi mente se movió errática y trate de alejar aquella culpabilidad. El recuerdo estaba demasiado vivido, demasiado horrible.

Una sombra paso rápidamente frente a mi vista. Y me gire rapidamente, para verla cara a cara. La había visto antes–en mis sueños y en una vision compartida.

“Hola, A-Ya”, dije suavemente.

“Zoey”, ella dijo, asintiendo con un hola. Su voz sonaba como la mía, pero había un sentido de tristeza que distorciono todo lo que dijo.

“Confié en Kalona debido a tí”, le dije.

“Le tuviste compasión debido a mí”, ella corrigió. “Cuando me perdiste, también perdiste la compasión.”

“Eso no es cierto”, dije. “Aun soy compasiva. Me preocupo por Heath.”

“¿Lo haces? ¿Es por eso que le mantienes contigo en lugar de dejarle seguir adelante?”

“Heath no quiere irse”, le conteste, y despues cerré mi boca, asombrada por lo enojada que sonaba.

A-ya sacudió su cabeza, dándo lugar a que su largo pelo, negro, se agitara alrededor de su cintura. “No te has detenido a pensar en lo que Heath podría querer–lo que alguien además de ti, puede querer. Y no lo haras, no realmente, no hasta que regrese a tí.”

“No quiero que regreses. Todo esto a ocurrido por ti.”

“No, Zoey, no es asi. Todo esto ocurrió por una serie de elecciones hechas por un número de personas. Esto no se trata de ti.” Negando con la cabeza tristemente, A-Ya desaparecio.

“Qué bien”, musité, y comencé a caminar de un lado hacia otro, otra vez, aun más inquieta que antes.

Cuando otra sombra pasó por la esquina de mi visión, me gire rápidamente, y asi poder decirle a A-Ya que se fuera de una vez por todas, pero entonces, mi boca se quedo abierta. Estaba mirándome a mi misma. Bueno, en realidad, a una versión mia de nueve años de edad que había visto antes junto con las otras figuras que desaparecieron cuando, lo que sea que nos asusto, nos persiguió a Heath y a mí.

“Hola”, le dije.

“¡Conseguimos bobies[1]!” mi yo ‘niña’ dijo, mirando estúpidamente mi pecho. “Me alegro mucho que hayamos por fin, conseguido tener bobies. Finalmente.”

“Sip, eso es lo que yo pensé, también. Finalmente.”

“Aunque hubiera deseado que fueran más grandes.” Mi yo niña, mantuvo su mirada fija en mis bobies, y senti ganas de cruzar mis brazos sobre mi pecho, lo cual era ridículo porque ella era yo–lo cuál era simplemente extraño. “¡Pero, oh, bueno, pudo haber sido peor! ¡Pudimos haber sido como Becky Apple, je je!”

Su voz estaba tan llena de alegría que me hizo sonreír en respuesta, pero sólo por un segundo. Era como, si me fuera demasiado duro mantener la alegría que a ella le rebosaba.

“Becky Renee Apple– ¿puedes creer que su madre le nombró asi y despues tuvo muchos de sus jeyrseys con las iniciales grabadas de ‘BRA[2]’'?” mi yo niña, rompió en risas.

Intenté, sin exito, mantener mi sonrisa mientras decia, “Sip, esa pobre chica estaba condenada desde el primer día del frio clima.” Suspiré y froté una mano sobre mi cara, preguntándome por qué me sentía tan inexplicablemente triste.

“Es porque ya no estoy contigo”, mi yo niña, me dijo. “Soy tu alegría. Sin mí, nunca, realmente podras ser feliz otra vez.”

Clavé los ojos en ella, sabiendo que, como A-Ya, me decía la verdad.

Heath susurro entre sueños otra vez, y fije mi mirada en él, nuevamente. Él se veia tan fuerte, normal y joven, pero nunca volveria a pisar otra cancha de fútbol, de nuevo. Nunca giraría su camioneta en alguna esquina hábilmente y gritaría de alegría como un Okie[3]. Nunca seria un esposo. Nunca seria un padre. Mi mirada fue de él, hacia mi yo de nueve años.

“No pienso que merezca ser feliz nuevamente”.

“Siento mucha pena por ti, Zoey”, dijo, y desaparecio.

Sintiéndome un poco mareada y ligera, empece a caminar.

La siguiente versión de mí no me rebaso inconscientemente o revoloteo al borde de mi vista. Esta versión me enfrento, bloqueando mi camino. Ella no se parecia a mí. Era súper alta. Su pelo era largo, salvaje y de un rojo cobrizo brillante. No fue hasta que encontré sus ojos que vi nuestra similitud– teníamos los mismos ojos. Ella era otro trozo de mí; le reconoci.

“¿Así que quién eres tu?” Dije cansadamente. “¿Y qué parte de mí voy a perder si no te recupero?”

“Puedes llamarme Brighid. Sin mí, te faltara la fuerza.”

Suspiré. “Estoy demasiado cansada como para ser fuerte ahora mismo. ¿Qué tal si hablamos de nuevo, después de que tome una siesta?”

“No lo entiendes, ¿verdad?” Brighid negó con la cabeza desdeñosamente. “Sin nosotras, nunca volveras a tomar una siesta–no mejoraras–no descansaras. Sin nosotras, solo te harás más incompleta, y permaneceras en la deriva”.

Intenté enfocarme a través del punzante dolor de cabeza que palpitaba en mi sien. “Pero iría a la deriva junto a Heath.”

“Sí, podría ser.”

“Y si permito que todas ustedes regresen a mi interior, dejaré a Heath.”

“Sí, asi sería.”

“No puedo hacer eso. No puedo regresar a un mundo sin él”, le dije.

“Entonces te haras pedazos.” Sin otra palabra, Brighid desapareció.

Mis piernas se agotaron, y me senté con fuerza sobre el musgo. Sólo comprendi que estaba llorando cuando mis lágrimas comenzaron a hacer marcas mojadas en mis vaqueros. No sé cuánto tiempo me quede sentada allí, encorvada con mi pena, confusión y cansancio, y fue allí que un sonido me saco de la neblina que nublaba mi mente: Alas, susurros, palpitando contra el viento, revoloteando, zambullendose, buscando.

“Vamos, Zo. Necesitamos ir más adentro del bosque.”

Levanté la vista para ver que Heath estaba de cuclillas cerca a mí. “Esto es culpa mia” le dije.

“No, no lo es, ¿Por qué tiene tanta importancia de quien es la culpa? No es asi, nena. Este no es el fin.”

“No puedo dejarte, Heath,” sollocé.

Él quito el pelo que estaba sobre mi cara y me dio algunos klínexs emvueltos. “Sé que no puedes.”

El sonido de enormes alas en las alturas; hicieron que las ramas se bambolearan en respuesta.

“Zo, hablaremos de esto despues, ¿ok? Ahora mismo necesitamos movernos otra vez.” Él me tomo de debajo de mis codos, me puso de pie, y comenzó a guiarme hacia lo más profundo del bosque, donde las sombras eran más oscuras y los árboles lucian mas antiguos.

Le deje guiarme. Se sentia mucho mejor moverse. No muy bien. Yo no me sentía nada bien. Pero me sentía mejor cuando me mantenía en movimiento.

“Es él, ¿verdad?” Dije con indiferencia.

“¿El?” Heath preguntó, ayudándome a pasar por encima de una áspera piedra gris.

“Kalona.” La sola mención de la palabra hizo que la densidad del aire cambiara a nuestro alrededor. “Él ha venido por mí.”

Heath me dio una mirada aguda, y gritó, “¡No!, ¡no voy a dejar que te atrape!”


Stevie Rae


“¡No, no voy a dejar que te atrape!” Dragón grito.

Junto con todos los demás en la Camara del Concejo, Stevie Rae clavó la mirada en el maestro de esgrima, quién parecía que podía hacer estallar algún vaso sanguíneo de sangre.

“Uh, ¿quién, Dragon?” dijo Stevie Rae.

“¡Ese Cuervo Mocker que mató a mi consorte! Es por eso que no puedes salir a solas hasta que le sigamos la pista a esa criatura y la destruyamos.”

Stevie Rae intentó ignorar las vacias palabras de Dragon y se enfoco en ese horrible cargo de conciencia que estaba experimentando mientras le afrontaba, viendo su angustia y sabiendo que si bien Rephaim había salvado su vida, dos veces, también había matado a Anastasia Lankford.

Él ha cambiado. Es diferente ahora, ella pensó, esperando poder decir las palabras en voz alta y creerlas, asi evitar ese sentimiento de depresión.

Pero ella no podía decirle a Dragon sobre Rephaim. No podía contarle a nadie sobre el Cuervo Mocker, en vez de eso ella comenzó, otra vez, a tramar mentiras combinadas con la verdad, formando un terrible tapiz de evasión y engaño.

“Dragon, no sé que Cuervo Mocker estaba en ese parque. Digo, no es como si me hubiera dicho su nombre.”

“Pienso que es el cabecilla—Ref—o lo que sea esa cosa”, Dallas habló más fuerte, mientras Stevie Rae le fulminó con la mirada.

“Rephaim”, dijo Dragon, con una voz mortal.

“Si, eso es todo. Él era enorme, algo así como ustedes le han descrito, y sus ojos realmente lucian humanos. Ademas, él estaba obsesionado con él. Era obvio que pensara que era una mierda.”

Stevie Rae reprimió el deseo de presionar su mano firmemente sobre la boca de Dallas – y tal vez también su nariz. Sofocarle definitivamente le haría dejar de hablar.

“Oh, Dallas, lo que sea. No sabemos quién era ese Cuervo Mocker. Y, Dragon, puedo entender porque estas preocupado y todo lo demas, pero sólo estamos hablando de mí yendo a la Abadia Benedicta para ver a la Abuelita Redbird y que sepa de Zoey por mí. No me marcho a la selva completamente sola.”

“Pero Dragon tiene un buen punto,” dijo Lenobia. Erik y la Profesora Penthasilea asintieron, sus desacuerdos por Neferet y Kalona los habían dejado aparte. “Este Cuervo Mocker apareció dónde tu estabas, mientras hablabas con la tierra.”

“Es demasiado simplista decir que ella solo hablaba con la tierra”, Dragon habló rápidamente durante la pausa de Lenobia. “Como Stevie Rae nos explico, ella estaba hablando con los antiguos poderes del bien y del mal. Esa criatura apareció durante la manifestación de la maldad, eso no puede ser una coincidencia.”

“Pero el Cuervo Mocker no me ataco. Fue–”

Dragón subió una mano para silenciarla. “Indudablemente fue atraído por la Oscuridad, la cual ataco a uno de los suyos, como siempre lo hace la maldad. No puedes estar segura si la criatura iba tras tuyo o no.”

“También no podemos saber con seguridad si solo hay un solo Cuervo Mocker en Tulsa”, dijo Lenobia.

El pánico revoloteó en el estómago de Stevie Rae. ¿Qué ocurriria si todo el mundo enloquecería por la posibilidad de que una bandada de Cuervos Mockers asechará los alrededores de Tulsa, y eso le imposibilitaria ir a ver a Rephaim?

“Voy a la abadía para ver a la Abuelita Redbird”, dijo Stevie Rae firmemente. “Y no pienso que haya una bandada de esos malditos Cuervos Mockers allí afuera. Lo que pienso es que ese chico pájaro, se quedo rezagado, y estaba en el parque porque fue atraído por la Oscuridad. Y bueno, estoy segura como el demonio que no voy a invocar a la Oscuridad de nuevo, así que no hay razón para que el pájaro tenga un nuevo encuentro conmigo.”

“No menosprecies el peligro de esa criatura”, dijo Dragon, su voz amarga y sombría.

“No lo haré. Pero tampoco dejare que me mantengas encerrada en el campus. Y creo que ninguno de ustedes debe de permitirlo tampoco”, ella agregó precipitadamente. “Digo, podemos ser precavidos, pero no podemos dejar que el miedo diriga nuestras vidas.”

“Stevie Rae tiene un punto”, dijo Lenobia. “En verdad, creo que deberíamos de restablecer la escuela a su horario normal y deberíamos de incluir a los novatos rojos en las clases.”

Kramisha, quien hasta entonces, estaba sentada silenciosamente a la izquierda de Stevie Rae, solto un suave bufido. Ella oyó a Dallas, quien estaba sentada a su derecha, suspirar pesadamente. Reprimiendo una sonrisa, dijo, “pienso que esa es realmente una buena idea.”

“Yo creo que no deberíamos decir demasiado a cerca de la condición de Zoey”, Erik dijo. “Al menos no hasta que algo más, bueno, más permanente suceda.”

“Ella no va a morir”, dijo Stevie Rae.

“¡No quiero que ella muera!” Erik dijo rápidamente, viéndose obviamente alterado por ese pensamiento. “Pero debido a las cosas que han venido sucediendo últimamente por aqui, incluyendo la aparición del Cuervo Mocker, lo último que necesitamos es hablar de más.”

“Pienso que no debemos encubrirlo”, dijo Stevie Rae.

“Qué tal si hacemos un compromiso”, dijo Lenobia. “Responder preguntas acerca de Zoey solo cuando sean preguntadas, enfocar la atención en la verdad–que todos nosotros estamos trabajando para poder recuperarla del Otro Mundo.”

“Y publicaremos una advertencia general a través de todas las habitación y clases de la Casa, para que los novatos estén atentos y vigilantes para reportar cualquier cosa que vean o escuchen, que podría ser inusual”, Dragon añadio.

“Eso suena razonable”, dijo Penthasilea.

“Está bien, eso me parece bien, también”, dijo Stevie Rae. Despues de una pausa, ella agrego, “Uh, yo simplemente tengo una pregunta, ¿se supone que debo retomar mis clases anteriores?”

“Sí, yo también me preguntaba eso”, Kramisha dijo.

“Yo, también”, Dallas dijo.

“Los novatos deberán asistir a las clases, retomarlas donde las habían dejado”, Lenobia dijo suavemente, sonriéndole a Kramisha y Dallas como si se hubieran ido a unas largas vacaciones, y no que hubieran muerto inoportunamente, lo que en cierta forma hizo que todo el asunto sonara extrañamente normal. Despues ella se dirigió a Stevie Rae. “Los Vampiros escojen los estudios y las áreas que les gustarían estudiar–no en la clase junto a los novatos sino con otros vampiros expertos en su campo. ¿Sabes lo que quieres estudiar?”

Aun con todo el mundo mirándola estúpidamente, Stevie Rae no vaciló en su respuesta. “Nyx. Quiero estudiar para ser una Suma Sacerdotisa. Quiero ser una porque lo he ganado, y no sólo porque soy la única chica roja del universo conocido.”

“Pero no tenemos a una Suma Sacerdotisa bajo la cual puedas estudiar–no desde que Neferet fue echada”, dijo Penthasilea, dandole a Lenobia una mirada afilada.

“Entonces supongo que estudiaré por mí misma hasta que recuperemos a nuestra Suma Sacerdotisa.” Ella miro los ojos de Penthasilea, y agregó, “Y puedo asegurarte que la Suma Sacerdotisa no será Neferet.” Stevie Rae se puso de pie. “Bueno, bueno, ire a la Abadía como dije antes. Cuando regrese, iré a ver a los novatos rojos y ponerlos al tanto en lo referente a que las clases empiezan mañana.”

Todo el mundo había comenzado a caminar arrastrando los pies fuera de la habitación, cuando Dragon la jalo hacia un lado. “Quiero que me prometas que seras cuidadosa”, le dijo. “Tienes un poderoso poder de curarte que roza lo milagroso, pero no eres un inmortal, Stevie Rae. Debes de recordar eso.”

“Seré precavida. Lo prometo.”

“Yo ire con ella”, dijo Kramisha. “Mantendre un ojo en el cielo en busca de esas cosas pajaro. Y gritare con un fatal grito de chica. Si uno aparece, puedo asegurarme que todo el mundo sabrá que el esta allí.”

Dragon asintió pero no lucia convencido, y Stevie Rae se sintió aliviada cuando Lenobia le llamo, y entabló conversación con él acerca de hacer de sus clases de artes marciales obligatorias para todos los novatos. Ella salió a hurtadillas de la habitacion mientras trataba de sacar en claro cómo podría deshacerse de Kramisha, que era mucho más pegajosa-y empalagosa, cuando Dallas las alcanzó.

“¿Puedo hablar contigo por un segundo antes de que te vayas?”

“Estaré en el escarabajo de Zoey”, dijo Kramisha. “Y no, no podrás escaparte y dejarme.”

Stevie Rae la observó irse por el vestíbulo antes de que con desgana se girara hacia Dallas.

“¿Podemos ir allí?” Él preguntó, señalando el vacio laboratorio audiovisual.

“Seguro, pero ya estaba por irme.”

Sin decir cualquier cosa, Dallas le abrió la puerta, y entraron en la fría y oscura habitacion, que olia a libros y a cera de lustrar de limón.

“Tu y yo, ya no tenemos que estar juntos”, dijo Dallas, todo apresurado.

“¿Huh? ¿No tenemos que estar juntos? ¿Qué significa eso?”

Dallas cruzó sus brazos sobre su pecho luciendo totalmente incómodo. “Quiero decir que soliamos salir. Eras mi novia. Pero tú ya no quieres esto, y lo entiendo. Tienes razon, yo no pude hacer una mierda por protegerte de esa cosa pájaro. Y sólo quiero que sepas que yo no voy a convertirme en un dolor en el culo por lo que hubo entre nosotros. Aun estare aquí cuando me necesites, chica, porque siempre seras mi Suma Sacerdotisa.”

“¡No quiero terminar esta relación!” Ella barbulló.

“¿No quieres?”

“No”, y en realidad ella no lo queria. En ese instante, Dallas era todo lo que ella podía ver, Stevie Rae sintió que si perdia su corazón y su bondad sería como darse de puñetazos en su intestino. “Dallas, yo estoy tan apenada por lo que dije antes. Estaba herida y disgustada, y no quise decirlo. Ni yo misma pude salir del círculo, junto con esa cosa del demonio. Ni tu, o cualquier otro, ni aun un Guerrero, hubiera podido llegar ahí dentro.”

Dallas la miro fijamente. “El Cuervo Mocker entró.”

“Bueno, como tu mismo lo has dicho, él es parte de la Oscuridad”, ella dijo, aunque poner a Rephaim en esa conversación fue como tirarse un vaso de agua fría a la cara.

“Hay bastantes cosas sobre la Oscuridad allí afuera”, dijo Dallas dijo. “Y todas ellas parecen toparse contigo. Entonces, debes de tener cuidado, lo harás ¿chica?” Él extendió se mano y alejo un rubio rizo de su cara. “No puedo solo detenerme a ver lo que te ocurre.” Él dejó que su mano descansara sobre su hombro. Su pulgar suavemente acariciando la línea de su cuello.

“Seré precavida”, ella dijo suavemente.

“¿En realidad no quieres terminar esta relación?”

Ella negó con la cabeza.

“Me alegro, porque yo tampoco quiero.”

Dallas se reclino un poco y la tomo entre sus brazos. Sus labios chocaron con los de Stevie Rae en un beso indeciso. Ella se dijo a si misma que debía de relajarse y perderse en él. Él era una buena persona que besaba muy bien–siempre lo había sido. Y le agradaba que él no fuera más alto que ella, solo un poco alto. Él sabía bien, también. Sabia que a ella le gustaba que le frotaran la espalda, así que mientras él deslizaba sus brazos alrededor de ella sus manos fueron debajo de su camiseta–sin intentar tocarle las bobies, como la mayoría de chicos solia hacer. En lugar de eso, Dallas comenzó a frotar círculos suaves, calientes sobre la parte baja de su espalda, presionándola más cerca y haciendo que el beso se profundizara.

Stevie Rae le devolvió el beso. Se sentia bien estar con él. . . bloqueaba todo a su alrededor. . . olvidando por un corto tiempo a Rephaim y cosas por el estilo. . . Especialmente el pago que ella voluntariamente había hecho—

Stevie Rae se apartó de Dallas. A ambos les faltaba aire.

“Yo, uh, yo tengo que irme. ¿Recuerdas?” Stevie Rae le sonrió, intentando no sonar tan torpe como se sintia.

“Es verdad, por poco lo olvido”, dijo Dallas, sonriéndole dulcemente y alejando ese terco rizo fuera de sus ojos, otra vez. “Pero se que tienes que irte. Vamos. Te guiare hasta el escarabajo.”

Sintiendose en parte como una traidora, mentirosa, y prisionera, él tomo su mano y la guio hasta el coche de Zoey, como si realmente, y en verdad pudieran ser novio y novia otra vez.



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[1] Bobies: Jerga americana, para ‘Senos’.

[2] BRA: Forma informal de dirigirse al corpiño de las chicas. (Sosten)

[3] Okie: Persona natal de Oklahoma

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