viernes, 4 de diciembre de 2009

CAPITULO 34 - Tempted (TENTADA)

ZOEY

Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Venecia, yo había despertado justo un nanosegundo antes. Juro que había dormido durante todo el viaje, y el único sueño que había tenido había sido sobre mi y ese castor gigante de los extraños comerciales médicos jugando Scrabble (el cuál no juego) y ganándole millones de pares de zapatos de diseñador (y en realidad él no tiene pies). El sueño había sido extraño, pero inofensivo, y yo había dormido como un niño en sus vacaciones de verano.
Una gran parte de mi grupo de amigos, estaban limpiándose algunas lágrimas de sus ojos y sonando sus narices.
“¿Qué diablos les sucede a todos?” Pregunté a Stark mientras nos dirigíamos a las puertas del avión.
En alguna ocasión durante el vuelo el se había movido de su asiento, cruzando el pasillo directamente hacia mí.
Él sacudió con fuerza su barbilla sobre su hombro hacia los que estaban a sus espaldas, incluyendo Heath, quien tenía sus ojos húmedos. “Ellos solo acaban de ver Milk . Les ha hecho gritar como bebes.”
“Hey, esa es una buena película. Y es triste, también”, dije.
“Sí, la vi cuándo se estreno, pero quise mantener mi masculinidad tranquila, así que decidí venir aquí y leer”. Él levanto el libro de su regazo, él cuál, noté que se llamaba ‘My Losing Season’ (Mi estación Perdida) de un tío llamado Pat Conroy.
“Tu realmente lees, ¿a que si?”
“Yep. Realmente lo hago”.
“¿Estación perdida? ¿Por qué él escribió sobre eso?”
“¿Realmente quieres saberlo?”
“Sí, por supuesto que si”, dije.
“Él escribió el libro para demostrar que el sufrimiento puede ser una fuente de fuerza.”

“Huh” dije, no tan convencida, y sonando algo estúpida.
“Él es mi autor favorito” dijo Stark tímidamente.
“Voy a tener que comprobarlo”.
“Él no escribe libros para novatos” dijo Stark.
“¡Ese es un terrible estéreo-tipo!” Comencé, y me alistaba para lanzarle una de mis conferencias acerca de la misógina (una palabra que aprendí de Damien mientras habíamos leído ‘La Letra Escarlata’ en las clases de literatura) idea de que los libros serios eran para los chicos y que los libros soñadores, y románticos, eran para las chicas, cuando el avión dio una pequeña sacudida y se detuvo.
Todos miramos alrededor, de uno al otro, sin estar muy seguros de que hacer, pero justamente en ese mismo segundo la puerta de la cabina del piloto se abrió y el copiloto vampiro salió con una gran sonrisa.
“Bienvenidos a Venecia” ella dijo. “Sé que al menos uno de vosotros tendrá alguna necesidad especial, así que nos hemos detenido en nuestro hangar privado”. Podía oír a los Gemelas riendo disimulad mente acerca Stark y sus necesidades especiales/servicios especiales, pero les ignoramos. “Erce les encontrara aquí. Ella será su escolta que os llevara la Isla San Clemente. Asegúrense de llevar consigo todos sus equipajes, y benditos sean”. Entonces ella se movió hacia la puerta principal y, moviendo algunas palancas, abrió el avión. Se escucho algo de ruido, y después ella dijo, “Ya pueden bajar del avión”.
“Déjame ir primero” le dije a Stark, quien ya estaba de pie, y colocaba su libro en su mochila mientras la colgada a su espalda y la lanzaba sobre su hombro. “Quiero estar segura de que realmente no hay sol allí afuera para freírte.”
Stark iba a discutir conmigo, pero Darius paso por delante de nosotros con dos pasos muy rápidos “Quédense aquí. Les avisare si todo esta bien.”
“Él se esta pareciendo a un guerrero” dijo Afrodita, mientras caminaba por el pasillo delante de todos los demás que tuvimos que mantenernos detrás de su equipaje rodante Betsey Johnson. “Me gusta todo eso, porque es pura testosterona, pero desearía que se hubiera acordado de llevar mi bolso”.
“Él necesita sus manos libres en caso de que él tenga que defenderte” Stark le dijo a ella, con la I de “Idiota” omitida en medio de la frase pero muy implícita.
Ella entrecerró sus ojos hacia él, pero Darius apareció de pronto en el avión. “Todo está bien aquí”. Así es que dimos vuelta, y le seguimos, lucíamos con un rebaño de ovejas siguiéndole, por el pasillo hacia la puerta.
La vampiresa que conducía el avión, estaba de pie en las escaleras era alta y lucia muy de la realeza, y tan oscura como lo era Lenobia, pero aun así definitivamente me recordó a nuestra ‘amante de los Caballos’. Erce tenia esa forma calmada muy propia de Lenobia, también. Decidí que eso debía de tener algo que ver con su afinidad con los caballos. Ellos eran tranquilos y sabios, ya que los caballos eran los animales más frescos en el mundo además de gatos, escogían a las personas que son calmadas y simpáticas.
“Soy Erce. Me alegra conocerte, Zoey”. Sus ojos oscuros me estudiaron al instante, a pesar de que yo venía bajando las escaleras detrás de Stark y Darius.
“Me alegra conocerte también” dije para ella.
Entonces su mirada se fijo en Stark. Vi como sus ojos se ampliarnos mientras analizaba los tatuajes rojos- de flechas intrincadamente decoradas a un lado de la medialuna en la mitad de su frente.
“Este es Stark” dije, necesitando romper lo que se estaba volviendo en un silencio embarazoso.

“Me alegra conocerte, Stark”, ella dijo.
“Me alegra conocerte” él contestó automáticamente, aunque sonó tenso.
Comprendí cómo es que el se sentía, yo ya estaba acostumbrada a que los vampiros y novatos clavaran los ojos en mis extraños tatuajes.
“Stark, he sido muy cuidadosa para que nuestro barco tenga cortinas y ventanas polarizadas, aunque la puesta de sol será aproximadamente dentro de una hora y ha estado nevando durante todo el día, el brillo del sol aun es tenue”. Su voz fue musical y agradable para escuchar, tan agradable que me tomó un momento para en verdad oír lo que ella decía.
“¿El barco?” Dije. “¿Cómo se supone que el llegara al barco?”
“Bueno, está justo allí, Zo…” dijo Heath, quien se deslizaba escalera abajo con los pies por delante y deslizando sus manos por la fría, y resbaladiza barandilla, sacudió con fuerza su barbilla hacia el lado del hangar. A un costado del edificio había un gran muelle rectangular con una enorme puerta que me recordaba a la de un garaje cerrado. En el otro extremo había un enorme Barco Negro que lucia extraordinario. La parte sobresaliente del frente era de cristal, y podía ver a dos vampiros parados allí, en fila. Detrás de ellos, estaban las brillantes escaleras de madera que nos guiarían hacia abajo donde debía de ser el área del pasajero. Digo ‘debía ser’ porque, si bien había ventanas a lo largo del extremo del barco, estaban, ciertamente, completamente cubiertos.
“Si el sol esta tenue, podre soportarlo”, dijo Stark.
“¿Así que es verdad que la luz del sol no es simplemente incomodo para ti? ¿Literalmente te quemarías?” Pude oír la curiosidad en su expresión, que no sonó ni insistente ni ‘oh-mi-dios-eres-un-fenómeno’. Ella sonó muy preocupada.

“La luz directa del sol me mataría” Stark dijo directamente. “El sol en todo su esplendor es muy peligroso e incomodo para mi.”
“Interesante” ella susurro.
“Pienso que es una manera de verlo. Aunque la mayoría de las veces pienso que es un inconveniente y algo totalmente innecesario” dijo Stark.
“¿Vamos a tener tiempo para ir de compras antes de encontrarnos con el Alto Consejo?” Afrodita preguntó.
“Ah, tu debes de ser Afrodita.”
“Sí, encantada de conocerle, o cualquier cosa. ¿Así que podremos ir de compras?”
“Temo que no tendremos tiempo. Se requerirá por lo menos media hora para llegar a la isla, y después yo les diré todo sobre las reglas del Consejo. Y realmente, debemos irnos ahora.” Ella empezó a caminar, guiándonos hacia el barco.
“¿Me dejaran hablar, o no soy lo suficientemente buena ahora que soy _ simplemente una humana?” dijo Afrodita.
“La regla acerca de humanos no tiene nada que ver con que no sean lo suficientemente buenos para hablar delante del consejo” Erce dijo mientras nos dirigíamos hacia el muelle para abordar el barco, bajando hacia la oscura, y lujosa cabina de pasajeros. “Por mucho tiempo los consortes han podido entrar en las Asambleas de los Consejos, debido a la importancia que tienen para los vampiros.” Ella se detuvo y le sonrió a Heath, quien, obviamente, era completamente humano. “No tienen permiso para hablar delante del Alto Consejo porque los humanos no tienen voto en las políticas y asuntos internos de los vampiros.”
Heath suspiró dramáticamente, y susurro para si mismo, él estaba junto a mi e, ignorando a Stark, quien estaba sentado en mi otro costado, paso uno de sus brazos posesivamente alrededor de mis hombros.
“Voy a darte un maldito codazo si no alejas tu brazo de mi, y te comportas correctamente” le susurré.
Heath sonrió tímidamente y movió su brazo, dejando de susurrar cosas sin sentido para si mismo.
“Así que podre asistir al Alto Consejo, ¿pero tendré que callarme igual que el donante de sangre que esta allí?” Afrodita preguntó.
“Ellos han hecho una excepción contigo. Podrás asistir y podrás hablar, pero tendrás que seguir todas las reglas del consejo.”
“Lo que significa que no puedo ir de compras ahora mismo” dijo Afrodita.
“Si, eso es lo que significa” dijo Erce.
Quedé impresionada debido a su paciencia. Lenobia probablemente ya le habría contestado bruscamente a Afrodita, debido a su actitud de soy lista-pero zorra.
“¿Podremos ir todos nosotros también al Alto Consejo? Oh, hola y feliz por conocerte soy Jack”
“Todos están invitados para presentarse delante del Alto Consejo.”
“¿Y qué hay acerca de Neferet y Kalona? ¿Están allí también?” Pregunté.
“Sí, aunque Neferet ahora se hace llamar como la encarnación de Nyx, y dice que el verdadero nombre de Kalona es Erebus.”
“Eso es una mentira” dije.
La sonrisa de Erce fue sombría. “Eso, mi joven e inusual novata, es exactamente por lo que estas aquí.”
No dijimos más durante el resto del viaje. El motor del barco al encenderse hizo que su ruido ensordecedor inundara el pequeño interior en el que nos encontrábamos. El barco se tambaleaba demasiado, y yo estaba ocupada en concentrarme para no vomitar mis intestinos.
La velocidad del bote desaceleró, así como el tambaleo excesivo y el ruido ensordecedor, señalando nuestra llegada a la isla, cuando la voz de Darius se elevo sobre todo el ruido del barco.
“¡Zoey!”
Él y Afrodita estaban sentados en uno de los asientos que estaban a dos filas detrás de mí, así que tuve que girarme completamente para verle. Stark se giro junto a mí, y ambos nos pusimos de pie al mismo tiempo.
“¡Afrodita! ¿Qué esta mal?” Me apresuré para llegar a ella. Ella sujetaba su cabeza entre sus manos como si temiese que le fuera a estallar. Darius se veía indefenso. Él se mantuvo tocando uno de sus hombros, mientras le murmuraba cosas que yo no pude escuchar, e intentaba obligarle a mirarle.
“¡Oh, Diosa! Mi cabeza me mata. ¿Qué diablos pasa?”
“¿Esta teniendo una visión?” Erce pregunto, apareciendo a mis espaldas.
“No lo se. Probablemente” dije. Me puse de rodillas frente a Afrodita e intenté obligarla a que me mire a los ojos. ”Afrodita, soy Zoey. Dime lo que estas viendo”.
“Estoy muy caliente. ¡Malditamente demasiado caliente!” Afrodita decía. Su cara se había vuelto roja y totalmente sudorosa, aunque seguíamos dentro del bote, que estaba muy frio. Abriendo sus ojos, busco con pánico a su alrededor con la mirada perdida, y mi suposición era que ella, no estaba viendo el lujoso y caro interior del bote.
“¡Afrodita, háblame! ¿Qué es lo que ves en tu visión?”
Ella fijo su mirada en mí, y me di cuenta de que sus ojos estaban claros y no llenos de la dolorosa sangre que siempre solía tener, cada vez que tenía alguna de sus visiones.
“No estoy viendo nada.” Ella tragó aire, todavía abanicando su sudorosa cara. “Esto no es una visión: Es Stevie Rae y nuestra maldita imprenta. Algo malo le esta ocurriendo. Algo realmente muy malo.”

0 comentarios:

Publicar un comentario