lunes, 24 de mayo de 2010

Capítulo 24 - BURNED (Quemada)

Stark
Traducido por Kmila


“Sé que podría matarme entrar al Otro Mundo, pero yo no quiero vivir en este mundo sin ella.” Stark se mantenía a sí mismo de gritar, pero no pudo evitar que su frustración bullera en su voz. “Así que solo muéstrame que debo hacer para llegar a donde Zoey está, y yo la traeré de vuelta.”
“¿Por qué quieres a Zoey de regreso?” Sgiach le preguntó.
Stark pasó su mano por el pelo. El cansancio que venía con la luz del día tiró de él, desgastando sus nervios y confundiendo sus pensamientos, y él espetó la única respuesta que se formó en su mente, “Porque la amo.”
La reina parecía no reaccionar a esta declaración; al contrario, ella lo estaba estudiando con una expresión de consideración. “Siento que la Oscuridad te ha tocado.”
“Sí,” asintió Stark, aunque su declaración lo confundió. “Pero cuando elegí estar con Zoey, elegí Luz.”
“Sí, ¿pero seguirás eligiéndolo si eso significa perder lo que más amas?” Dijo Seoras.
“Espera, el punto de que Stark vaya al Otro Mundo es que él puede proteger a Zoey. Luego ella será capaz de juntar su alma destrozada y volver a su cuerpo. ¿No?” Dijo Afrodita.
“Sí, ella puede elegir volver si su alma está entera de nuevo.”
“Entonces no entiendo tu pregunta. Si Z vuelve, él no la perderá,” ella dijo.
“Mi Guardián está explicando que Zoey estará cambiada si regresa del Otro Mundo,” dijo Sgiach. “¿Qué pasa si el cambio la pone a ella en un camino que la aleja de Stark?”
“Soy su Guerrero. Eso no va a cambiar, lo que significa que estaré a su lado,” dijo Stark.
“Sí, chico, como su Guerrero seguro, pero tal vez no como su amor,” dijo Seoras.
Stark sintió una puñalada en el estómago. Sin embargo, sin vacilación, el dijo. “Yo moriría por traerla de vuelta. No importan las consecuencias.”
“Nuestras emociones más profundas a veces están separadas solo por el tipo de seres humanos que somos en nuestros corazones,” dijo la reina. “Lujuria y compasión, generosidad y obsesión, amor y odio. Muchas veces ellos están muy cerca el uno del otro. Tú dices que amas a tu reina lo suficiente como para morir por ese sentimiento; pero que pasa si ella ya no te ama más, ¿de qué color será tu mundo entonces?”
Oscuro. La palabra vino inmediatamente a la mente de Stark, pero sabía que no debía decirla.
Por suerte, la gran boca de Afrodita lo salvó.
“Si Z no quiere estar con él, como un chico con una chica, apestaría para Stark. Eso es pan comido. Eso no significa que deba irse al Lado Oscuro, y yo sé que tú sabes qué significa eso, porque tu chico conoce Star Trek
[1], y un tonto va de la mano[2] con otro. Como sea, no es verdad que lo que Stark haga en una no-ocurrida, inventada, Zoey-dando-vuelta-en tu-escenario o situación, todo esto es en realidad entre Stark, Zoey y Nyx. En serio. La diosa sabe que no quiero sonar como una perra, pero tú eres una reina, no una diosa. Hay alguna mierda que tú simplemente no puedes controlar.”
Stark contuvo la respiración, esperando que Sgiach usara Star Trek, o Star Wars
[3], o lo que demonios sea, y acabara con Afrodita en millones de pequeñas piezas. Sin embargo, la reina rió, lo que la hizo parecer, inesperadamente niña.
“Estoy feliz de no ser una diosa, joven profetisa. El pequeño trozo de mundo que controlo es más que suficiente para mí.”
“¿Por qué te preocupas tanto acerca de lo que Stark podría o no hacer?” Afrodita le preguntó a la reina, a pesar de que Darius le estaba dando lo que Stark pensó era una mirada de “Para de hablar ahora.”
Sgiach y su Guardián compartieron una larga mirada, y Stark vio al Guerrero asentir levemente, como si ambos acabaran de hacer un acuerdo
La reina Sgiach dijo, “El balance de la Luz y la Oscuridad en el mundo podría cambiar tan solo con un simple acto. Como Stark es un Guerrero único, sus acciones tienen el poder de afectar a muchos.”
“Y este mundo no necesita otro poderoso Guerrero que luche en el lado de la Oscuridad.”
“Yo sé eso, y nunca volveré a pelear en el lado de la Oscuridad,” dijo Stark sombríamente. “Vi el alma de Zoey destrozarse por un simple acto, así que entiendo eso, también.”
“Entonces, analiza tus acciones con cuidado,” la reina le dijo. “En el Otro Mundo y en este mundo. Y considera esto – el joven e ingenuo amor es la fuerza más poderosa en el universo. Aquellos de nosotros que somos más – como decirlo – realistas sabemos que la voluntad de una sola persona, fortificada con integridad y resolución, puede ser más poderosa que una veintena de románticos enamorados.”
“Lo recordaré. Lo prometo.” Stark apenas escuchaba sus propias palabras. Habría jurado cortarse su propio brazo si eso era lo que Sgiach necesitaba escuchar para echar la maldita bola a rodar y enviarlo al Otro Mundo.
Como si pudiera leer su mente la reina movió su cabeza tristemente y dijo, “Muy bien, entonces. Dejemos que tu búsqueda comience.” Luego ella levanto la mano y ordenó, “Elévate al Seol ne Gight.”
Hubo un silbido y una serie de chasquidos. El suelo en frente de la tarima de la reina, solo un poco más allá de donde Zoey descansaba, se abrió, y una losa de piedra de color rojizo salió de debajo del suelo. De alto era como hasta su cintura, de ancho y largo suficiente para que un vampiro adulto reposara en su superficie plana. Vio que la roca estaba cubierta con elaborados entrelazados, y a cada lado del piso, rodeándola, había dos surcos que estaban curvados casi como un arco. Eran más gruesos en un extremo que en el otro, y la parte angosta formaba puntas afiladas. Estudiándola, Stark repentinamente se dio cuenta dos cosas.
Los surcos parecían cuernos enormes.
La roca no era en verdad rojiza. Era blanco mármol. El color rojizo era una mancha. Una mancha de sangre.
“Esto es el Seol ne Gigh, el Asiento del Espíritu,” dijo Sgiach. “Es un antiguo lugar de sacrificio y adoración. Por más tiempo del que podemos recordar, ha sido el conducto hacia la Oscuridad y la Luz—a los toros blanco y negro que forman la base del poder de los Guardianes.”
“Sacrificio y adoración,” dijo Afrodita, acercándose a la piedra. “¿A qué tipo de sacrificio te refieres?”
“Sí, bueno, eso depende de qué es lo que buscas, ¿no es así?” Dijo Seoras.
“Esa no es una respuesta,” dijo Afrodita.
“Claro que lo es, mujer,” dijo el Guardián, sonriéndole sombríamente. “Y lo sabes, lo vas a ser en tu mente, aceptes o no”
“Sacrificio está bien para mí,” dijo Stark, frotando una mano contra su frente con cansancio. “Díganme qué, o a quién”—lanzó una mirada de reojo a Afrodita, sin preocuparse de si Darius se erizaba – “debo agarrar y usar como sacrificio, y lo haré.”
“El sacrificio serás tu, chico,” dijo Seoras.
“Creo que ayudará que el esté debilitado durante las horas de la luz del día. Será más fácil para su espíritu salir de su cuerpo.” Sgiach le habló a su Guardián, casi como si Stark no estuviera en la habitación.
“Sí, tienes un punto. La mayoría de los Guerreros luchan al dejar el cuerpo. Si está debilitado, esa parte será más fácil,” Seoras concordó.
“¿Así que qué tengo que hacer? ¿Encontrar a una virgen o algo?” El no miró a Afrodita porque ella claramente no calzaba en esa categoría.
“Tu eres el sacrificio Guerrero. La sangre de otro no serviría. Esta es tu búsqueda, desde el principio al final. ¿Sigues queriendo empezar, Stark?” Dijo Sgiach.
“Sí.” Stark no lo dudó.
“Entonces recuéstate en el Seol ne Gigh, joven Guardián de MacUallis. Tu jefe te sacará sangre, llevándote a un lugar entre la vida y la muerte. La piedra tomará tu ofrenda. El toro blanco ha hablado, y tú has sido aceptado. El guiará tu espíritu a la entrada del Otro Mundo. Y depende de ti merecer entrar allí, y roguemos a la diosa que tenga clemencia con tu alma,” dijo la reina.
“Está bien. Bien. Hagamos esto.” Pero Stark no fue derecho al Seol ne Gigh. En lugar de eso, se arrodillo junto a Zoey. Ignorando el hecho de que todos lo estaban observando, tomó su rostro, y lo besó gentilmente, susurrando contra sus labios, “Vengo por ti. Esta vez no te defraudaré.” Luego se paró, tiró sus hombros hacia atrás, y se dirigió a la gran piedra.
Seoras se había movido de su lugar al lado de la reina y se había colocado a la cabeza de la piedra. Encontrando continuamente la mirada de Stark, él desenvaino un horrible y afilado puñal que había estado guardado en una funda deteriorada de cuero en su cintura.
“¡Aguanta, Aguanta!” Increíblemente, Afrodita estaba revolviendo todo en su anormalmente grande bolso metálico de cuero que había traído desde Venecia.
Stark fue serio con ella, “Afrodita, este no es el momento.”
“Oh, maldita mierda, al fin. Sabía que no podía perder algo de este tamaño y hedor.” Ella sacó una bolsita plástica llena de ramitas marrones y acículas
[4], e hizo un gesto a uno de los Guerreros que estaban de pie alrededor del perímetro de la habitación, chasqueando los dedos y luciendo más espléndida de lo que Stark podría admitir en voz alta. Tenía al hombre de aspecto corpulento casi corriendo a tomar las cosas mientras ella decía, “Antes de que empieces lo que estoy segura va a ser un muy poco atractivo por todo eso del derramamiento de sangre, alguien debe quemar esto, como incienso, por aquí, cerca de Stark.”
“¿Qué demonios?” Dijo Stark, sacudiendo la cabeza hacia Afrodita, sorprendido, no por primera vez, de que la chica estuviera realmente mal de la cabeza.
Ella puso los ojos en blanco, “La abuela Redbird le dijo a Stevie Rae, quien me dijo a mí, que quemar cedro es una especie de poderoso hechizo Cherokee en el mundo de los espíritus. “
“¿Cedro?” dijo Stark.
“Sí. Inhálalo y mantenlo contigo mientras vas al Otro Mundo. Y, por favor, cierra tu boca y prepárate para sangrar,” dijo Afrodita. Ella cambió su atención a Sgiach, “Creo que deberías considerar a la abuela Redbird una Chamán
[5]. Ella es sabia y definitivamente esta dentro de toda la cosa de la-tierra-tiene-un-alma. Ella dijo que el cedro sería bueno para Stark.”
El Guerrero al que le había dado la bolsita miró a la Reina. Ella se encogió de hombros y asintió. “No hará daño.” Luego de haber encendido el brasero de metal y haber colocado unas cuantas acículas, Afrodita sonrió, inclinando la cabeza ligeramente hacia Seoras, y dijo, “Bien, ahora terminemos esta cosa.”
Stark se trago las palabras que quería gritar para molestar a Afrodita. Necesitaba concentrarse. Él recordaría inhalar el cedro por que la abuela Redbird sabía de estas cosas, y el punto más importante de todo esto es que necesitaba llegar a Zoey y protegerla. Stark se pasó la mano por la frente, deseando poder limpiar la cansadora bruma que con la luz del día cubría su cerebro.
“No luches contra ella. Necesitas sentirte ‘fuera de sí’ para que puedas separar tu alma de tu cuerpo. Esto no es algo que un Guerrero hace normalmente.” Seoras usó su puñal para apuntar a la superficie plana de la gran piedra. “Desnuda tu pecho y recuéstate aquí.”
Stark se quitó la sudadera y la polera que tenía debajo, y luego se tendió en la piedra.
“Veo que tu ya has sido marcado,” dijo Seoras, apuntando a la rosada cicatriz de quemadura de una flecha rota que cubría el lado izquierdo de su pecho.
“Sí. Por Zoey.”
“Sí, bueno, entonces lo correcto es que seas de nuevo marcado por ella.”
Stark se preparó, colocándose tieso contra la piedra manchada de sangre. Debía haber estado frio y muerto, pero el momento en que su piel toco la superficie de mármol, el calor comenzó a aumentar debajo de él. El calor irradiaba rítmicamente desde dentro de la piedra.
“Ahi, sí, puedes sentirlo,” dijo el Guardián anciano.
“Está caliente,” dijo Stark, levantando la mirada hacia él.
“Para aquellos de nosotros que somos Guardianes, vive. ¿Confías en mí, muchacho?”
Stark parpadeó, sorprendido por la pregunta de Seoras, pero su respuesta fue sin vacilaciones. “Sí.”
“Voy a llevarte al lugar antes de la muerte. Tú necesitas confiar en mí para poder llevarte.”
“Confío en ti,” dijo Stark. Había algo acerca del Guerrero que resonaba profundamente dentro de él. Confiar en él se sentía como si fuera lo correcto.
“Esto no va a ser placentero para ninguno de nosotros, pero es necesario. El cuerpo deberá soltarse para concederle al espíritu la libertad de partir. Solo el dolor y la sangre pueden hacer eso. ¿Estás listo?”
Stark asintió. Presionó sus manos contra la caliente superficie de la piedra, y aspiró profundamente el aroma a cedro.
“¡Espera! Antes de que lo cortes, dile algo que podría ayudarlo. No dejes a su alma simplemente flotar erráticamente en el Otro Mundo. Eres un Chamán, así que ‘Chamanízalo.’ “
Seoras miró a Afrodita y luego pasó de ella a su reina. Stark no podía ver a Sgiach, pero sea lo que fuese que pasara entre ellos dos hizo que los labios de su Guardián se curvaran en el menor indicio de una sonrisa mientras sus ojos volvían a Afrodita.
“Bueno, pequeña reina. Le voy a decir a tu amigo esto: Cuando el alma de verdad quiere conocer el bien, y me refiero a puramente bueno por razones nada egoístas, ahí es cuando lo más bajo de nuestra naturaleza cede ante el amor, la paz y la armonía. Esa rendición es una fuerza muy poderosa.”
“Eso es demasiado poético para mí, pero Stark es un lector. Tal vez él tenga una pista acerca de qué estas hablando,” dijo Afrodita.
“Afrodita, ¿podrías hacerme un favor?” Preguntó Stark.
“Tal vez.”
“Para. De. Hablar.” Levantó la vista a Seoras. “Gracias por el consejo. Lo recordaré.”
Seoras encontró su mirada. “Deberías hacer esto tu mismo, muchacho. A veces no puedo mantenerte. Si no puedes soportarlo, no podrás entrar de todos modos, y mejor terminar esto ahora, antes de que comenzemos.”
“No voy a moverme,” dijo Stark.
“El latido del Seol ne Gigh te guiará al Otro Mundo. Regresar, bueno, esa será una ruta que deberás encontrar tu mismo.”
Stark asintió y extendió sus manos en la superficie de mármol, tratando de absorber el calor en su repentinamente frío cuerpo.
Stark automáticamente luchó. Sabía que no podía moverse pero seguía esforzándose por mantener la conciencia. Si la dejo ir, moriré.
“Confía en mí, muchacho. Déjala ir.”
Seoras estaba de pie encima de él, doblándose una y otra vez para cortarlo, sin embargo la voz del Guardián era un ancla distante, apenas perceptible.
“Confía en mí…”
Él ya había hecho su elección. Todo lo que tenía que hacer era seguir adelante.
“Confío,” se oyó a si mismo susurrar. El mundo se tornó gris, luego escarlata y luego negro. Todo Stark era consciente del calor, del dolor y de lo líquido de su sangre. Los dos se fusionaron, y repentinamente estaba fuera de su cuerpo, hundiéndose en la piedra, chorreando en los lados tallados y bañándose en los cuernos.
Rodeado solo por dolor y oscuridad, Stark luchó contra el pánico, pero extrañamente, después de solo un momento, el terror fue reemplazado por aceptación, que en cierto modo era reconfortante. Pensándolo bien, la oscuridad no estaba tan mal. Al menos el dolor se iba. En realidad, el dolor parecía casi un recuerdo…
“¡No te des una mierda por vencido, imbécil! ¡Zoey te necesita!”
¿La voz de Afrodita? Diosa, era irritante, que incluso separado de su cuerpo, ella siguiera molestándolo.
Separado de mi cuerpo. ¡Lo logró! La alegría que venía con la realización fue rápidamente seguida por la confusión.
Él estaba fuera de su cuerpo.
Él no podía ver nada. Sentir nada. Oír nada. La negrura era absoluta.
Stark no tenía idea de donde estaba. Su espíritu revoloteaba como un pájaro enjaulado, golpeándose contra nada.
¿Qué le había dicho Seoras? ¿Qué consejo le había dado?
…la rendición es una fuerza poderosa.
Stark paró de luchar y tranquilizó a su espíritu, y un pequeño recuerdo brilló a través de la negrura, de su alma, derramándose en dos canales con forma de cuernos.
Cuernos.
Stark se concentró en la única idea tangible que había en su mente, y se imaginó a sí mismo agarrándose de los cuernos.
La criatura vino de la absoluta oscuridad. Era un negro diferente del que había envuelto a Stark. Él era el negro de un cielo de luna nueva – profundo, como agua en una noche en reposo – y sueños de medianoche casi olvidados.
Acepto tu sacrificio de sangre, Guerrero. Enfréntame y sigue, si te atreves.
Me atrevo. Gritó Stark, aceptando el desafío.
El toro lo embistió. Actuando puramente por instinto, Stark no corrió. No saltó a un lado. Al contrario, encaró al toro, de frente.
Gritando todo su enojo, rabia y miedo, Stark corrió hacia el toro. La criatura bajó su enorme cabeza como si fuera a cornearlo.
¡No! Stark saltó hacia el toro, y con un movimiento que era de ensueño, agarró sus cuernos. En el mismo momento la criatura levantó su cabeza y Stark saltó por encima de su cuerpo. Sintió como si estuviera saltando de un acantilado imposiblemente alto mientras él se arrojaba y se alejaba más y más, y en algún lugar, detrás de él en la desalmada oscuridad, escuchó la voz del toro haciendo eco de tres palabras: Bien hecho, Guardián…
Luego hubo una explosión de luz alrededor de él, justo antes de que cayera encima de un apisonado trozo de tierra. Stark se levantó lentamente, pesando en cuan extraño era que aunque no fuese nada más que espíritu, seguía teniendo la forma y sensación de su cuerpo, y miró alrededor.
En frente de él había una arboleda, idéntica a la que crecía cerca del castillo de Sgiach. Había incluso un árbol colgante antes que esta, decorado con tiras de tela demasiado numerosas para contarlas. Mientras el observaba, las tiras iban cambiando, tomando diferentes colores y largos, brillando como un árbol de navidad.
El Otro Mundo – esta debe ser la entrada al reino de Nyx. Nada más podría lucir así de mágico.
Antes de seguir adelante, Stark miró detrás de él pensando que nada podría ser así de fácil y esperaba que el toro negro gigante apareciera y lo corneara esta vez de verdad.
Todo lo que había detrás de él era la negra nada de donde había venido. Si eso no era lo suficientemente horripilante, el segmento de tierra donde había sido arrojado era una mancha pequeña en forma de medio círculo de tierra roja que le recordaba inesperadamente a Oklahoma, y en el centro de la mancha una reluciente espada estaba estancada a media altura de la empuñadura. Usó las dos manos para dejar la espada libre, y luego, mientras Stark secaba automáticamente la otra parte de la inmaculada hoja para dejarla limpia, se dio cuenta de que al igual que el Seol ne Gigh, el color original de la tierra había sido tintado de sangre.
Terminó de secar la hoja rápidamente, y por alguna razón no le gustaba la idea de que estuviera teñida de sangre, y luego cambió su atención al lugar qué estaba enfrente de él. Ahí era adonde necesitaba ir. Su mente, corazón y espíritu lo sabían.
“Zoey, estoy aquí. Vine por ti,” dijo, siguiendo adelante, corriendo a través de una barrera invisible tan dura como un muro de ladrillos. “¿Qué demonios?”Murmuró, retrocediendo y levantando la vista para observar que un arco de piedra había aparecido repentinamente.
Hubo una explosión de una fría luz blanca que dio a Stark la horripilante imagen de la puerta abierta de un congelador mostrando carne muerta.
Parpadeando, su mirada bajó, y lo que vio frente a él lo sorprendió hasta sus entrañas.
Stark se estaba mirando a sí mismo.
Al principio pensó que el arco de plata podría tener un espejo, pero no había negrura reflejada detrás de él, y su otro yo estaba sonriendo con una familiar y engreída sonrisa. Stark definitivamente no estaba sonriendo. Luego él habló, desvaneciendo todos los pensamientos de imágenes en un espejo y explicaciones racionales.
“Sí, cabrón, eres tú. Tú eres yo. Para entrar a este lugar, tendrás que matarme, lo cual no va a pasar ya que no estoy tan interesado en morir. Lo que va a pasar es que yo voy a patear tu trasero y te dejare, a ti, muerto”.
Mientras Stark se quedó ahí, sin habla, mirándose a sí mismo, su reflejo se abalanzó, atacando con un sable igual al que Stark había tenido, y trazó una línea de sangre a lo largo de su brazo.
“Sip, esto será tan fácil como pensé,” dijo su otro yo, y se abalanzó sobre Stark de nuevo.


[1] Star trek o viaje a las estrellas es una serie de ciencia ficción.
[2] Hand in Hand: Habla de que se apoyan el uno al otro.
[3] Star Wars o la Guerra de las galaxias es una saga de 6 películas de ciencia ficción. En la oración se nombra por el juego de palabras “Star trek y Star Wars.
[4] Acículas son hojas, por ejemplo de pino, que tienen forma de agujas.
[5] Hechicero que posee grandes conocimientos acerca de sanación, espíritus, etc.

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