viernes, 21 de mayo de 2010

Capítulo 21 - BURNED (Quemada)


Stevie Rae
Traducido por Carlos


Ella sabía que le esperaba un montón de mierda al regresar a la escuela, pero Stevie Rae no esperaba que la misma Lenobia la estuviera esperando en el estacionamiento.
–Mire, solo necesitaba algo de tiempo para mí misma. Como puede ver, estoy bien y…–
–En las noticias de la noche había un boletín sobre una pandilla que irrumpió en los apartamentos del Tribune Loft. Cuatro personas fueron asesinadas. Sus gargantas estaban cortadas, y estaban parcialmente drenadas de sangre. La única razón de que la policía no está en nuestro umbral acusándonos es el informe de varios testigos del cual todos juran que fue una pandilla de adolescentes humanos con ojos rojos–
Stevie Rae tragó el enfermo sabor de la bilis por detrás de su garganta. –Fueron los novatos rojos, que deje en el depósito. Se entrometieron con los recuerdos de los testigos, pero ninguno de ellos ha Cambiado, así que no tienen la habilidad para encubrir todo.–
–No pudieron borrar esos resplandecientes ojos rojos de los recuerdos de los humanos – Lenobia dijo, asintiendo de acuerdo.
Stevie Rae estaba fuera del coche y moviéndose hacia la escuela. –Dragón no ha ido tras de ellos, ¿o sí?–
–No. Lo he mantenido ocupado con algunos pequeños grupos de novatos. Ya ha empezado a repasar habilidades de autodefensa con ellos en caso de otro ataque de Cuervos Mocker.–
–Lenobia, en serio pienso que uno en el parque fue una casualidad. Apostaría a que él está muy lejos de Tulsa, ahora.–
Lenobia hizo un gesto despectivo. –Un Cuervo Mocker es demasiado, sea que esté solo o con una bandada, Dragón lo cazará y lo destruirá. Y a no ser que Kalona y Neferet los inciten, no creo que necesitemos preocuparnos por un ataque a la escuela. Estoy mucho más preocupada por los granujas novatos Rojos.–
–Yo, también.– Stevie Rae estaba ansiosa por cambiar de tema. –¿El reportaje decía que la gente sólo había sido media drenada de su sangre?–
Lenobia asintió. –Sí, y sus gargantas estaban desgarradas -no cortadas o mordidas y luego desangradas como tú o yo nos alimentaríamos.–
–No se están alimentando. Están jugando. Les gusta aterrorizar a las personas; es una especie de fuerza para ellos.–
–Eso es realmente una abominación de los caminos de Nyx.– Las palabras de Lenobia llegaban rápidamente; Su voz se llenó de ira. –Esos de quienes nos alimentamos sólo deberían sentir nuestro mutuo placer. Por esto es que la Diosa nos dio la habilidad para compartir una sensación tan poderosa con los humanos. No los tratamos brutalmente ni los torturamos. Los apreciamos -los hacemos nuestros consortes. El Alto Concejo incluso ha desterrado a los vampiros que usan indebidamente su poder sobre los humanos.–
–No le haz contado al Alto Concejo sobre los novatos Rojos, ¿cierto?–
–No haría eso sin discutirlo contigo primero. Tú eres su Alta Sacerdotisa. Pero debes entender que sus acciones los han llevado más allá de donde puedan ser ignorados por el resto de nosotros.–
–Lo sé, pero todavía quiero tratar con ellos yo misma.–
–No sola de nuevo. No esta vez, – Lenobia dijo.
–Tienes razón en eso. Lo que hicieron hoy me muestra qué tan peligrosos son.–
–¿Debería llamar a Dragón por esto?–
–No. No. Voy sola, y cuento con darles un ultimátum -corríjanse o lárguense- pero si bajo con terceros allí, no tendré la oportunidad de que cualquiera de ellos decidan dejar la Oscuridad y venir conmigo.– Entonces Stevie Rae se dio cuenta de lo que había dicho y se detuvo como si hubiera entrado corriendo al lado de un granero. –Ohmidiosa, ¡eso es! No pude haberlo sabido antes de conocer a los toros, pero ahora lo entiendo. Lenobia, lo que sea que hayan tomado de nosotros después de morir, luego no-morir, y que todos nosotros seamos malos y estemos llenos de sed de sangre y esas cosas -es parte de la Oscuridad. Eso significa que no es una novedad. Tiene que ser tan antigua como la religión Toros Guerreros. Neferet está detrás de lo que me sucedió a mí y al resto de los chicos.– Ella se encontró con la mirada de la Amante de Caballos y vio el miedo que se había reflejado en estos. –Ella está involucrada con la Oscuridad. No hay duda de eso ahora.–
–Temo que no hay duda de que ha tratado con eso por mucho tiempo, –dijo Lenobia.
–¿Pero cómo diablos se enteró Neferet de la Oscuridad? Durante siglos y siglos, los vampiros han adorado a Nyx–
–Solamente porque las personas dejen la adoración, no quiere decir que la deidad deje de existir. Las Fuerzas del Bien y del Mal se mueven en una danza eterna, a pesar de los caprichos de los mortales o la moda.–
–Pero Nyx es la Diosa.–
–Nyx es nuestra Diosa. Realmente no puedes creer que sólo hay una Deidad para un mundo tan complejo como el nuestro.–
Stevie Rae suspiró. –Supongo que cuando lo pones así, tengo que estar de acuerdo contigo, pero deseo que no haya más de una elección para el mal.–
–Entonces habría una sola elección para el bien. Recuerda, siempre ahí, eternamente, debe haber un balance.– Caminaron en silencio por un rato antes de que Lenobia dijera, –¿Llevarás a los novatos rojos contigo para enfrentar a los granujas?–
–Sip.–
–¿Cuándo?–
–Cuanto antes mejor.–
–Sólo falta poco más de tres horas para el amanecer, – Lenobia dijo.
–Bueno, les hago una simple pregunta de sí o no. Eso no va a tomar mucho tiempo.–
–¿Y si dicen que no?–
–Si dicen que no, me aseguraré de que no puedan usar los túneles del depósito como su cómodo escondite nunca más, y me aseguraré de que sean separados. Como personas, todavía no creo que todos sean malos.– Stevie Rae vaciló, y luego agregó, –no quiero matarlos. Tengo la impresión de que si lo hago, entonces cederé al mal. Y no quiero que esa Oscuridad me toque, nunca más.– Una imagen de Rephaim, con alas extendidas, completamente curadas y poderosas, relampagueó a través de su memoria.
Lenobia asintió. –Entiendo. No estoy de acuerdo contigo, Stevie Rae, pero lo entiendo. Sin embargo, tu plan tiene ventaja. Si los sacas de su fortaleza y los obligas a dispersarse, ésos que se quedan tendrán que preocuparse por sobrevivir y no tendrán tiempo de jugar con humanos.–
–Okay, separémonos y difundamos la palabra de que necesito que todos los novatos rojos se encuentren conmigo en la Hummer en el estacionamiento, ahora. Tomaré los dormitorios.–
–Iré al Área de Casas y a la Cafetería. En realidad, en mi camino por encontrarte, vi a Kramisha entrando a la cafetería. La alcanzaré primero. Ella siempre sabe dónde están todos.–
Stevie Rae asintió, y Lenobia corrió lejos, dejándola sola y dirigiéndose hacia los dormitorios. Sola y capaz de pensar. Debería pensar qué diablos le iba a decir a la estúpida de Nicole y a su grupo de novatos asesinos. Pero ella no podría sacar a Rephaim de su mente.
Abandonarlo había sido una de las cosas más difíciles que ella jamás había hecho en su vida.
Entonces, ¿Por qué lo hizo?
–Porque él está sano otra vez,– ella dijo en voz alta, y luego cerró su boca y miró a su alrededor. Afortunadamente, no había nadie cerca. Cálmate, ella mantuvo su gran boca firmemente cerrada mientras su mente seguía corriendo.
Okay, Rephaim estaba curado y todo. ¿Entonces? ¿Realmente había pensado que él estaría roto por siempre?
¡No! ¡No quiero que él esté roto! El pensamiento llegó rápido y honesto. Pero no era justo que él estuviera sano. Fue la Oscuridad la que lo había sanado -lo había hecho lucir...
Los pensamientos de Stevie Rae se desvanecieron porque ella no quería ir hacia allá. Ella no quería admitir, incluso silenciosamente a sí misma, cómo Rephaim había lucido ante ella de pie allí, enmarcado por la luz de la luna, poderoso e ileso.
Nerviosamente, ella giró un rizo rubio. Y de cualquier manera, estaban Impresos. Se suponía que él lucía de una cierta forma para ella.
Pero Afrodita no la había afectado como Rephaim había comenzado a hacerlo.
–Bueno, ¡no soy gay!–murmuró, y luego cerró su boca otra vez porque el pensamiento se le había deslizado aunque ella no lo había querido.
A Stevie Rae le había gustado la manera en que Rephaim lució. Él había sido fuerte y bello y, solo por un momento, ella había vislumbrado la belleza dentro de la bestia, y él no había sido un monstruo. Él había estado magnifico, y él había sido suyo.
Ella se tambaleó deteniéndose. ¡Fue por culpa de ese maldito toro negro! Tenía que ser. Antes de que él se hubiera materializado completamente, le había preguntado a Stevie Rae: Puedo alejar la Oscuridad, pero si hago eso, deberás una deuda a la Luz, y esa deuda es que estarás por siempre atada a la humanidad dentro de esa criatura de allí -la que me llamaste para salvar. Ella había contestado sin vacilación: ¡Sí! Pagaré tu precio. Entonces el maldito toro había lanzado algún tipo de Luz mierda-de-toro, y eso le había hecho algo a sus entrañas.
¿Pero realmente era esa la verdad? Stevie Rae giró un rizo por aquí y por allá mientras recordaba. No, algo había cambiado entre ella y Rephaim antes de que el toro negro apareciera. Había ocurrido cuando Rephaim se había enfrentado a la Oscuridad por ella y había aceptado el dolor de su deuda.
Rephaim había dicho que ella le pertenecía.
Hoy ella se había dado cuenta de que él tenía razón, y la asustaba más que la misma Oscuridad.
–Okay, entonces, ¿estamos todos aquí?–
Las cabezas asintieron y al lado de ella, Dallas dijo, – Sip, todos estamos aquí.–
–Los chicos malos mataron a esas personas en el Tribune Loft, ¿cierto?– dijo Kramisha.
–Sí, – Stevie Rae dijo. –Creo que sí.–
–Eso es malo, –dijo Kramisha. –Realmente malo.–
–No puedes dejarlos matar personas como esas,– Dallas dijo. –Ni siquiera son pordioseros.–
Stevie Rae dejó escapar un largo suspiro. –Dallas, cuántas veces tengo que decirte y a todos ustedes que no tiene importancia si alguien es pordiosero o no –no es correcto matar a alguien.–
–Lo siento, –dijo Dallas. –Sé que tienes razón, pero algunas veces entro antes a mi desordenada cabeza, y olvido lo bueno.–
Antes... La palabra parecía hacer eco alrededor de ellos. Stevie Rae sabía exactamente lo que quería decir Dallas: Antes de que su humanidad se hubiese salvado por el sacrificio de Afrodita, y tener la habilidad para escoger el bien sobre el mal. Ella recordaba el antes, también, pero conforme llegaba otro día más lejano de ese oscuro pasado, era más y más fácil para Stevie Rae dejar de pensar en eso. Mientras estudiaba a Dallas, se preguntaba si era diferente para él -para el resto de los chicos que aún no habían Cambiado, porque Dallas parecía hacer pocos deslices ya que él era amable a menudo.
–¿Stevie Rae? ¿Estás bien?– preguntó Dallas, obviamente incómodo con su escrutinio.
–Sí, bien. Solo pensaba. Entonces, he aquí lo que está pasando: Voy a bajar a los túneles debajo del depósito, nuestros túneles, y le daré a esos chicos una oportunidad más para que decidan actuar correctamente. Si lo hacen, entonces se quedan y empiezan de nuevo la escuela con nosotros el lunes. Si no lo hacen, van a tener que encontrar su propio camino, su propio lugar, porque regresamos a los túneles, y ellos no serán bienvenidos nunca más.–
Kramisha sonrió abiertamente. –¡Vamos a regresar a vivir en los túneles!–
–Sip,– dijo Stevie Rae, y ella sabía que los aplausos y aliviados gritos de “finalmente” se escucharían de los chicos que tomarían la decisión correcta. –No he hablado con Lenobia acerca de esto aún, pero no puedo pensar que vaya a ser algún problema que tengamos un Transporte Escolar de ida y vuelta del depósito a la Casa de la Noche. Necesitamos estar bajo tierra, y si, aunque me gusta esta escuela, ya no me siento como en casa. En los túneles sí.–
–Estoy contigo, chica,– dijo Dallas. –Pero necesitamos conseguir algo justo ahora mismo. No vas a enfrentarte con esos chicos sola, otra vez. Yo voy contigo.–
–Yo, también,– dijo Kramisha. –No me importa qué clase de gran historia le diste a los demás, sabía que los chicos malos estaban tras de ti y casi consiguen freírte arriba del techo.–
–Sí, todos hemos estado hablando de eso,– el musculoso Johnny B dijo. –No dejaremos que nuestra Alta Sacerdotisa se enfrente a esa mierda sola otra vez.–
–No importa qué, la poderosa tierra pateará-sus-culos,– Dallas dijo.
–No voy sola. Por eso es que llamé a todos aquí. Vamos a tomar nuestros túneles de vuelta, y si sus culos necesitan ser pateados, entonces vamos a hacerlo,– Stevie Rae dijo. –Así que, Johnny B, quiero que conduzcas la Hummer.– Ella le lanzó las llaves. El gran tío le sonrío y las atrapo en el aire. –Lleva a Ant, Shannoncompton, Montoya, Elliott, Sophie, Geraty y Venus contigo. Llevaré a Dallas y a Kramisha en el Escarabajo de Z. Síganme, iremos al estacionamiento inferior del depósito.–
–Suena bien, pero, ¿Cómo vamos a estar seguros de que podemos encontrar a esos chicos rojos? Tú sabes que esos túneles son como, bueno, un hormiguero allí abajo,– dijo el pequeño niño apodado Ant, y todos echaron a reír.
–He pensado en eso, también,– Kramisha habló más fuerte. –Y tengo una idea, si no te importa que diga algo.–
–Hey, esa es una de las razones por la que los convoqué a todos ustedes, porque necesito la ayuda de todos con esto,– dijo Stevie Rae.
–Sí, bien, ésta es mi idea: Esos chicos trataron de matarte una vez, ¿correcto?–
Imaginándose que no se lo había escondido a sus novatos, Stevie Rae asintió. –Correcto.–
–Entonces, me imagino que si ellos trataron una vez, pero no consiguieron deshacerse de ti, querrían hacer otro intento, ¿correcto?–
–Probablemente.–
–¿Qué harían si piensan que estás bajo los túneles otra vez?–
–Irían a atraparme, –dijo Stevie Rae.
–Entonces, usa la tierra para hacerles saber que estás allí. Puedes hacer eso, ¿cierto?–
Stevie Rae parpadeó por la sorpresa. –Nunca pensé en eso antes, pero apuesto que puedo.–
–¡Eso es genial, Kramisha!– dijo Dallas.
–¡Totalmente!– Stevie Rae dijo. –Entonces, espera y déjame intentar algo.– Corrió desde el estacionamiento hacia el lado de la escuela que se unía a este. Había un par de viejos robles allí, un banco de hierro-forjado, y una tintineante fuente rodeada por lo qué ahora era una cama encapsulada de hielo con pensamientos amarillos y púrpuras. Mientras sus novatos observaban, ella miro hacia el norte y se arrodilló en la tierra delante del más grande de los dos árboles. Inclinó su cabeza y se concentró. –Ven a mí, Tierra,– ella susurró. Instantáneamente, la tierra alrededor de sus rodillas se calentó, y ella olió el aroma de las flores silvestres y la larga hierba ondeante. Stevie Rae presionó sus manos contra la tierra que ella amaba tanto y se deleitó en su conexión con el elemento. Sintiéndose cálida y llena con la fuerza de la naturaleza, ella dijo, –¡Sí! Te conozco -puedo sentirme dentro de ti y puedo sentirte dentro de mí. Por favor haz algo por mí. Por favor lleva una poco de esta magia, esta tan impresionante que nos mantiene juntas, y viértelo en el túnel principal debajo del depósito. Déjalo estar como si estuviera allí, tanto que cualquiera que descanse dentro lo sabría.– Stevie Rae cerró sus ojos e imagino a un rayo verde encendido de energía dejando su cuerpo, viajando a través de la tierra, y entrando en el túnel correcto afuera de su viejo cuarto en el depósito. Luego dijo, –Gracias, Tierra. Gracias por ser mi elemento. Puedes irte ahora.–
Cuando se reunió con sus novatos, todos la miraban con los ojos muy abiertos.
–¿Qué?– preguntó.
–Eso fue asombroso,– dijo Dallas, su voz llena de temor.
–Sí, estabas verde y toda brillante,– dijo Kramisha. –Nunca había visto algo como eso antes.–
–Fue totalmente estupendo,– dijo Johnny B, mientras el resto de los chicos asentían y sonreían.
Stevie Rae les devolvió la sonrisa, sintiéndose como una verdadera Alta Sacerdotisa. –Bueno, estoy bastante segura de que funcionó,– dijo.
–¿Lo crees?– Dallas dijo.
–Lo creo,– dijo, y compartieron una mirada que hizo que el estómago de Stevie Rae se sintiera tembloroso. Ella tuvo que sacudirse a sí misma mentalmente y reenfocarse, diciendo, – Uh, okay. Vamos a hacer esto.–
Los chicos se dispersaron hacia los dos vehículos, y Dallas colocó su brazo en el hombro de Stevie Rae. Lo dejó mantenerla cerca.
–Estoy orgulloso de ti, chica,– él dijo.
–Gracias.– Ella le alcanzó a rodear la cintura y deslizó su mano hacia el bolsillo trasero de él.
–Y estoy contento de que nos lleves esta vez, – él dijo.
–Es lo que hay que hacer,– dijo. –Además, somos más fuertes juntos que estando separados.–
Al lado del Escarabajo, él se detuvo y la jaló sin reserva alguna a sus brazos. Agachandose, él murmuró contra sus labios, –Eso es cierto, chica. Somos más fuertes juntos.– Luego la besó con una posesión feroz que asombró a Stevie Rae. Antes de que realmente lo supiera, le devolvió el beso -y le gustó la manera en que su caliente cuerpo duro, familiar, completamente normal la hacía sentir.
–¿Podrían por favor conseguir todos una habitación?– Kramisha los llamó mientras se arrastraba en el pequeño asiento trasero del Escarabajo.
Stevie Rae rió nerviosamente, extrañamente mareada, especialmente mientras el pensamiento “Aún no puedes besar a otro” susurraba a través de su mente, la traía a la realidad.
Dallas a regañadientes la dejo alejarse de sus brazos y después, ella entro en el lado del conductor del Escarabajo. Sobre el techo, él capturó su mirada, y dijo suavemente, –Un cuarto suena bien para mí.–
Stevie Rae sintió que sus mejillas se ponían calientes, y otra risa nerviosa escapó de su boca. Ella y Dallas se agacharon dentro del coche. Desde el asiento trasero, Kramisha refunfuñó, –Oí ese lío acerca de que un cuarto sonaba bien, Dallas, y todo lo que estoy diciendo es que, ustedes dos mejor mantienen sus mentes fuera de esa cuneta y se centran en los malos chicos que les gusta arrancar las gargantas a las personas.–
–Dije cuarto, no cuneta,– Dallas sonrió engreídamente sobre el asiento a Kramisha.
–Y yo puedo hacer varias tareas, – Stevie Rae agregó con otra risita.
–Lo que sea. Simplemente vámonos. Obtuve un sentimiento extraño acerca de esto,– dijo Kramisha.
Repentinamente seria, Stevie Rae echó un vistazo a Kramisha por el espejo retrovisor mientras salía del estacionamiento. –¿Un sentimiento extraño? ¿Escribiste otro poema, quiero decir además del que ya me enseñaste?–
–No. Y no estoy hablando de esos chicos malos.–
Stevie Rae frunció el ceño al reflejo de Kramisha.
–¿De qué más puedes estar hablando?– preguntó Dallas.
Kramisha le dio a Stevie Rae una larga mirada antes de que ella le contestara. –Nada. Solo me estoy volviendo algo paranoica, eso es todo. Usted dos se están chupeteando las caras en lugar poner atención a los asuntos importantes y no están ayudando.–
–Estoy poniendo atención a los asuntos importantes,– dijo Stevie Rae, apartando la vista del reflejo de Kramisha y se concentro en el camino.
–Sí, te recuerdo que mi chica es una Alta Sacerdotisa, y ella definitivamente puede manejar un montón de mierda al instante.–
–Huh,– resopló Kramisha.
El paseo en coche hacia el depósito era corto y silencioso. Stevie Rae estaba medio-consciente de Kramisha en el asiento trasero. Ella sabe de Rephaim. El pensamiento susurró a través de la mente de Stevie Rae, e inmediatamente lo aplastó. Kramisha no sabía de Rephaim. Ella sólo sabía que había otro tío. Nadie sabia de Rephaim.
Excepto los novatos rojos.
El pánico se agitó través de su estómago. ¿Qué diablos iba a hacer si Nicole o alguno de los otros chicos le contaban a sus novatos sobre Rephaim? Stevie Rae podía imaginar la escena. Nicole sería odiosa y cruda. Sus chicos estarían completamente horrorizados y enloquecidos. No creerían que ella podría haber…
Con un rayo de comprensión que casi la hizo dar un fuerte chillido, Stevie Rae sabía la respuesta a su problema. Sus novatos no creerían que ella había impreso con un Cuervo Mocker. Nunca. Ella simplemente lo negaría. No había ninguna prueba. Sí, su sangre podría oler extraña, pero ya había explicado eso. La oscuridad se había alimentado de ella -eso debía hacerla oler extraña. Kramisha creería en eso, así como lo hizo Lenobia. El resto de chicos lo harían, también. Sería su palabra, la palabra de una Alta Sacerdotisa, en contra de un montón de chicos que habían sido corrompidos y habían tratado de matarla.
¿Y qué pasa si alguno de ellos realmente decidían elegir bien esta noche y quedarse aquí con el resto de ellos?
Entonces tendrán que mantener sus bocas cerradas, o no se quedan fuera, era el sombrío pensamiento que poseía a Stevie Rae mientras ella se estacionaba en el lote del depósito y reunía a sus novatos alrededor.
–Okay, vamos a entrar. No los subestimen,– dijo Stevie Rae. Sin ninguna discusión, Dallas se movió a su derecha, y Johnny B tomó su lado izquierdo. El resto de chicos los siguieron de cerca mientras apartaban a un lado la engañosa reja que parecía asegurada dándoles fácil acceso al sótano del depósito abandonado de Tulsa.
Se parecía mucho a lo que tenían cuando habían estado viviendo allí abajo. Había tal vez un poco más de basura, pero básicamente era un sótano frío y oscuro. Se movieron a la entrada de la esquina posterior, dónde los túneles de abajo los sumergían en una oscuridad aun más profunda.
–¿Puedes ver?– Dallas le preguntó.
–Por supuesto, pero encenderé las antorchas de la pared tan pronto como encuentre un fósforo o lo que sea, así todos ustedes podrán ver, también.–
–Traje un encendedor,– dijo Kramisha, escarbando en su gigante bolso.
–Kramisha, no me digas que estás fumando,– dijo Stevie Rae, tomando el encendedor de ella.
–No, no estoy fumando. Eso sólo es de estúpidos. Pero creí que debía estar preparada. Y un encendedor viene bien algunas veces, como ahora.–
Stevie Rae comenzó a bajar hacia abajo de las escaleras de metal, pero la mano de Dallas en su brazo la detuvo. –No, yo voy primero. Ellos no quieren matarme.–
–Bueno, si los conoces, – Stevie Rae comenzaba a oponerse, pero lo dejó descender la escalera antes de que ella lo hiciera, Johnny B la siguió de cerca detrás de ella. –Esperen.– Hizo que ambos la esperaran al pie de la escalera mientras ella se movía con absoluta confianza en la completa oscuridad a la primera de las viejas y antiguas linternas de queroseno que ella había ayudado a colgar de viejos clavos de ferrocarril en la curvada pared del túnel. Encendió la linterna y empezó a sonreírle a sus chicos, –Allí, ¿Eso está mejor, huh?–
–Buen trabajo, chica.– Dallas le sonrió. Luego vaciló y ladeo su cabeza hacia el lado. –¿Oyes eso?–
Stevie Rae miró a Johnny B, quien negó con la cabeza mientras le ayudaba a Kramisha a bajar la escalera.
–¿Oír qué, Dallas?– Stevie Rae le preguntó.
Dallas presionó su mano contra la áspera pared concreta del túnel. –¡Eso!– él sonaba fascinado.
–Dallas, lo que haces no tiene sentido, – Kramisha le dijo.
Él los miró sobre su hombro. –No estoy seguro, pero creo que puedo oír las líneas eléctricas zumbando.–
–Eso es extraño,– Kramisha dijo.
–Bueno, tú siempre has sido súper bueno con la electricidad y todo ese tipo de cosas de tíos,– Stevie Rae dijo.
–Sí, pero eso nunca se ha parecido a esto antes. En serio, puedo oír la electricidad zumbando a través de los cables que conecté aquí abajo.–
–Bueno, tal vez es como una afinidad para ti, y tal vez no te diste cuenta de ella antes porque estabas aquí abajo todo el tiempo, y sólo parecía normal,– dijo Stevie Rae.
–Pero la electricidad no es de la Diosa. ¿Cómo puede ser un regalo de afinidad?– dijo Kramisha, enviando a Dallas miradas sospechosas.
–¿Por qué no puede ser de Nyx?– Stevie Rae dijo. –Realmente, he conocido cosas más extrañas antes que un novato obteniendo una afinidad por la electricidad. Uh, como a un toro blanco personificando a la Oscuridad por ejemplo.–
–Obtienes un punto allí, – dijo Kramisha.
–Entonces, ¿realmente podría tener una afinidad?– Dallas parecía deslumbrado.
–Por supuesto que podrías, chico, – Stevie Rae le dijo.
–Si lo haces, entonces haz que sea práctico,– dijo Jhonny B, ayudando a bajar a Shannoncompton y a Venus de la escalera.
–¿Práctico? ¿Cómo qué?– Dallas preguntó.
–Bueno, ¿puedes decir por el zumbido o lo que sea si esos sucios novatos rojos han estado usando la electricidad aquí abajo últimamente?– dijo Kramisha.
–Lo veré.– Dallas se volvió a la pared, presionó sus manos contra el concreto, y apretó sus cerrados ojos. En menos de solo unos pocos latidos sus ojos se abrieron de golpe, y dio un sorprendido jadeo, luego su mirada fue directamente a Stevie Rae. – Sí, los novatos han estado usando la electricidad. En realidad la están usando justo ahora. Están en la cocina.–
– Entonces ahí es donde vamos,– dijo Stevie Rae.

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